(No todos han de poseer la sensibilidad necesaria para emocionarse con el toreo…)
FERIA TAURINA DE SAN
ISIDRO. RECUERDOS DE TORERÍAS INOLVIDABLES
Mañana, viernes 10 de mayo, comienza la Feria Taurina de San Isidro. Fue
ideada en 1947 por el empresario Don Livinio Stuyck que pertenecía a una familia
de tapiceros flamencos. El rey Felipe V trajo a su familia a España desde
Amberes en 1720 para fundar la Real Fábrica de Tapices. Don Livinio estuvo al
frente de Las Ventas más de 20 años, fue también el precursor de la Venta del
Batán, hoy lamentablemente abandonada. Murió en 1980 y quedó inmortalizado en
un busto situado en el Patio de Arrastre de la plaza. Servidor está abonado a
Las Ventas, sin solución de continuidad, desde 1977.
Esta temporada se cumplen 55 años desde mi primera asistencia a Las
Ventas. Y justamente 50 desde que Rafael de Paula conmovió los cimientos
artísticos del toro con un quite antológico el día de su confirmación de
alternativa. Recuerdo ambas tardes, entre otras muchísimas más. Pero hoy me
apetece compartir unos escrititos en los que narré lo que supusieron aquellas torerías para mi íntima e iniciática afición:
Diez de agosto de 1969
“La primera corrida de toros que
presencié en Las Ventas fue el 10/08/1969 en el tendido bajo del “10”. Mi
abuelo paterno, Miguel, me llevó como premio por haberle ayudado ese verano en
las labores del campo. Yo contaba 13 años y nunca se me olvida el cartel de
aquella memorable corrida de toros-toros. Lo componían los bureles de Victorino
Martín (segundo comparecencia en La Monumental) y los matadores Joaquín
Bernadó, Andrés Vázquez y Aurelio García Higares. Fue un espectáculo de
precisión milimétrica desde el principio hasta el fin y mientras duró -y
después también- no dejaron de brotarme emociones inolvidables.
Los toreros lidiaron aquella
encastada y brava corrida de forma primorosa. Especialmente se me grabó la
faena de Andrés Vázquez al bravísimo quinto, “Baratero”; le picó magistralmente
Raimundo Rodríguez, el matador le brindó la muerte del burel en estampa decimonónica
inmortal. Le otorgamos por aclamación popular las dos orejas y su eco aún
resuena en mi cerebro, como resonó en el del viejo maestro cuando hace años se
lo recordé en la explanada de Las Ventas y no pudo disimular una sonrisa de
cómplice y melancólica satisfacción (“le tomé de largo, era muy bravo y no
admitía dudas…”) También quedó grabada en mi memoria la forma elegante de
dominar a los cornúpetas, sin atisbo de amaneramiento ni ventaja alguna, del
barcelonés de Santa Coloma de Gramanet, Joaquín Bernadó. Y esa bella sobriedad
castellana de Aurelio García Higares que estuvo a la altura del juego de
aquellos magníficos ejemplares.
Fue una corrida breve e intensa que
junto al mérito incuestionable de mi abuelo -supo inocularme el veneno torero-
bastaron para iniciarme en mi afición temprana; hoy ya tardía, caduca y
trasnochada. Antes era habitual hacerse aficionado por herencia genética y
porque festejos como el descrito siempre han hecho afición sin más aditamentos
que su intrínseca verdad. Desde entonces soy torista gracias a "los
victorinos" y “pablosromero”, porque comprendí que donde hay un toro bravo
y un torero acierta a domeñarlo para crear arte, difícilmente puede existir
acontecimiento más sublime y sobrecogedor. ¿He dicho algo?”
Veintiocho de mayo de 1974
“Yo no sabía, no podía saber a mis
18 años, ¡qué iba a saber si era un chaval!, cuál era la dimensión del arte en
el toreo. Había oído y leído sobre ello, pero jamás lo había percibido en lo
más íntimo de mi ser. Y eso que llevaba asistiendo al ritual de la corrida
desde pequeño.
