Mulhacén Sierra Nevada.

Mulhacén Sierra Nevada.
Mulhacén, techo de la Península Ibérica

Museo de Montaña Zorro Corredero

Museo de Montaña Zorro Corredero
Museo de Montaña Zorro Corredero

jueves, 31 de marzo de 2022

VÍCTOR Y EL AZUL CELESTE DEL CIELO CADALSEÑO, por Miguel Moreno.

VÍCTOR Y EL AZUL CELESTE DEL CIELO CADALSEÑO


Víctor es de esa clase de personas en las que los poetas detienen su mirada buscando inspiración para crear su obra. De esos seres mitad humanos, mitad divinos, que se nos quedan fijos para siempre en el recuerdo y en el corazón. Muchas noches hemos caminado y bebido juntos confiándonos sentimientos, emanando nostalgias inmortales, recubriendo con una fina capa de melancolía la amistad que protege nuestras pequeñas cosas. 

            Mil veces su memoria impactó en la mía con citas del Quijote o con frases de mis escrititos que yo no recordaba. Porque uno es distinto cuando escribe y se emociona a cuando vegeta meditabundo por la vida. Su romanticismo es de tal intensidad que durante todo un invierno guardó en el bolsillo interior de su chaquetón un cuadernillo con unas frases que reuní y ordené para regalárselas. De pastas rojas era el cuadernillo, como las muletas toreras y los corazones humanos. Ya me lo enseñaba braceando a lo lejos sobre las calles mojadas, ya desde la barra de un bar con su amistad llena de sonrisas, ya desde su coche solidario cuando me veía sobre mi bici fatigado. 

            Y por eso, muchos atardeceres, sigiloso, le arrojaba por encima del latido de sus perros y de la valla que une nuestros silencios, humildes composiciones que yo sabía que tanto él como sus padres, Fela y Ángel, leerían en la habitación de arriba, mirando emocionados el declinar de los luceros cadalseños; mientras su abuela, morena por el sol de Cadalso, comentaba cariñosa y entre susurros: “-¡Qué raro es este hombre!” 

            No le agradan los tumultos y por eso en soledad busca níscalos por nuestro cercano valle de Tórtolas, patea los montes tras alegrías cinegéticas o frecuenta los ruedos taurinos llenos de lamentos y de “¡olés!”. Sabe que allí, donde casi nadie ve nada, él intuye la vida apasionada que brota del arte solitario. Víctor percibe que el mundo es hermoso cuando todo se apacigua y se acompasa a la belleza de la madrugada. Es entonces que se parapeta tras la brisa tibia de las conversaciones tomadas en frágiles vidrios soplados por cadalseños. Justo de ahí toma aliento para explicarnos por qué el cielo sigue siendo azul celeste mientras la mayoría siguen viéndole gris:  La luz del Sol llega a la atmósfera de la Tierra y se dispersa en todas direcciones por los gases y las partículas que se encuentran en el aire. La luz azul se esparce más que el resto de los colores porque viaja en olas más cortas, más pequeñas. Este es el motivo por el cual casi siempre vemos el cielo de color azul.” 


            Después reconoce que fue el aroma que desprende la expresividad de la mirada, la cadencia del caminar y las suaves caricias de Cadalso, las que le convencieron de que este pueblo, su pueblo, le acurrucará a él y a sus hijas para que nunca eche en falta su mundo de siempre.

                                                                                Miguel MORENO GONZÁLEZ


miércoles, 30 de marzo de 2022

Samode. Rajasthan. India. Zorro Corredero.

 Samode. India.

Entre Jaipur y Agra existe un lugar llamado Samode, espectacular y delicioso espacio a tan sólo 40 km de Jaipur, que te hará disfrutar y sentir la verdadera India. El pueblo tiene poco interés arquitectónico, si exceptuemos su palacio, donde destaca su decoración con flores, espejos y enorme colorido. El palacio tiene unos 500 años de historia y gracias a sus patios adornados con buganvillas, sus arcos y espejos y a la decoración con coloridas cortinas y muebles de época hacen que sea un espacio atrayente y digno de visitar. 

Samode es pequeño, se encuentra en el estado de Rajasthan, uno de los más visitados de la India por su popularidad entre los turistas. Lugar sencillo pero a la vez privilegiado por su natural entorno. Al entrar en el pueblo eres recibido por una familia de monos que suben y bajan de los árboles, y que si te descuidas te roban hasta la cámara de fotos, menudos son. A medida que paseas por sus calles vas encontrando hombres que trabajan en plena calle,  mujeres que miran extrañadas mientras portan leña o recogen agua junto a sus hijos, vacas, cabras, una especie entre cerdo y jabalí que deambula por las calles como si nada, jóvenes que te venden de todo, arte hindú, marionetas, dibujos, pulseras que por un euro te dan 20, cualquier cosa, y muchos niños que no se separan de ti mientras te piden dinero y que te sonríen a pesar de la dura vida que aquí deben llevar, aunque se les ve muy felices. La verdad es que este lugar resulta tan diferente a lo que estamos acostumbrados, que no sabes donde mirar, y muchas veces como actuar, pero lo que si notas es que la gente vive en la calle, son felices, a primera vista, y no parece que les falta la comida. Samode es sin lugar a dudas un lugar que no puedes dejar de visitar si alguna vez viajas a la India. Mira cada foto porque sólo así podrás sentir como es la vida en este pequeño pueblo de la India en el estado de Rajasthan. 
















































Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

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