Mulhacén Sierra Nevada.

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Mulhacén, techo de la Península Ibérica

Museo de Montaña Zorro Corredero

Museo de Montaña Zorro Corredero
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jueves, 5 de febrero de 2015

Cadalso en los secretos de la calle de la Sangre.


 Los secretos de la calle de la Sangre


Cada momento tiene su secreto en la calle de la Sangre, son secretos que se esconden en los corazones de las personas, que se esparcen por los rincones, que anidan en los hogares de cada familia, en la inquietud de una alcoba, de una cuadra o en el sigilo de las noche cerradas que acompañan a los recuerdos  cadalseños.





 Cuentan que hace muchos siglos, en la calle del Cuerno existían tres carnicerías, una musulmana, otra judía y una cristiana, todas convivían en perfecta armonía, todos eran cadalseños y nunca hubo ningún problema entre ellos. Ocurría que cada vez que alguno de ellos mataba un animal para su posterior venta, lo hacía allí mismo y limpiaba la carne en un pequeño arroyo que descendía Corredera abajo, este arroyo bajaba hasta la calle de la Sangre y por el callejón de la Sangre se dirigía fuera del pueblo para unirse a otro arroyo que a su vez lo hacía al de Tabalón, hoy conocido como Molinillo. Aquellas reses se desangraban junto al arroyo, entonces no existía la Corredera, y como consecuencia de ello, el arroyo se teñía de rojo por la sangre vertida, inundando la calle de sangre y agua, motivo por el que a la calle la llamaron “de la Sangre”.
Esta historia es muy antigua, hace tiempo que ya no ocurre, así me la contaron y así la cuento, pero lo que hoy viene al Zorro es algo que todavía sucede en la calle de la Sangre, no sé por cuánto tiempo ni con cuales personas, aunque esto que importa.




 En realidad, la calle de la Sangre contiene muchos secretos, algunos duermen en la penumbra del tiempo, como también lo hacen algunos objetos que reposan diseminados en el desorden del abandono, en el silencioso sigilo al que la soledad les ha condenado.


 Todo aquí se encuentra en el vacío donde ya no queda nadie, donde la ausencia absoluta de cualquier ser o persona han condenada la escalera que en otro tiempo comunicaba con los secretos de alcoba, con las noches estrelladas del verano cadalseño y con los fríos amaneceres invernales cargados de nieve y envueltos en la niebla.





Una bombilla desnuda, una puerta cuyo quicio está exento de bisagras, para qué si tampoco hay hoja, delatan a través del calor y el humo que se percibe en la atmósfera cerrada que al otro lado no hay ausencia. Al encaminarme hacia ese quicio abierto al mundo, un aroma inunda mis sentidos, es algo que dejó de existir en la vida, algo que ya no pertenece a nada ni a nadie.
Decir que aquella cuadra no estaba vacía podría ser tan incierto como que la memoria ya no recuerda escenas como esta, pero a pesar de la antigüedad este reducto del olvido estaba habitado, aunque no sabría decir en cuánto tiempo se convertirá en un estercolero de la memoria.



Los secretos de la cuadra siguen estando guardados por una borrica blanca que subsiste al margen de la vida doméstica, de esa vida tan cotidiana de apenas unos pocos lustros atrás, que hoy la mantiene relegada a la indolencia de lo incomodo y maloliente, a la vergüenza de la suciedad y hasta casi lo prohibido.





Los secretos poseen la antigüedad de las personas que los mantienen, personajes incomprendidos y escenas incomprensibles que nadie entiende, pero que se niegan a marchar y mucho más a cambiar, porque la imagen que describen es cabal para el escenario que nos ocupa. No podemos buscar otra identidad a estos centinelas, invisibles para casi todos, sería vagamente una identidad fantasmagórica para este tiempo, para nuestros días.




La tragedia ocurrió hace tiempo, aquellos  días que la cuadra y la calle de la Sangre sentían su propia vida se quedaron sin aliento, perdieron la contienda, y la desolación de la calle y la cuadra se desvanecieron para siempre.




 En realidad los secretos han cambiado, ayer eran unos y hoy son otros, pero los que vivimos en los de ayer no sentimos lo mismo por los de hoy, es la penumbra del recuerdo lo que tal vez nos inquiete o el miedo al mañana que ineludiblemente está más cerca que el ayer.




 Gran parte de mi infancia la pasé recorriendo la calle de la Sangre, los recuerdos son muchos e imborrables y las personas que habitaban en los recónditos secretos siempre estarán en mis recuerdos.

