EL PEREGRINAJE A SOLAS CON EL SANTO
CAMINO DEL TIEMBLO ENTRE NOTAS MUSICALES
Con la cúpula del cielo allá en lo alto
que extiende de mis pasos el rumor,
impertérrito el firme del asfalto,
desoye de mis rezos el fervor.
Con un grillo cantándole a la luna
su “gri- gri” de atenorado cantor.
Entre arpegios celestes de una tuna,
elucubramos San Antonio y yo
de variantes de tiempo y de fortuna.
Mas el Santo en su batuta da el do,
y luces de Cadalso dan reflejo
que me impiden responderle sí o no.
En sus fiestas Cadalso es un espejo
con su Cristo de Guía y de Pastor,
defensor del terruño y su Concejo.
Le rodeo y bordeo en derredor
y tórtolas enfilo cuesta abajo,
nocherniego descenso soñador.
Aterrizo en el llano sin trabajo,
y helor del riachuelo me impregna y da
ante un vuelo nocturno de arrendajo.
Mi sombra al Santo encadenada va,
y al arribo a los Toros de Guisando,
nota musical de parar da en fa.
Pues hora ya parece de ir cenando,
y hacemos un remedo de acampada
que permita al esfuerzo ir repostando.
Y piedras totémicas historiada
sus cítaras las mueven con el viento,
que música da en cuesta de Tablada
He imbuido de gran fe y recogimiento,
El Tiemblo ya lo avisto en la distancia,
impulsor de mí viaje y sentimiento.
Mas lactante de espiritual lactancia
por sus calles tras del Santo voy en pos,
peregrino de antigua trashumancia.
Y
damos tono a nuestro dueto a dos,
y en su iglesia una musical soflama,
en tanto dentro del templo el buen Dios
en mi alma música sacra derrama.