Mulhacén Sierra Nevada.

Mulhacén Sierra Nevada.
Mulhacén, techo de la Península Ibérica

Museo de Montaña Zorro Corredero

Museo de Montaña Zorro Corredero
Museo de Montaña Zorro Corredero

viernes, 31 de enero de 2020

Coloquios Taurinos San Martín de Valdeiglesias 2020. Cuatro Rosas Taurinas.




CUATRO ROSAS TAURINAS


Hoy, 31 de enero de 2020, en el Café –Teatro de S. Martín de Valdeiglesias, se citarán con los aficionados taurinos de la zona cuatro mujeres aficionadas. Cuatro Alcaldesas de tronío, de rompe y rasga, de las de… ¡aquí estoy yo! Cuatro señoras con grandeza humana y con gran predicamento, prestancia, inteligencia y elegancia. ¡Olé por ellas y sus padres! Y que conste en acta que a ellas nadie les regaló el puesto a dedazo por mor de la paridad. A estas simpáticas, luchadoras y competentes damas nadie les regaló un atril para desde él lanzar exabruptos soeces y diatribas vulgares que llaman al desencuentro. A estas mujeres no se les supone la valía porque sencillamente nacieron con ella. Por tanto, les sobran legislaciones que les reconozcan lo que poseen de nacencia. Como ellas no tienen complejos, no necesitan que nadie las reivindique. Lo hacen por sí solas con garbo, donaire y gracia innata.
Son trabajadoras como lo fueron sus madres y padres: incansables e intuitivas, quieren ser justas y honestas. Tienen clase y saben lucirla y, claro, las personas de bien las valoran y admiran. Ellas no quieren afrentarnos y declararnos una guerra taurina, a diferencia de quienes quieren vegetar hilvanando consignas excluyentes. Pero si son las madres de nuestros hijos, ¡cómo no vamos a quererlas! Las personas que no tienen sus virtudes, ¿creen que no las valoramos porque sus mentes les dictan que las consideramos inferiores? Quizá lo son y no lo asumen por falta de educación. Parecen existir personas que, si no llaman a la guerra, al combate y al desprecio no se desarrollan mentalmente. ¿Tan difícil les resulta luchar por sus derechos respetando los de los demás? ¿Es que quieren imponer los suyos porque les parecen que sólo ellos (as) están en posesión de la verdad incontrovertida?

Las Alcaldesas de nuestros pueblos colmados de riquezas históricas, culturales y con tradiciones que, como el toreo, forman parte de ellos, los defienden valiente y gallardamente porque reconocen que, si brotaron libremente del pueblo, al pueblo pertenecen. Al nacer les enseñaron a ser tolerantes y respetuosas, a querer y a ser fieles a sus raíces, no a despreciarlas. ¿Es tan difícil entender eso? ¿O tendrán que crear una Asociación de Mujeres Taurinas?
Esas otras asociaciones, que se arrogan la igualdad, ¿defenderán en la puerta del teatro el derecho que tienen nuestras alcaldesas a ser aficionadas y sentirse toreras o, por el contrario, irán a censurarlas? ¿Caerán en la contradicción de coartar su derecho y libertad de expresión mientras proclaman cínicamente que defienden precisamente eso? O únicamente cuenta el derecho de expresión a la carta. Es decir, el suyo que es el único que vale, el genuino… Los demás son falsos... Eso es desconsideración a los derechos de los aficionados(as). No sólo es razonable lo que digan algunas asociaciones subvencionadas con nuestro dinero que, además, parecen pretender adoctrinarnos pontificando que el único atropello que existe es el que ellos (as) dictan. Sabed que a la Tauromaquia la asiste el derecho a existir libremente.
Hoy me levanto con respeto y admiración y brindo por ellas, por nuestra libertad, su valentía y por la Tauromaquia. Brindo por cuatro mujeres que son las cuatros rosas más valiosas del jardín del toreo del Valle del Honor: María del Mar Martín, Alcaldesa de El Tiemblo (Ávila); Verónica Muñoz, Alcaldesa de Cadalso de los Vidrios (Madrid); Natalia Núñez, Alcaldesa de Cenicientos (Madrid) y Mercedes Zarzalejo, Alcaldesa de San Martín de Valdeiglesias (Madrid).
Miguel MORENO GONZÁLEZ

