ASOCIACIÓN AMIGOS DEL CAMINO DE SANTIAGO DE CADALSO DE LOS VIDRIOS
ETAPA: CADALSO DE LOS VIDRIOS (Madrid) - CEBREROS (Ávila)
Nos situamos junto al Ayuntamiento para realizar desde aquí las salidas y
las mediciones. En este punto Cadalso se sitúa a 800 metros sobre el
nivel del mar. En el lateral que da a la calle de la Iglesia se ha colocado una
baldosa con la concha que indica el Camino de Santiago. Desde la entrada en el
casco urbano hasta su salida por el norte el Camino ha sido señalado con estas
baldosas elaboradas en Sevilla con la técnica artesanal denominada “cuerda
seca”.
Subimos por la C/ Real y a poco más de 50 metros, a nuestra
izquierda queda la denominada “Casa de Santa Teresa”, actualmente es un
establecimiento catalogado como “casa rural”. Anteriormente había sido
propiedad del dibujante Antonio López Fraguas “Forges” quien mandó
rehabilitarla respetando cuanto se pudo. Justo al lado se aprecia un trozo de
lo que es considerado la muralla que rodeó Cadalso (El nombre de Cadalso
procede de “Cadafalsum” que significaba “Lugar amurallado en lo alto”). También
se dice que a esta altura quedaba la puerta de la localidad denominada de San
Antón, que daba al norte.
A 260 metros
de la salida, esta vez a mano derecha, se encuentra una pequeña casa, ya
rehabilitada, con un gran dintel de piedra con grabados, se trata de la Ermita
de San Antón, conocida por otros como “casa del ermitaño”.
Valle del Tórtolas en Cadalso de los Vidrios
Pocos metros más adelante la calle se bifurca en dos, a la izquierda para ir
al cementerio y para tomar la carretera de San Martín de Valdeiglesias, que
aparece en muchas rutas como el camino natural para llegar a Cebreros. Nosotros
sugerimos una ruta a pie, que aunque resulta más larga es más tranquila y
resulta menos peligrosa. La calle que sigue recta nos lleva al antiguo camino
que bajaba de Cadalso al arroyo Tórtolas y que en parte está tapado por las
zarzas.
Seguimos recto abandonando los edificios de la calle, tras un claro, donde
encontramos las primeras flechas amarillas del Camino, los últimos edificios
del pueblo y a 410 metros
termina la calle de asfalto y cemento y empieza el camino de tierra.
Camino de la Garganta del Boquerón ( Cadalso de los Vidrios )
Si siguiéramos este camino nos encontraríamos el camino (antiguo) cerrado
por zarzas, por lo que a 540
metros de la salida tomamos un sendero a la derecha que
sale de este camino, y que está indicado con flechas amarillas pintadas sobre
piedras y rocas. 20 metros
más adelante se deja este sendero torciendo a la izquierda y tomando un nuevo
sendero que discurre entre la vegetación y las zarzas. Este sendero no es recomendable
para hacerlo en bicicleta pues tiene puntos de cierta dificultad. El camino en
este tramo es descendente y tiene bonitas vistas sobre el valle del Tórtolas y
sobre el arroyo “El Boquerón”, que viene a su encuentro desde el Este.
A 1.350 m.
de la salida, junto a un casa de nueva construcción, recuperamos el antiguo
camino (se ve tras nosotros el viejo camino tapado por zarzas) (la recuperación
de este camino será uno de los objetivos de nuestra asociación).
A 1.470 metros
entramos en la urbanización “El Mirador”, por calles asfaltadas, tomando
inmediatamente la calle de la izquierda para llegar hasta un estrecho callejón
que nos comunica con el Camino de Casa Tablas y que se sitúa a 1820 metros de la
salida. Se trata de un camino amplio, llano y bordeado de pinos muy agradable
en cualquier época del año. Discurre en dirección Oeste-Este cercano al arroyo
o río Tórtolas, donde en sus riveras se disponen fértiles huertos.
El Boquerón en Cadalso de los Vidrios
A 4.000 m.
dejamos el camino de Casa Tablas, cruzando un puente sobre el Boquerón y
girando 180 grados por un nuevo camino entre pinos y claros que también resulta
bastante cómodo al principio. Este camino suele presentar un aspecto embarrado
en época de lluvias. El camino va girando suavemente desde la dirección Oeste
inicial a una dirección Noroeste. Deberemos mantenernos atentos a la izquierda
del camino hasta encontrar un desvío a la izquierda, pues lo que parece el
camino principal se adentra en una finca privada.
