CUATRO
ROSAS TAURINAS
Hoy, 31 de enero de 2020, en el Café
–Teatro de S. Martín de Valdeiglesias, se citarán con los aficionados taurinos
de la zona cuatro mujeres aficionadas. Cuatro Alcaldesas de tronío, de rompe y
rasga, de las de… ¡aquí estoy yo! Cuatro señoras con grandeza humana y con gran
predicamento, prestancia, inteligencia y elegancia. ¡Olé por ellas y sus
padres! Y que conste en acta que a ellas nadie les regaló el puesto a dedazo
por mor de la paridad. A estas simpáticas, luchadoras y competentes damas nadie
les regaló un atril para desde él lanzar exabruptos soeces y diatribas vulgares
que llaman al desencuentro. A estas mujeres no se les supone la valía porque
sencillamente nacieron con ella. Por tanto, les sobran legislaciones que les
reconozcan lo que poseen de nacencia. Como ellas no tienen complejos, no
necesitan que nadie las reivindique. Lo hacen por sí solas con garbo, donaire y
gracia innata.
Son trabajadoras como lo fueron sus
madres y padres: incansables e intuitivas, quieren ser justas y honestas.
Tienen clase y saben lucirla y, claro, las personas de bien las valoran y
admiran. Ellas no quieren afrentarnos y declararnos una guerra taurina, a
diferencia de quienes quieren vegetar hilvanando consignas excluyentes. Pero si
son las madres de nuestros hijos, ¡cómo no vamos a quererlas! Las personas que
no tienen sus virtudes, ¿creen que no las valoramos porque sus mentes les
dictan que las consideramos inferiores? Quizá lo son y no lo asumen por falta
de educación. Parecen existir personas que, si no llaman a la guerra, al
combate y al desprecio no se desarrollan mentalmente. ¿Tan difícil les resulta
luchar por sus derechos respetando los de los demás? ¿Es que quieren imponer
los suyos porque les parecen que sólo ellos (as) están en posesión de la verdad
incontrovertida?
Las Alcaldesas de nuestros pueblos
colmados de riquezas históricas, culturales y con tradiciones que, como el
toreo, forman parte de ellos, los defienden valiente y gallardamente porque
reconocen que, si brotaron libremente del pueblo, al pueblo pertenecen. Al
nacer les enseñaron a ser tolerantes y respetuosas, a querer y a ser fieles a
sus raíces, no a despreciarlas. ¿Es tan difícil entender eso? ¿O tendrán que
crear una Asociación de Mujeres Taurinas?
Esas otras asociaciones, que se arrogan la igualdad,
¿defenderán en la puerta del teatro el derecho que tienen nuestras alcaldesas a
ser aficionadas y sentirse toreras o, por el contrario, irán a censurarlas?
¿Caerán en la contradicción de coartar su derecho y libertad de expresión
mientras proclaman cínicamente que defienden precisamente eso? O únicamente
cuenta el derecho de expresión a la carta. Es decir, el suyo que es el único que
vale, el genuino… Los demás son falsos... Eso es desconsideración a los
derechos de los aficionados(as). No sólo es razonable lo que digan algunas asociaciones
subvencionadas con nuestro dinero que, además, parecen pretender adoctrinarnos
pontificando que el único atropello que existe es el que ellos (as) dictan.
Sabed que a la Tauromaquia la asiste el derecho a existir libremente.
Hoy me levanto con respeto y admiración
y brindo por ellas, por nuestra libertad, su valentía y por la Tauromaquia.
Brindo por cuatro mujeres que son las cuatros rosas más valiosas del jardín del
toreo del Valle del Honor: María del Mar Martín, Alcaldesa de El Tiemblo
(Ávila); Verónica Muñoz, Alcaldesa de Cadalso de los Vidrios (Madrid); Natalia
Núñez, Alcaldesa de Cenicientos (Madrid) y Mercedes Zarzalejo, Alcaldesa de San
Martín de Valdeiglesias (Madrid).
Miguel MORENO GONZÁLEZ