jueves, 30 de enero de 2020

INVASIÓN DE PARAGUAS Y SETAS SOBRE LA CIUDAD, por Miguel Moreno


INVASIÓN DE PARAGUAS Y SETAS SOBRE LA CIUDAD


    Siento en Cadalso un raro placer al observar paciente los días de lluvia desde la ventana. Los cristales acaban empañados por el calor reinante en la estancia que ocupas; en tanto oyes acariciante el crepitar del agua sobre el tejado y los melancólicos latidos del corazón. No obstante, si el día lluvioso acontece en la ciudad y a uno se le ocurre bajar a la calle para empaparse de agua y de vida, observarás con desconsolada irritación como ese encanto salta hecho añicos por mor de la dictadura paraguil. Tropezarás con miles de personas aceleradas y nerviosas, cuan endriagos quijotescos, surcando calles que no van a ninguna parte y al grito de: “¡Mi reino por un paraguas!”, arrasan inmisericordes con sus pertrechos paragüeros, a paraguazo limpio, con todo lo que encuentran a su paso (incluidos lectores inocentes y poetas ensimismados) sin piedad ni miramiento alguno. Paraguas de dimensiones descomunales con figuras y colores intimidatorios y sistemas retardados de aperturas homicidas. Utensilios que, al menor descuido, te introducen en el pabellón auditivo externo, en la membrana pituitaria del apéndice nasal, en las papilas gustativas del paladar, en los ojos de ver o, si te descuidas, según los sacuden o los sujetan del indómito ventarrón, en el valioso aparato disfrutador (“¿disfrutas, cariño…?”). Toman al asalto autobuses y estaciones de metro e invaden las aceras más protegidas mandando a los sin-paraguas a la cruel intemperie de la calzada, mientras con aire arrogante de perdonavidas te miran blandiendo desafiantes el arrojadizo adminiculo señalando directo a tu cabeza: “¡Te daba así…!



    Es extraño esto de la lluvia. En época de sequía la gente está compungida, dominada por el temor a los hipotéticos cortes de agua y el fin de la Naturaleza y de la vida. Es entonces cuando los diferentes países, naciones y estados que componen lo que antes conocíamos como España se disputan desafiantes el escaso líquido elemento. Cosa curiosa y digna de observar es como se arrojan reproches a la cara así procedieran de una potente manguera que en vez de agua escupiera improperios. Todo el mundo clama, se rasga las vestiduras, se mesa los cabellos y extiende los brazos al cielo implorando no sé qué género de sortilegios o milagros en forma de lluvia, que palíen lo precario de la atmósfera y sus estados anímicos próximos a la esquizofrenia de atar. Ya más tranquilos, se me antoja que un riguroso estudio sociológico confeccionado por sesudos sociólogos no estaría de más en este tema.



    En cambio, hete aquí que cuando llegan las lluvias vemos con espanto que no estábamos preparados para ellas: Las casas se llenan de goteras y los niños se ponen insoportables encerrados, los mayores llegan al hogar húmedos y enojados, en las urbanizaciones se anegan los sótanos, se forman balsas de agua en las carreteras que ocasionan retenciones kilométricas, los ríos se desbordan provocando desastres que la sequía, mucho más prudente y sosegada, jamás originaría. Los pantanos acaban, al fin, desaguando miles de metros cúbicos de agua por segundo para evitar riadas que sumirían zonas enteras en una sobrecogedora devastación. A la sazón, los polítiquillos se olvidan de acometer las obras pendientes y crear las infraestructuras de los imprescindibles trasvases. Hace tan sólo unos días resultaban ineludibles realizar y ahora nadie lo recuerda. Si se hicieran en temporadas lluviosas no provocarían encono, más bien parabienes, entre los distintos jerarcas que dominan con verbo sofista sus respectivos países; éstos, antiguamente, repito, comprendidos dentro de España. Humilde nombre tocado con eñe y que a muchos provoca sonrojo, tartamudeo y visible malestar. A la vez, los incontables políticos siguen a lo suyo: despotrican contra los funcionarios y olvidan que ellos cobran del mismo que lo hacen los primeros, con la diferencia de que con el sueldo de un político (cientos de miles de euros) se pagan a entre 7 y 10 funcionarios de a pie. Éstos, con su sueldo dan de comer a sus familias y comerciantes y ellos -los políticos-, lo emplean en entretenimientos varios, adornados con argucias hipócritas en televisiones y radios que ofenden la honestidad del común de los mortales…