Sucedió
la tarde primaveral del veintiocho de mayo de 1974 en la que lucía un sol
radiante. Confirmaba la alternativa en Madrid un gitano de Jerez de la Frontera
desconocido para la gran mayoría. Éramos pocos, como si los hados nos hubieran
elegido por reunir extrañas y ocultas virtudes. Yo asistí solitario desde el
tendido bajo del "6". Todo discurría con normalidad hasta que Rafael
de Paula, azul pavo y oro, se dirigió al cuarto toro. Lento, seguro y confiado
midió distancias y terrenos para concebir un quite a la verónica que soy
incapaz de describir. ¡Nunca podré! Yo soy humano y aquello fue como un soplo
del Más Allá. Algo sobrenatural, divino y desconocido para cualquier mortal.
¿Cómo podría entonces explicar yo aquello? Dioses hay… ¡Que lo hagan ellos!
Aquel día descubrí el arte del toreo hasta entonces negado para mí. Salí de la plaza entre ensoñaciones, deambulando sin destino conocido. Una única conclusión alcancé a comprender: Sería "paulista" de por vida. Algo indisociable para servidor, como lo es mi condición de hombre, de muñanero o de cadalseño. Un estigma que ya nada ni nadie podría extirparme, al igual que nadie puede arrancarme la mente ni el alma. Escribí, leí, hablé de él. Imaginé faenas maravillosas y oníricas en plazas de toros celestiales construidas con nubes y ángeles que aplaudían frenéticamente batiendo sus alas. Le seguí con ansia de fiera hambrienta buscando su presa. Yo buscaba su arte y lo encontraba a cuentagotas, dosificado, como estaba escrito tenía que ser…”
El toreo siempre sacó de mí la más
hermosa virtud del ser humano: La Emoción. Esa misma le deseo a los
intervinientes y a toda la gente aficionada y de bien para la presente Feria de
San Isidro. Sería muy feliz, ahora que uno está “semi-retirado”, alcanzar a ver a mis nietos Moisés y Daniel (nacido el
pasado tres de mayo) atrapados por la emoción del arte del toreo, de la cultura
y de la bondad. Y se lo desea su abuelo materno que pensaba, como las mariposas
primaverales, que volando durante un día ya lo haría para siempre…
Miguel
MORENO GONZÁLEZ
9 comentarios:
Buenas tardes Pedro, soy taurino sin complejos. Hoy, los antitaurinos, son los que antes aplaudían más nuestra fiesta nacional.
Un abrazo
Vidal Fermosell Jimenez
👏👏👏👏👏👏... Una historia real y digna.... disfruta buen amigo 💖💖💖💖. José A. Álvarez G. de Guzmán
Bonito escrito esperemos que este año sea todo un éxito y aya muchas tardes de grandes faenas y emociones. Para que el ministro de Cultura se le caiga la cara de vergüenza
Jesús López Moreno
Suerte para toros y toreros en el serial. Que los toros se parezcan a los Vitorinos de tu debut y los toreros se acerquen al Paula de esa corrida del 74. A. Acuña
Ojalá que este año la feria nos llene de esas emociones que tú describes en el escrito y que muchas veces es difícil de explicar el sentimiento que nos inunda cuando algo grande pasa en el ruedo. Y ¡¡ENHORABUENA!! por el nacimiento del nuevo nieto Daniel, no sabía nada, otro más para disfrutar juntos 😉. Luis M. González Castrejón
Me ha ilusionado recibir ese anuncio de comienzo de Feria y ese bonito recuerdo de tardes que siempre serán presentes actuales y maravillosas porque en la memoria se mantienen vivas e inalterables. Donde hubo emoción siempre habrá recuerdo y agradecimiento. El toreo supone sencillez, valentía suma y heroicidad cotidiana. Me parece un arte sublime para quien lo ejecuta y sabe sentirlo y admirarlo. Le felicito y le agradezco que nos haga participes de esas sus vivencias. Saludos desde el Palco Presidencial.
Julia
Gran escrito, Maestro. Ojalá que, en esta feria que comienza, puedas disfrutar de momentos mágicos que alimenten tus futuros escritos para disfrute de tus lectores.
Gracias y un abrazo. Luis C. Trijueque
Buenos días Miguel gracias por hacerme comenzar el día leyendo ( ayer no pude leerlo)tus palabras emocionadas y emocionantes.
También te doy la enhorabuena por el nacimiento de tu nuevo nieto, otro cadalseño y taurino que viene al mundo, os deseo lo mejor a toda la familia.
Un abrazo. José M. Castrejón
Gracias a todos por tan hermosos comentarios. Espero que tengamos una Feria llena de emociones y felicidad.
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