Mulhacén Sierra Nevada.

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Mulhacén, techo de la Península Ibérica

Museo de Montaña Zorro Corredero

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jueves, 12 de julio de 2012

La viña de las Mariscalas


La viña de las Mariscalas

 


Hace años mi padre nos traía aquí para abrir hoyas, no curramos ni “na” hasta que plantamos las cepas, luego para “na” pero es que da pena y no podemos abandonarlo.

 Esta conversación se produce un día cualquiera por la mañana, entre estos dos hermanos y el que escribe, el día es caluroso como suelen ser todos los días del mes de julio, el lugar, una de las zonas más emblemáticas de producción de uva de Cadalso en aquellos años que el trabajo compensaba con la producción y el beneficio. Hoy como en casi todo Cadalso, las viñas están abandonadas en esta zona, que no es otra que la conocida como las Mariscalas.




Observar la zona no te lleva a casi nada, aún se nota el verde de las miles de cepas que un día ocupó el lugar, cepas que se resisten a desaparecer y cada año echan sus brotes verdes que para nada sirven, sino para recordar a los que visitan la zona la importancia que un día tuvo.

Pero entre tanto abandono surge la belleza, o tal vez la magia, bueno más bien diría que el empeño de estos dos hermanos por mantener la viña que un día plantaron junto a su padre, no es un milagro es simplemente el apego al recuerdo y a la nostalgia de otros tiempos y otras personas lo que anima a Pedrín y Luis a continuar con la labor del campo, extinta ya en la mayoría de los casos.


Cada momento que el quehacer diario les deja libre, ellos acuden a la viña de las Masriscalas, y así está, limpia, cuidada y lo más curioso mezclada con ese árbol tan característico de nuestra tierra como es el pino. Rara simbiosis entre pinos y cepas pero los hermanos Luis, más conocido por “Pinzón” y Pedrín, así lo decidieron hace 10 años, me cuentan, y hoy brillan unos jóvenes y verdes pinos entre las cepas.



Un descanso bajo una acondicionada terraza natural sombreada por encinas nos devuelve el ánimo para seguir nuestro camino, camino que no es otro que localizar y adecentar la fuente de las Mariscalas, pero esto es otra historia para más adelante.

Este sitio lo he adecentado yo, esto era una selva y fíjate como lo he “dejao”, me dice Pedrín, refiriéndose al lugar sombreado entre encinas y protegido del aire por unas enormes piedras de nuestro común granito.



Y así, con los recuerdos, la viña de las Mariscalas sigue a pesar de estos malos tiempos, produciendo uvas de garnacha como estas que ya comienzan a engordar y desde allá donde esté, la mirada casi diaria de Emilio “El Pío” seguirá mimando esta viña que tanto amó y que el tiempo, la vida y el amor de sus hijos por el recuerdo de su padre han conseguido que perdure hasta nuestros días.

Un abrazo

Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Mientras los cadalseños y cadalseñas se enredan en una lucha ridícula por el poder y por la razón, nadie piensa en nuestro pueblo y en nuestro campo, menos mal que todavía quedan cadalseños como estos dos hermanos que por encima de todo les preocupa más lo suyo, lo nuestro, la diario, lo amado, en definitiva Cadalso.

Un abrazo a los dos y al Zorro por traernos estos destellos de vida y futuro que aún siguen acurriendo en nuestros campos.

Inés

Anónimo dijo...

Que pena se está perdiendo todo .

Clara Perezagua Lopez

Anónimo dijo...

Es una alegría comprobar que aún hay personas que cuidan de las viñas, enhorabuena y gracias para ellos. Da tanta pena ver el campo tan descuidado.

Alicia Jiménez Mínguez

Anónimo dijo...

Alicia Jiménez Mínguez el campo si está tan descuidado, la culpa es de los gobiernos que nunca se han preocupado de esas personas que tú les das la enhorabuena. 😠

Vidal Fermosell Jimenez

Anónimo dijo...

Vidal Fermosell Jimenez llevas razón pero también en el pasado siglo se pasó a valorar la vida y el trabajo en la ciudad como el objetivo a conseguir y todos despreciábamos la vida rural.

Alicia Jiménez Mínguez

Anónimo dijo...

Alicia Jiménez Mínguez Si se pasó a valorar la vida y el trabajo en la ciudad, es porque el trabajo del campo estaba mal pagado y peor valorado. Cosa que ningún gobierno, con independencia de color político, se ha preocupado de solucionar. Un saludo

Vidal Fermosell Jimenez

Anónimo dijo...

Vidal Fermosell Jimenez cierto, no lo valoraban ni los propios campesinos y que conste que vengo de una familia trabajadora del campo.

Alicia Jiménez Mínguez

Anónimo dijo...

Alicia Jiménez Mínguez Yo, no creo que los propios campesinos no lo valorarán, lo que los pasaba, que veían que el trabajo era mucho y el beneficio poco. Sigo diciendo que los que no han valorado el campo, han sido los políticos no los campesinos. Por eso, tuvimos que emigrar.

Vidal Fermosell Jimenez

Anónimo dijo...

Mucho trabajo pero hay que hacer 👏👏👏👏

Aurora Ferrera Ruiz

Anónimo dijo...

Pinzón Gariva

Jose Maria Moreno Gonzalez

Anónimo dijo...

El tío pinzón

Jose Ignacio Calvo Acosta

Anónimo dijo...

Desde que se quemó ya no es lo mismo pero bueno es lo que hay 🤷‍♂️

Miguel Angel Pinzon

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