    Retorno al principio. Creo que infinitamente peor que lo arriba descrito, es la invasión de la ciudad por seres con pinta de setas coloreadas que sin recato ni pudor la pasan por las armas paragüeras. Son los mismos que no ha mucho elevaban los brazos implorando unas gotas de agua que lavaran y aliviaran sus conciencias y que hoy aparecen redimidos de sus angustias. ¿Tan dañina es el agua cayendo hacia abajo en Ex-España? ¿No habría forma de consensuar una de esas Leyes que nadie cumple -aunque al menos a su abrigo nos permitirían el socorrido derecho al pataleo-, para proteger a los parias desamparados llamados sin- paraguas? ¿Podría subvencionarse generosamente, en cumplimiento de la mencionada Ley, a aquél que no porte paraguas y multar ejemplarmente a quienes lo lleven sin cumplir unas mínimas reglas de convivencia? Si esto no es posible me malicio que no habrá más remedio que invocar a San Isidro para que nos deje como estábamos: Secos pertinaces, sin políticos peculiares y sin paraguas opresores.
                                                                                                                            

 Miguel MORENO GONZÁLEZ

 Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso





miércoles, 29 de enero de 2020

La calle de la Sangre se está mojando


La calle de la Sangre se está mojando 




De las calles de Cadalso siempre emana un sentimiento que te ayuda a ser más sensiblemente cadalseño, es muy posible que esto sólo nos pase a los que nos sentimos de aquí en todos los momentos y aspectos. A veces nos internamos sin mucho convencimiento en cualquiera de nuestras calles camino de un recado, una visita, o simplemente por gusto, somo conducidos por nuestro cerebro que actúa como mapa, todo está grabado en él, no necesitas pensar, sólo te dejas llevar hasta tu destino, pero según caminas una parte de ese cerebro te va trayendo personajes y actos de otro tiempo, incluso de hace tres días o de ayer. Suena la conciencia mientras las gotas de agua acompañan tus pasos, el humo de una chimenea asciende hacia los altos cielos, hoy encapotados, de Cadalso, notas que estás vivo no sólo en ti, también es el ambiente que te rodea, y esto ya es suficiente para sentirte dichoso y agradecido. 
Feliz día a todos.

Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso


lunes, 27 de enero de 2020

Auschwitz, 75 años después de su liberación


El campo de concentración nazi de Auschwitz Birkenau fue liberado por las tropas soviéticas el 27 de enero de 1945. Hoy se celebra el 75 aniversario de sus liberación 


Entrada al Campo de Auschwitz con el letrero:  Arbeit macht frei; El trabajo libera.

Por aquí entraban los trenes cargados de personas.

Hoy se celebra el día de la liberación de Auschwitz por las tropas soviéticas. El campo de concentración de Auschwitz se componía de tres campos en uno, en el primero estaban los hombres, en el segundo, llamado Birkenau, las mujeres y niños y el tercero estaba dedicado al trabajo esclavo de los presos. Situado en la Polonia ocupada por los nazis durante la II Guerra Mundial, el campo se encuentra a unos 43 kms de Cracovia, siendo el campo de mayor concentración y exterminio de personas, se calcula que fueron 1.300.000 las que fueron allí llevadas y de las cuales murieron un 1.100.000, el 90% judíos. Según entras en uno de los campos podemos leer, Arbeit macht frei, que quiere decir El trabajo libera, lema de las SS alemanas que estuvieron a cargo del campo.
La verdad es que nos es un lugar muy agradable de visitar, pero al menos una vez en la vida deberíamos pasar por allí para ver y sentir, porque a pesar de los años transcurridos, todavía se siente y se huele el horror que durante los años que se mantuvo en funcionamiento allí se desarrolló, realmente impresionante. Digo lo de la visita porque es la mejor forma de conocer los hechos allí ocurridos y que de esta manera nos sirva para que en nuestros pensamientos y en el día a día, esto no vuelve a ocurrir.

Uno de los dibujos realizados en el campo por un prisionero.




Entrada al campo




Una vez en el campo se les retiraba todo lo que poseían.








Fichas de los detenidos




Entrada a uno de los barracones 

 Literas donde se hacinaban los detenidos.


