Mulhacén Sierra Nevada.

Mulhacén Sierra Nevada.
Mulhacén, techo de la Península Ibérica

Museo de Montaña Zorro Corredero

Museo de Montaña Zorro Corredero
Museo de Montaña Zorro Corredero

jueves, 21 de julio de 2022

Cinema Paradiso. Por Miguel Moreno.

CINEMA PARADISO

             El cine es una fábrica de emociones que recorren desencantadas la vida. Hace años solía ir solo a los cines de Madrid a ver las películas que pensaba, por simple intuición, que me las proporcionarían. Una tarde lluviosa de otoño, de esas que más que llover lagrimean, le tocó el turno a la italiana Cinema Paradiso en la desaparecida sala Alphaville, calle Martín de los Heros. Es primorosamente conmovedora. ¡Qué besos, qué emociones, qué belleza de amistad, qué ansia por querer! Es una poesía desgarrada, una sinfonía deslumbrante, es un lienzo cautivador… Es ese arte que procura paz a nuestros sentidos.  

            En esta película me conmovió hasta las lágrimas la escena del regalo póstumo que Alfredo, el anciano proyectista del Cinema Paradiso (siempre empecinado en recordar frases célebres), legó a Totó, el niño que fue su ayudante y que ahora es un famoso director de cine. Le dejó envuelto en papel de periódico un paquete circular. Al desgarrarlo comprobó que era la clásica caja de aluminio donde se guardaban los rollos de celuloide. Alfredo recopiló y montó en ese rollo, con amorosa y artística paciencia, todos los besos que se daban los protagonistas en diferentes cintas y que en su momento fueron cortados por la censura. Salvatore Cascio “Totó”, ya hombre, lo mira asombrado en soledad en un pequeño estudio de proyección. Llora por el amor y la infancia perdida, que son como un celuloide reluciente al que las oleadas del tiempo han limpiado de impurezas y llenado de nostalgias. La secuencia es de una plasticidad sobrecogedora. De fondo suena la excelsa, emotiva y virtuosa banda sonora de Morricone. Únicamente la música de Ennio es capaz de agarrarte por las solapas del alma y zarandearte hasta el aturdimiento. ¡Inolvidable Morricone!

 

            Totó se enamoró de Elena pero nunca cristalizó su amor. Un amor que se quedó congelado en el pasado. Ese primer amor que nos ilusiona y nos hace vivir en un sueño. Ese amor nos hiere hasta morir en vida y jamás se desvanece, al igual que el de este filme. Cinema Paradiso debería formar parte de ese puñado de películas que todo el mundo estaría obligado a visionar alguna vez. No para ver buen cine, que también, sino para formarse como ser humano, para ser un poquito mejor. Y es que la vida nos pone a prueba constantemente. Es la forma de saber si somos o no fieles a lo que decimos que sentimos. Creo que hay algo superior en nuestras existencias que nos hace creer en la amistad de Totó y Alfredo, que es un amor pero sin sus alas. Ser fiel a la amistad y que lo sean con nosotros, es el mejor legado que podemos transmitir a los nuestros, como la caja con la cinta que dejó Alfredo -el viejo proyectista- al bueno de Salvatore “Totó”. El cine, la amistad y la música es lo más cercano a las lágrimas y a los recuerdos bellos. Sin cine, sin amistad y sin música la vida es un error, una pérdida de tiempo inaceptable. Aquella tarde melancólica descubrí en la sala Alphaville que el único símbolo de superioridad que conozco es la bondad de Totó.

                                                                

                                                                                  MIGUEL MORENO GONZÁLEZ


12 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo cuando la vi, el corazón me palpitó, a parte del guión, por la música....no recuerdo bien en el cine que la vi. Muyyyy bonito Miguel.
José A. Álvarez G. de Guzmán

Anónimo dijo...

Gracias x compartir . Lo veré . 😍

Sol de la Fuente

Anónimo dijo...

No se porqué pero cuando he visto esta película me ha recordado al cine de Cadalso.
A. Acuña

Anónimo dijo...

Bonito relato y así el cine nos saca muchas veces esos sentimientos que no somos capaces de exteriorizar en el mundo real, nos interiorizarnos tanto que nos evadirmos por momentos de todo lo que hay a nuestro alrededor, solo estamos los protagonistas de la película y nosotros, solos ambos en un maravilloso escenario, con su música y decorados. Que grande es el cine y que bien lo has descrito querido Miguel.
Luis M. González

Anónimo dijo...

Tus críticas cinematográficas,tan personales me recuerdan vagamente a las de un gran amigo, MIGUEL URABAYEN, FALLECIDO EN PAMPLONA HACE POCO A LOS NOVENTA Y MUCHOS,CRÍTICO EN EL DIARIO DE NAVARRA Y QUE DURANTE LOS ÚLTIMOS VEINTE AÑOS FUE EL DECANO DE LOS CRÍTICOS CINEMATOGRÁFICOS ESPAÑOLES. TAN ÍNTEGRO COMO TÚ Y TAN ENEMIGO DE ALABANZAS HUERAS.
Diego S. Bustamante

Anónimo dijo...

Bonita película y buena banda sonora.

Carmen Carrillo

Anónimo dijo...

que maravilla Buenas tardes Pedro 👏😍😍

Aurora Ferrera Ruiz

Anónimo dijo...

Me encantó esa película

Jose Luis Ramos

Anónimo dijo...

Es una película muy bonita y que merece la pena guardarla en el baúl de los recuerdos...

Sivert Valdés

Anónimo dijo...

Una magnífica película. Sí, señor.
Un abrazo. Luis C. Trijueque

Anónimo dijo...

Cinema Paradiso, es una película maravillosa e inolvidable...

Elena Rojas Mayor

Anónimo dijo...

Inolvidable película llena de ternura y el colmo ya es la música de Morricone, un verdadero genio de creatividad.
Gracias Miguel por recordarnos estos momentos que nos han conmovido tanto y tan profundamente. Tu sensibilidad es brillante.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...