Mulhacén Sierra Nevada.

Mulhacén Sierra Nevada.
Mulhacén, techo de la Península Ibérica

Museo de Montaña Zorro Corredero

Museo de Montaña Zorro Corredero
Museo de Montaña Zorro Corredero

viernes, 25 de enero de 2013

Cenicientos en el recuerdo. Vista desde el canto de la Atalaya



Cenicientos en una vista desde el canto de la Atalaya. A la izquierda junto a la carretera se ven los álamos del puente de la Venta.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Auténticas joyas cada una de las fotografias de Alberto Ayuso, un testimonio impagable y único, fiel reflejo de lo mucho que, en pocos años, han cambiado nuestro pueblos y nuestro paisaje, para bien en casi todo y, para mal en otras ocasiones.
Viendo la imagen imagino y elucubro: si miramos con unos prismáticos quizás podriamos ver a Pepe Isbert, Manolo Morçán y demás elenco esperando, ahora desde Cenicientos, la llegada de los americanos encabezados por Mr. Marshall.
Gracias Alberto y Pedro por estos momentos de nostalgia y evocación de otros tiempos, personas y paisajes.
Un abrazo. Balta

Anónimo dijo...

Precioso mi pueblo

Ana Diaz

Anónimo dijo...

Que bonito y me alegro este pequeño homenaje a mi tío Luis Ayuso. Gracias

Mari Feli Pérez Fermosel

Saturnino Caraballo Díaz dijo...

ATALAYAD LA ATALAYA

Atalayad la Atalaya
para el oteo del llano,
subios al altiplano
de la Buvera en su raya.
Paisajes de toda laya
van a contemplar después
vuestros ojos a través
de la toledana Mancha,
que presta la imagen ancha
de ver el mundo a los pies.

Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho

Saturnino Caraballo Díaz dijo...

EL MILAGRO QUE EN CENICIENTOS NO FUE

En el canto la "Atalaya",
se dio un supuesto milagro
y un corucho que en el agro
palidece y se desmaya.
La pupila se le raya
por cercano resplandor
como floración de flor,
y no siendo primavera
seca y ocre la pradera
dice"¿qué es esto Señor?

El Señor se mostró mudo,
y él se rascó la cabeza
entre obtuso y la simpleza
pensando en un Dios ceñudo.
Se halló sin divino escudo
¿ y qué hacer? se planteaba
y respuesta a sí se daba:
esto es milagro sin duda,
es Dios quien viene en mi ayuda,
y muy ufano se esponjaba.

Raudo atravesó las Ventas
y voló por el Cerrillo,
al que llaman matagrillo,
las criaturas cenicientas.
Echando a solas sus cuentas
frente a la iglesia se para,
y ante el cura se descara
y le cuenta su secreto,
esto es un milagro neto
y el cura:¿cosa más rara...?

Volteaba el campanario.
Las gentes regocijadas,
incrédulas y admiradas
ante aquel imaginario.
Fuego echaba el incensario,
mas la conclusión aquella
con fugacidad de estrella
fue que en rayito de sol
daba de lleno el resol
al culo de una botella.

Saturnino Caraballo Días
El Poeta Corucho

Anónimo dijo...

Que paisaje tan bonito

Ana Diaz

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