ENTREGA
DE LOS XIX TROFEOS TAURINOS 2018
(XVI RACIMO DE ORO DE CADALSO DE LOS VIDRIOS).
ROMÁNTICOS, ANIMALES
Y ANIMALISTAS
(Hace
33 años ya que gracias a Paquillo y a Rufino, Radio Cadalso fue pionera en la comarca
retransmitiendo festejos taurinos en los años 80. Sus miradas, cuando
partieron, parecían decirnos: “Adiós
compañeros, hermanos, amigos. Despedirnos de los toros, del sol y de los
pinares.” Balta recuerda estas cosas las tardes de los sábados en su
programa de Clásicos al Atardecer)
España cambia,
unas veces para bien y otras para lo contrario. En ocasiones esa transformación
coincide con nuestras ideas o intereses y otras no tanto. Estoy de acuerdo con
los principios de algunos movimientos sociales actuales, aunque posteriormente
toman derroteros que no son, en mi opinión, los adecuados. Puede ocurrir que
acaben amparando intereses espurios de grupos de presión, de partidos o de privilegiados…
Ello ocasiona que cada vez tenga más incertidumbres y menos seguridades. Pero
me sigo sintiendo muy torero y muy español.
Sobre el
tema tan en boga del trato a los animales: Yo viví de pequeño junto a ellos en
Cadalso de forma natural. Tan natural era que el borrico, el gato, la mula, el
perro… habitaban en tu propia casa y en el corral lo hacían los conejos, las gallinas,
el guarro y el carnero, al que yo toreaba cuando volvía mi abuelo con él del
campo… Aquello fijaba una relación de cuidado, dependencia, cariño y respeto. Sabíamos
que nos eran útiles y necesarios; por tanto, no podías ir contra tus propios
intereses maltratándolos o no atendiendo sus necesidades más perentorias:
comida, limpieza, sanidad… Nos ayudaban, y en agradecimiento nosotros les
protegíamos. No he visto acariciarlos con tanta ternura como lo hacían, y lo
siguen haciendo a los pocos que quedan, los cadalseños.
Miguel y su perro Mingo
Estoy
hablando de otra época. Una época en la que el toro era el rey de estos lares,
una época en la que, repito, los animales irracionales convivían con nosotros,
los animales racionales. Una jerarquía establecida sin leyes ni normas. Nacida de
la necesidad de concebir una simbiosis que beneficiara a ambos. Todo giraba en
su derredor. Incluso muchas fiestas locales tienen su origen en las ferias de
ganados que se celebraban entonces. De ahí procede, y no de otro argot, el
nombrar a la sucesión de varios festejos taurinos como Feria. Mis dos abuelas Luisas me relataban al calor de la lumbre, que sus contemporáneos empleaban los cuatro
días de las Fiestas Patronales (no tenían vacaciones), en actividades lúdicas relacionadas
con los animales: toros, mulillas, caballos, vaquillas…, después de estar los
otros 361 días restantes del año en compañía de los mismos. Y es que mi
infancia cadalseña fue un cuento conmovedor de amor, toros y toreros.
¿Cómo explicar
esto a quienes jamás llegarán al grado de identificación que nosotros tuvimos
con aquellos bichos y que encima nos insultan impunes? Seguramente en su disco duro mental llevan grabado un
programa cerrado a cualquier actualización comprensiva. Situaciones así se dan cuando
éstas -y otras defensas- se hacen sin profundizar en la cuestión a defender y dejándose llevar, a mayores,
por la moda, los medios de comunicación, el odio o cualquier ocurrencia que anteponen
al sentido común, que es el menos común de los sentidos… Esta gente declara con
ligereza y malicia que quieren ver a los toros vivos y libres y a los toreros muertos. Si esto se acaba, ¿de qué vivirán
y qué libertad conservarán los morlacos famélicos que esperarán en campos
yermos su definitiva desaparición? ¿Y ellos… de qué forma acallarán ellos sus
conciencias por haber deseado la muerte de personas inocentes, niños incluidos?
No todo vale… Me temo que la maldad y la ignorancia son muy atrevidas. Más que
la educación y el diálogo. Mis abuelas sentenciarían: Todos somos animales. Eso sí, unos más que otros.
La vida tiene
sus matices. Incluso lo sublime coexiste con lo vulgar: ¿Cómo si no, casaría el
arte excelso y sobrecogedor de Rafael de Paula con aquella melancólica inseguridad
suya? Tenía Rafael, como los elegidos, el don de llevar razón aún estando equivocado.
Sin embargo, nadie posee la verdad absoluta. El tiempo, la meditación, la
tolerancia… edifican nuestra identidad. Abren nuevos horizontes que te hacen
evolucionar y ver la realidad de diferente forma a como la percibías antes. Siempre,
lógico, que esa evolución sea producto de la reflexión y no del falso interés… Si
no te gustan los toros no vayas. Yo tampoco iré a votarte. ¡Dejarnos con
nuestros sentimientos! Los abolicionistas
no creen que el verdadero aficionado defienda la integridad del toro. Pero lo
hacen pese a los intereses de los "antis",
de algunos taurinos profesionales faltos
de seriedad y de la cohorte de políticos demagogos e incultos en esta y otras
materias. Desconocen nuestras raíces y las diferencias que tenemos con
quienes tanto daño causan al toreo. El problema es que el peligro, además de
fuera, también está dentro.
Miguel, en el centro, junto a los dos triunfadores.
Unos
románticos incomprendidos e idealistas. Eso somos los pocos aficionados que
quedamos. Solemos reunirnos en torno a actos como el de hoy para entregar los
Trofeos Taurinos Racimo de Oro de Cadalso de los Vidrios y rendir público homenaje
a los galardonados: Fernando Flores, triunfador absoluto e indiscutible del
Racimo de Oro 2018, y Ángel Muñoz Becerra, propietario de la ganadería "Guadajira",
que lidió el Día del Cristo el mejor novillo de nuestra Feria, “Marítimo”.
Ellos saben que la Tauromaquia se sustenta sobre los pilares de la autenticidad,
que nos trasmite ánimos para seguir avanzando; de la lidia, que crea dominio
y belleza artística y de la bravura, que aviva nuestro entusiasmo. Ángel
y Fernando encarnan estos supremos valores. A los falsos amigos del toro les
será difícil acabar con él si contamos con ganaderos y toreros con su raza y
honestidad. Sus nobles creencias se cimientan en mantener viva la grandeza del toreo.
Ese toreo que nos susurra emocionado al corazón.
Miguel MORENO GONZÁLEZ
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso