Mulhacén Sierra Nevada.

Mulhacén Sierra Nevada.
Mulhacén, techo de la Península Ibérica

Museo de Montaña Zorro Corredero

Museo de Montaña Zorro Corredero
Museo de Montaña Zorro Corredero

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Cadalso y el otoño. El otoño de Tórtolas que apenas vemos


Otoño en Tórtolas, lo que no se ve pero embellece.



    El Lagar

Un tarde te dejas caer por Tórtolas, el Boquerón o el Lagar, todo es más bello en otoño, los colores vivos y diferentes, el clima apacible, notas que las cepas ya perdieron el verde, y que el cielo luce un azul intenso que casi provoca, es la espontaneidad de este íntimo lugar que nos invita a seguir amando todo lo que siempre nos ha rodeado, lo que nos regala Cadalso.
Hace tiempo que la lluvia dejó de caer, los campos andan secos, sólo el rocío de la madrugada se deja ver por estos parajes, y todos lo agradecen, algunos van de paso, su pedaleo les lleva camino de la mal llamada Casa de Tablas, donde nunca hubo tal casa en los últimos cien años, antes no lo sé, nadie la ha conocido, si la casa de los forestales ya desaparecida y otra de piedra y algo más pequeña que se localizaba un poco más arriba, donde me contaron que dormían los pastores trashumantes que cruzaban el Cordel del Boquerón, bonito nombre este y tan poco usado que proviene de la época de la trashumancia. Su verdadero y auténtico nombre es la Garganta del Boquerón, por cierto la casa de piedra de los pastores tampoco existe, aunque si hemos conocido las cuatro paredes de piedra y un par de hermosos pinos que crecían dentro. Un buen día del siglo pasado la eliminaron, se llevaron las piedras y afortunadamente respetaron los pinos. 

Buenas y clásicas vistas las que desde aquí se divisan, iguales cada año pero a la vez diferentes, aunque lo que hoy me atrae es algo todavía más cercano, tanto que a veces lo pisamos y no nos damos cuenta, es lo maravilloso que tiene la naturaleza, que en cada momento y lugar nos entrega también pequeñas e insignificantes localizaciones  que engrandecen el paisaje, la vida y hasta los sentimientos.
Si, a nuestro alrededor, ahí en el suelo, van apareciendo elementos que si nos acercamos nos llaman la atención, puede ser cualquier cosa, unas gotas en la hierba, otra que pende de un helecho, o muchas que se acumulan en una telaraña, cuánta belleza en unas simples gotas. Ahora nuestra vista se paraliza observando unas hojas de cerezo, que simplicidad, un escarabajo que huye ante nuestras mortales pisadas, un tronco de pino que se aprovecha del azul del cielo para resaltar, unas pequeñas, pequeñísimas setas que han crecido aprovechándose de la humedad de una piña, una encina que intenta buscar los rayos del sol que la den vida, y esa sustancia amarilla que ni siquiera sé lo que es, pero que se aferra al tronco de un vieja y muerta cepa y que llama mi atención. Si esto no es disfrutar de la Garganta del Boquerón que venga Dios y lo vea, bueno Él ya lo ve sin tener que venir. 



    Garganta del Boquerón

    El Boquerón

    Valle del Tórtolas

    Gotas de rocío en telaraña


    Hojas de cerezo

    Hilos de araña con gota de agua

    Gotas de agua en la hierba


    La cosa amarilla.....qué puede ser?
    Nota: He recibido un correo de Andrés Carrillo y me ha informado sobre "la cosa amarilla" Me dice que es un hongo llamado laetipurus sulphureus, sirve para descomponer la madera muerta del monte. También podemos encontrar el hongo de la pina, se llama strobilurus esculentus. 

    Planta rociada

    El escarabajo se escondió en un tronco de cepa

    Tronco de pino

    Nacimiento de encina

    Hierbas con gota

    Setas en piña

    Gota en helecho.


Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como siempre grandes e inéditas fotos. Grande Zorro

Mariano

Pedro Alfonso dijo...

Muchas gracias Mariano.

Un saludo.

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