A 5.140 m.
un cartel de madera grande, aunque algo oculto por la vegetación, nos indica la
dirección de Vía Pecuaria. Se trata en realidad de un cordel de la Cañada Real
Leonesa Oriental. Esta cañada procedente del valle del Tietar, en Ávila, pasa
por el término de Rozas de Puerto Real y más adelante se convertirá en el camino
natural para llegar a Cebreros.
La vía pecuaria o camino que vamos siguiendo termina convirtiéndose en un
sendero, bien por ocupación de la vegetación en unos tramos o por la aparente
ocupación del camino en las labores agrícolas que por aquí se desarrollan,
entre las que destacamos algunas viñas perfectamente cuidadas y que producen la
uva con la que se elaboran los vinos de San Martín de Valdeiglesias y que
tienen reconocida la “Denominación de Origen de los Vinos de Madrid”.
Posiblemente a esta altura ya hemos cambiado el término municipal de Cadalso de
los Vidrios por el limítrofe de San Martín de Valdeiglesias.
A 6.440 m.
la vía pecuaria desemboca en un camino muy usado por ciclistas y que tiene su
origen en el desmonte y trazado de la vía férrea que pretendía unir Madrid con
Plasencia. Este tramo llegó a tener sus raíles y traviesas pero nunca llegó a
ser utilizado. Compartía parte del trayecto con el tren de vía estrecha que
unía la estación de Goya con Villa del Prado y Almorox, que estuvo en uso hasta
1959, separándose en la localidad de Villamanta, desde donde se dirigía en
paralelo a la carretera a la localidad de Aldea del Fresno y tras la iglesia
del pueblo cruzaba el río Perales por un estrecho puente, usado en la
actualidad para el trasvase de agua desde el embalse de Picadas hasta varias
localidades de la zona de La Sagra, ya en la provincia de Toledo. Cruzaba la
finca de “El Santo” (que posteriormente recuperó la propiedad del terreno
expropiado) y a través de unos túneles se situaba a orillas del embalse de
Picadas para adentrarse luego y atravesar los términos de Pelayos de la Presa y
San Martín de Valdeiglesias.
Al llegar a este camino giramos a la derecha, nuevamente es un camino cómodo
y salpicado de arbolado muy grato de recorrer. Si observamos el entorno un poco
a lo lejos, a la izquierda podemos descubrir los restos de una vieja casa junto
a unos altos árboles, se trata del despoblado de Majadillas y los restos de la
construcción parecen corresponder a la antigua iglesia de S. Pedro. Girando la
vista a la derecha, en un valle pero en alto, vemos por primera vez nuestro
punto de destino, la localidad de Cebreros. Desde este mismo camino, ya cerca
de encontrarnos con la carretera, se ve el monasterio de Guisando, situado en
la falda del cerro que le da nombre y que constituye el punto más oriental de
la Sierra de Gredos.
Monasterio de Guisando
Existe una curiosa leyenda sobre este monasterio. El valle de las siete
iglesias que se extiende a sus pies y que ocupa las tierras de San Martín de
Valdeiglesias y de Pelayos de la Presa, ya tenía en esta última localidad un
monasterio, fundado por el rey de Castilla y de León, Alfonso VII, en 1.150,
con el nombre de Santa María la Real de Valdeiglesias y sujeto a la regla
Benedictina y luego a la orden del Cister. En 1353, reinando Pedro I de
Castilla y León, llegaron unos monjes jerónimos italianos y ocuparon unas
cuevas en la falda del cerro de Guisando. En 1375 consiguieron del rey Enrique
II de Trastámara la fundación de un monasterio y los monjes presionaron al rey
para que les cediera tierras. Se cuenta que enterados los monjes de la orden
del Cister, al que ya pertenecía el mencionado Monasterio de Santa María la
Real de Valdeiglesias, también acudieron al rey para que aquel nuevo monasterio
no supusiera una merma ni en su territorio ni en sus ingresos a través de
impuestos que cobraban a siervos y campesinos. El rey debió volver a lidiar con
los monjes “jerónimos” que le pedían tierras para hacer viable la subsistencia
del monasterio. Al fin el rey les prometió que construiría el monasterio y que
les daría todas las tierras que pudieran verse desde las ventanas del
monasterio. Curiosamente todas las ventanas del monasterio miraban hacia el
cerro de Guisando y ninguna de ellas hacia el valle. Así el rey cumplió su
promesa y no agravió a los monjes cistercienses de Pelayos. (Algunos hacen
coincidir la fundación de este monasterio con el reinado de Juan I de Castilla
y León (1379 – 1390)
A 9.100 m.
alcanzamos la carretera M 501, girando a la izquierda y circulando por el lado
izquierdo de la calzada deberemos recorrer los 500 metros más incómodos
del recorrido propuesto, pues la abundante circulación de esta vía, que no nos
dejará hasta llegar a la carretera que sale a la derecha para ir a Ávila y los
Toros de Guisando.