Acceso cámara de gas

Latas utilizadas en las cámaras de gas


Cámara de gas 


 Hornos crematorios

 La tropas soviéticas destruyeron gran parte del campo



Una chica reza ante el monumento a los judíos exterminados 


Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso



sábado, 25 de enero de 2020

La Huerta en silencio invernal



El silencio invernal de la Huerta cadalseña



Hoy es uno de esos días que poco apetece salir, dejarse llevar y disfrutar, las inclemencias anegan el ánimo y todo se plagia de abulia. Decía un viejo cadalseño con el que solía hablar, que cuando antiguamente se veía la Plaza, se entiende de Cadalso, llena de gente, era porque el tiempo acompañaba y el dinero también. Si miramos esta foto de lo que siempre hemos llamado La Huerta, es evidente que el tiempo poco o nada acompaña y de lo otro, no sé, pero es muy probable que con la que estamos atravesando en los últimos tiempos, y con lo que ya nos dejamos en las costosas Navidades, seguramente tampoco el dinero acompañe mucho. Bueno, tranquilidad y sosiego que ya vendrán los días soleados de primavera-verano y lo otro pues también. 
Feliz sábado a todos. 


Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

viernes, 24 de enero de 2020

El Valle del Tórtolas de Cadalso de los Vidrios


Valle del Tórtolas




Ver vídeo....


El día oscuro y lluvioso de hoy nos sorprende con un Valle del Tórtolas casi monocromo y la nieve que asoma al fondo en la cuerda del Cerro Casillas, oculto, hasta el Cerro Guisando. Con un mejor día soleado mejores vistas, pero de momento habrá que conformarse.



TÓRTOLAS ES UN EDÉN


Tórtolas es un Edén
se mire dónde se mire,
se tire por dónde tire
y aborrascado también.
Decidme si existe quién;
en Tórtolas no ha sentido
ver algo ya conocido
en los recónditos sueños,
motivadores de ensueños
de todo lo ya vivido.



Saturnino Caraballo Díaz

El Poeta Corucho



Zorro Corredero
Vídeo; Archivo Fotográfico Pedro Alfonso


jueves, 23 de enero de 2020

MISTERIOSOS ENCUENTROS MUSICALES, por Miguel Moreno


(Dedicado a la banda infantil de la U.M. de Cadalso, también a los mayores de la Banda centenaria, a los Clásicos al Atardecer de Radio Cadalso y a todos los melómanos cadalseños)

                                                               MISTERIOSOS ENCUENTROS MUSICALES



Suena Franz Liszt. Sus sinfonías y conciertos para piano me parecen cargantes. No me sobresaltan, no me elevan, no me emocionan. Sin embargo, una tarde de viernes lluviosa, yendo hacia Cadalso, sonó un vals melódico en la radio del coche que me atrajo. No lo conocía (conozco muy pocas cosas y a medida que me voy haciendo mayor cada vez conozco menos de todo, sólo reconozco que necesito que me quieran de manera arrebatadoramente bella), pero sus notas empezaron a envolverme y consiguieron que mi mente comenzara a volar imaginando historias cadalseñas enamoradas. Alguien nos ilustró diciéndonos que se trataba del Vals de Mephisto y nos contó una hermosa leyenda: “El mito del Doctor Faust, símbolo de la condición humana que se debate entre Dios y el Diablo (Mefistófeles), atrajo la atención de muchos compositores románticos que le dedicaron sendas obras. Liszt debe ser incluido en esta lista. En 1.881 compuso el Mephisto Waltz, subtitulado Danza en la posada de la aldea. Para ello se inspiró en un poema dramático homónimo escrito por el poeta romántico alemán Nikolaus Lenau. Se relata cómo el héroe, en compañía de Mefistófeles, su guía sobrenatural, escucha una música de danza en una posada pueblerina. Cuando Mephisto se pone a tocar él mismo el violín, la danza toma un cariz desenfrenado y febril, y, al final, al oírse el canto de un ruiseñor, Faust y la hija del posadero desaparecen en la oscuridad...” Pero nosotros no desaparecimos, seguíamos allí y, para mi sorpresa, aquel momento fue maravillosamente superado cuando a continuación oímos El poema sinfónico Nº3 de Los Preludios, también de Liszt. Aquella música se me reveló como una fuente inagotable de emociones y me iba abriendo camino, entre pinos y lluvia, a nuevas y bellas esperanzas que yo ya estaba gozando sobrecogido. Ahora lo estoy oyendo de nuevo según voy escribiendo estas líneas que se enredan entre la fantasía de su música.

