Atardecer en Lancharrasa, caricia de garnacha
En los atardeceres cadalseños, cuando el sol sucumbe por el vecino Valle del Tiétar, los cielos se visten de color, de anhelos y emociones, todavía es invierno, la nieve cubre las cumbres, las viñas duermen apacibles, reposan sus cepas cuajadas de sarmientos mientras esperan el momento de la poda, es el ciclo de la naturaleza, el que se viene repitiendo desde hace siglos. Aquí no hay prisas, todo permanece en calma, el sol sale y se oculta cuando quiere, la nieve llega cuando desea y las cepas saben que en su permanente descanso invernal, el hombre las vigila, las mima y espera el momento propicio para realizar la labor de la poda, porque al igual que el sol y la nieve el hombre y sus conocimientos, deciden cuándo se debe podar.
Cuando las viejas cepas de garnacha nos ofrezcan sus frutos, cuando el hombre transforme el azúcar en alcohol por la fermentación, y los caldos obtenidos rieguen paladares y gargantas, miraremos a la Sierra, dibujaremos un lugar, un sol, un cadalseño y unas cepas en nuestra mente, porque sólo así comprenderemos el milagro que la naturaleza nos ofrece, que el hombre dirige y que nosotros recibimos, o acaso no es el vino un auténtico milagro. Salud y garnacha.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
4 comentarios:
Muy lindo
Ana Diaz
Buena foto y buenas cepas las que nos enseñas. Gracias Zorro
Mariano
MIRAD LA VIÑA EN REPOSO
Mirad la viña en reposo,
las retamas amarillas,
acirates en cuclillas
y olivos de tronco añoso.
Ved este día brumoso
con las cepas sin sarmientos
sometida a podamientos,
para que el pámpano crezca
y luciendo lo embellezca
al racimo en Cenicientos.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
Nada hay para cada uno como su tierra, la nuestra es maravillosa, disfrutémosla.
Un saludo.
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