Toros de Guisando
Poco más de 200 metros
más abajo de habernos incorporado a esta carretera cruzaremos el río Tórtolas,
apenas visible por la vegetación existente, y al que se acaba de unir el arroyo
de la Avellaneda. Este arroyo junto con el Tórtolas a partir de este punto
forman el límite de las comunidades de Madrid y de Castilla y León, estamos por
tanto en la provincia de Ávila; de hecho desde este puente al cruce de los
toros de Guisando la carretera pasa a denominarse AV-501.
Seguimos por el lado izquierdo, aunque aconsejamos cruzar la carretera poco
antes de llegar al cruce, pues cae en curva y la visibilidad no es buena.
A los 10.400 m.
desde nuestra salida en Cadalso tomamos la carretera (904 según el viejo
cartel) AV-502, con dirección Ávila y El Tiemblo.
A 11.900 m.
al lado derecho de la carretera se encuentra la entrada a un amplio recinto
donde están ubicados los toros de Guisando, enormes esculturas en piedra de la
cultura Ibera que representa a bueyes de tiro con una serie de rasgos muy
destacables como las arrugas del cuello, los orificios destinados a los ojos y
a los cuernos (que debían ser postizos en bronce o en oro), los arneses que
parecen llevar en los remos traseros y el rabo girado hacia un lado para
permitir ver sus atributos masculinos.
Seguimos por la carretera hasta encontrarnos con la carretera N 403 Toledo –
Ávila a 13.600 m.
del punto de salida. Cruzamos la carretera y 100 metros más adelante
el camino de
Santiago se divide en dos ramales, siguiendo la carretera por El Tiemblo; y
por un camino señalizado a la derecha por Cebreros, y que discurrirá por la
Cañada Real Leonesa Oriental. En este punto dejamos la medida de distancias por
GPS, lo que seguramente haremos en otra ocasión.
El camino discurre paralelo a la carretera AV-502 y en ocasiones puede
apreciarse la Cañada Real en toda su amplitud, 90 varas castellanas
correspondiente a 72,22
metros.
Puente de Valsordo
Este camino se convierte a veces en sendero y se adentra a veces en espacios
cubiertos de vegetación que hay que ir sorteando. Tras pasar por la parte
trasera de una urbanización nos vemos obligados a salir a la carretera y
circular por ella o junto a ella unos centenares de metros hasta que el Camino
arranca de nuevo desde el lado derecho por un camino de tierra que nos lleva al
puente de Valsordo, un curioso conjunto de dos puentes que era en la antigüedad
un contadero de ganado y donde debían hacerse efectivos los pagos por derecho
de paso. En este puente sobre el río Alberche hay también una curiosa
inscripción en una enorme piedra. En la actualidad está muy arreglado.
Desde aquí el camino se convierte en una pista de cemento, pues junto al
puente se ha habilitado un merendero y un poco más adelante se encuentra la
ermita de Valsordo, cuyos alrededores aparecen muy cuidados y transformados
para dar acogida a peregrinos y romeros de esta ermita.
Cebreros
Siguiendo el camino vemos, casi de forma continua, la localidad de Cebreros
sobre nosotros, aunque el camino sólo se empina al final, lo que sumado al
cansancio acumulado puede convertir la última rampa en un tramo muy duro. Justo
a las afueras de la localidad, apenas a 100 metros del camino,
sobre una roca, se levanta majestuoso el royo o picota de Cebreros, donde
quedaban expuestos los cuerpos de ladrones y maleantes durante varios días para
escarmiento de visitantes y caminantes.
Cebreros y su iglesia de Santiago
Subiendo por la calle de enfrente a la que nos ha conducido al pueblo
llegamos a la plaza de España de Cebreros, donde se sitúa la nueva iglesia de
Santiago. La antigua iglesia de Santiago, de la que se conservaba una puerta,
la torre y parte de la arquería interior ha sido convertida en un museo sobre
la democracia en honor al que fue presidente del gobierno español tras la
dictadura de Franco, Adolfo Suárez, que era natural de este municipio.
Refrescándonos en esta plaza concluimos la etapa Cadalso de los Vidrios –
Cebreros.
Fotos: Javier Perals/ Miguel Sánchez