Beethoven, Franz Schubert, Franz Liszt y Tomás Bretón


Mis recuerdos inolvidables nacen de encuentros inesperados. Para ser más exacto diría que esos encuentros lo son con un amor que me hace vivir, volar, llorar y soñar. Nunca olvido estas composiciones ni cómo se me revelaron, tampoco olvido el encuentro con la Sinfonía “La Grandiosa” de Schubert, un mediodía de septiembre viniendo de Denia a la altura de Arganda. No sé por qué él la llamó “La Grandiosa”, pero yo me inventé una historia y la acuñé para mí como auténtica y, a veces, a solas, vuelvo sobre ella y la perfecciono según me la cuento en la intimidad. Un día la escribiré y, subrepticiamente, la publicaré en La Red para que algún musicólogo o melómano se escandalice al leerla y me conteste en algún lugar con exabruptos rasgándose sus vestiduras musicales (que no sentimentales) y diciendo que eso es apócrifo y que no hay derecho a tamaña desfachatez. Menos aún olvido cuando escuché “Ante la Alhambra”, de Bretón. Me sorprendió una tarde navideña, fría y con ventisca, paseando con Paloma por una urbanización cadalseña, sus notas se colaban como susurros por entre las rendijas de las puertas y las ventanas de un chalet impersonal, blanco y pequeño por fuera que no hacía presagiar la fascinación que ocultaba por dentro, ¡lo que nos confunden las apariencias! Cuando miré indagando, me pareció observar la majestuosidad de un hombre maduro con pelo largo peinado hacia atrás y provisto de fina batuta que esgrimía con tal delicadeza que parecióme que esas notas conmovedoras brotaban armónicas de ella hacia arriba, expandiéndose seguidamente hacia todos los confines alegrando a las criaturas del bosque. Mi encuentro con el 2º Movimiento de la Sinfonía Nº9 de Beethoven, tuvo lugar en noche melancólica. Leía a Miguel Delibes y sus acordes me llegaron como fondo musical que acompañaban a alguien desconocido. Sus vibrantes sonidos me sobresaltaron llenándome de optimismo e hicieron que me reconciliara conmigo mismo al momento. Floté durante un tiempo eterno por lugares remotos y placenteros y, desde entonces, cada vez que le oigo, me veo siempre corriendo alegre a caballo.




También fue un encuentro con el amor (dolorido) aquél que tuve, sentado junto a Paloma en una terraza de ensueño del paseo marítimo del Puerto de la Cruz en Tenerife, una noche dulce de septiembre que ocultaba dentro de sí misteriosos hallazgos para mí. Las olas chocaban perezosas contra las rocas negras y volcánicas del malecón llegando algunas rotas a mojar suavemente nuestros pies. Y recuerdo que no olía a salitre. Es curioso. En todos los días únicamente percibí ese cautivador olor una mañana que me vino sin avisar. En aquel momento de aquella noche serena y extraña me invadió un miedo inexplicable, un temor a lo desconocido que me dejó desamparado al borde de mi abismo. Ocurrió cuando me inquietó la idea de que un día ya no volveré a sentir más todas estas cosas. No siento morirme por dejar este mundo. Siento morirme por dejar de sentir. Siento morirme porque llegará un día traidor en el que ya no podrán estremecerme estas hermosas sensaciones. Siento morirme porque no tornaré a descubrir la magia y los miles de milagros que se producen cada jornada a mi alrededor. Siento morirme porque dejaré de abrazar las evocadoras madrugadas de mi pueblo.



Por eso lo siento. Y por eso, seguramente por eso y no por otra cosa, moriré definitivamente de pena. Pena por no poder seguir junto a Paloma que me rodea con su ternura infinita haciéndome sentir como si fuera un niño bueno, el cual se siente feliz de vivir y correr por entre las piernas aterciopeladas de sus mayores. Sentí una súbita angustia en aquel instante al pensar lo solo y desabrigado que estaría mi padre y todos los seres que me han querido mientras que yo estaba allí, tan lejos de ellos, sin poder hacer nada y sin saber cómo volver. Y entonces me emocioné desconociendo por qué (bueno, si lo sabía, pero daba lo mismo) y rompí a llorar silenciosa y disimuladamente. Estaba frente a ese mar tan negro, tan inodoro y tan inmenso y yo tan sin color, tan dolorido y tan pequeño, vuelto sobre mí para que nadie contemplara como me resbalaban lentamente por las mejillas las lágrimas saladas que se confundían con el agua también salada del mar. Descubrí allí desconsolado que el mar es una inmensa lágrima ¡Cuántas cosas descubre uno desalentado en esos momentos! ¡Qué maravilloso relato perdido entre las letras de mi alma! ¡Qué plenitud y qué triste alegría de vivir! ¡Y qué pena por no sentir pena! Según nos alejábamos oíamos a las olas interpretar su adagio infinito. Todavía la música…


Miguel MORENO GONZÁLEZ

miércoles, 22 de enero de 2020

Calle de la Sangre, un suspiro en el amanecer de Cadalso.


Calle de la Sangre




Buenos días a todos desde el Zorro Corredero, hoy la lluvia sigue incesante sobre Cadalso, cosa que se agradece y mucho por la gran falta de agua. El viento se ha calmado y las temperaturas son un poco, sólo un poco, más altas, estaremos entre 7 y 2 grados. Y para muestra esta imagen de la calle de la Sangre. Algunas calles te internan en el lugar de tus juegos, de los sueños y de la juventud. Esta visión hace que te detengas, mires, y a pesar del escalofrío producido por la humedad, suspires en la soledad que ahora es tu única acompañante por esta calle tan cadalseña.


Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso


martes, 21 de enero de 2020

Novillada en Cadalso de los Vidrios. Año 1971


Novillada en Cadalso
Y sólo han pasado 49 años, total que es medio siglo, nada de nada.

Sacando a hombros a Alfredo Herrero_____ 19.9.1971

Fue una novillada sin picadores que se celebró el 19/09/1971. El empresario era José Ramón Lafuente. Se lidiaron 4 novillos de Abad Hermanos por los novilleros: Pepe Pastrana (natural de Pastrana. Guadalajara ) y Alfredo Herrero (de Talavera de la Reina. Toledo ). En la primera foto un grupo de cadalseños, muy jóvenes por aquello años, saca a hombros de la plaza portátil de Cadalso a Alfredo Herrero que triunfó  de forma auténtica y clamorosa. Tanto me gustó aquel día, que le estuve siguiendo la pista un tiempo. Sé que toreó en Las Ventas y "funcionó" un par de años, luego se retiró. 


Con los toreros Pepe Pastrana y Alfredo Herrero en el Hostal de Cañardo______19.09.1971

Pepe Pastrana toreó mucho más y tuvo buen cartel, pero también desapareció pronto.  En Cadalso volvió a torear Pastrana el 16/09/1973, ya en novillada con picadores,  acompañado por los novilleros César González y Andrés Ortiz. Los llevamos hasta La Huerta, donde se hospedaban y allí nos hicimos las fotos en la barra de verano que había junto a la piscina de Cañardo. 


Miguel con Alfredo Herrero en el Hostal de Cañardo.

Miguel Moreno
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

lunes, 20 de enero de 2020

Cadalso. Cadalso, tiene....por Saturnino Caraballo



CADALSO,CADALSO, TIENE




Cadalso, Cadalso, tiene
tiene Cadalso un cronista;
al que seguimos la pista
pues a todos entretiene.
Nuestra atención la mantiene
nos ilustra y nos enseña
con letra grande o pequeña,
Pedro Alfonso con su Zorro,
palacio se quita el gorro
y en la torre la cigüeña.

Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho

viernes, 17 de enero de 2020

Siete Picos, invierno sin nieve.


Siete Picos en invierno, sin nieve de momento.



En esta época lo normal sería que para subir a Siete Picos tuviéramos nieve desde el mismísimo puerto de Navacerrada, pero las cosas no van bien este año, el pasado tampoco fue generoso en nieves, aun así esperemos que lo que queda de invierno venga más cargado de ese elemento blanco que cubre las montañas y sirve para que muchos disfrutemos en su entorno y para que todos tengamos, cuando el deshielo de primavera llene los pantanos, agua para poder beber en los veranos tan secos que por estas tierras madrileñas nos suelen acompañar cada año. 
Pero bueno, la llamada de la montaña está hay, con nieve o sin nieve, y nada mejor para saciar esa llamada que un paseo por Siete Picos, acompañados de algunas flores, cada vez menos raras en invierno por estas montañas, y las vacas que pastan alegres donde otros años la nieve lo cubre todo, es lo que toca y así debemos admitirlo. Poco más que decir, si acaso que nuestras cercanas montañas de Guadarrama, aun sin nieve también tiene su encanto en invierno, aunque es evidente que no es lo mismo. Y así con la ilusión de que lleguen las nieves, parece que algo llega, pero no mucho, os deseo un feliz viernes a todos. Salud y montaña.


















Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
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