Dedicado a Alfredo, Corsina, Isabel, Pedro, Trinidad, Lucrecia, Paulino, Juanito, Valentina, Eulogio, Jorge, Candi, Linos, Casi, Quico, Candelas, Segundo, Teodoro, Uge, Víctor, Amelia, Paulino, Luisa, Lañas, Primitiva, Matías, Patricia, Sole, Juana, Benito, Aurelia, Guadalupe, Félix, y a todos esos que aún estando en los secretos de la calle de la Sangre ya no están en mi memoria.

 

Y dese luego a Salu y Eugenio por estos buenos MOMENTOS



Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

22 comentarios:

Anónimo dijo...

Adam Herdman... Apparently, I'm a Rational.

Pedro Alfonso dijo...

I think we are all rational

Anónimo dijo...


Como se nota que sientes Cadalso por todos lados y has vivido y sentido sus latidos.

Gracias por regalarnos el amor que denotan tus fotos y tus letras.

Un saludo
Inés

Miguel Moreno González dijo...

Pocos como tú, Pedro, saben apreciar el sentir del latido cadalseño con tanto sentimiento y emoción.
Enhorabuena a ti y a todos los vecinos pasados, presentes y futuros de la calle de La Sangre, nombre tan original como evocador de la sangre cadalseña que nos hace vivir.

Anónimo dijo...

Antonio Carrera Garcia dijo...
Donde esta mi corazon t lo di y t quedastes el tuyo y el mio

Pedro Alfonso dijo...

No lo sé, el mío está en los recuerdos de Cadalso.

EL VILLA dijo...

Magnífico artículo "Zorro", me ha encantado. Mientras te leía, algo en mi interior se removía, llegando a calarme dentro de mí e inquietarme.

En definitiva, me has tocado.

Enhorabuena y mis felicitaciones.

José Luis Villatoro.

Un saludo.

Pedro Alfonso dijo...


Gracias José Luis, apreciar y sentir lo que nos rodea hoy y lo que tadavía es capaz de retenernos en nuestro pasado es la mejor forma de vivir el presente.

Un saludo
Pedro ZC

Anónimo dijo...

Buenas tardes Pedro Alfonso , me encantan todas esas historias del tiempo y de las personas que en esas calles han convivido y me gustaría pedirte un favor más por Tito mi marido que por mi aunque a mi me hubiera gustado conocerlos , se trata de mis suegros Vicente y Sole a el sólo lo he visto en foto pero de mi suegra Sole no tienen ni una foto si en algún recuerdo de ellos tuvieras y encontrarás una foto te lo agradecería siempre me refiero a los chaguas aunque tu lo sabrás de sobra gracias y gracias también por esas bellas historias que día a día nos cuentas aun en la distancia me encanta conocer las raíces de mi marido un saludo Eustasia

Eustasia Exposito Redondo

Anónimo dijo...


Como siempre exquisitas palabras y preciosas historias sigue escribiendo para avivar nuestros recuerdos gracias

Africa Foncuberta Lopez

Anónimo dijo...

no nos has dicho que tal estaba la pitarra de Eugenio. un abrazo JORGE

Pedro Alfonso dijo...


Pitarra? era aceite del siglo XX, o más antiguo.

Un abrazo.
Pedro ZC

Anónimo dijo...

Precioso, me encanta saber cosas de mi pueblo. Lo haces genial. Gracias


Kira Garcia Lopez

Pedro Alfonso dijo...

Gracias Kira y sigue interesándote por todo lo que tenga que ver con Cadalso.

Un saludo
Pedro

Saturnino Caraballo Díaz dijo...

LA SANGRE GLORIOSA

Dar y ofrecer nuestra sangre gloriosa,
libremente por costumbre adquirida,
como un balsámico sobre una herida
esparcido por bálsamo de rosa.

Vuela con sus alas de mariposa
ganándole a la muerte la partida,
en liza por mantenernos con vida
es manantial manando generosa.

Es ofrenda hecha con fe y entusiasmo
y un torrente caudal de nuestras venas,
esta roja y vital hemoglobina.

Que verla circular produce pasmo,
la extracción no la sentimos apenas
y fértil continuamente germina.

Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho

Anónimo dijo...

Precioso tus comentarios gracias Salu parece Dios esta en todas partes jjjj

Carmen Frontelo Morales

Anónimo dijo...

Precioso tu relato buenas personas Eugenio y salu

Pilar Calvo Villarín

Anónimo dijo...

Gracias por esas historias k nos cuentas, que aunk soy del pueblo las desconocía

Lucia Lop

Anónimo dijo...

Muchas gracias pedro la tia balentina nos acia felices cambiandonos los tebeos

Antonia Frontelo Morales

Anónimo dijo...

Vaya 2 patas para 1 banco

David Jimenez Martin

Anónimo dijo...

Muy buena foto

David Jimenez Martin

Anónimo dijo...

La pena de todo es ke la cuadra se derrubara y se destruira esa belleza de artesania antigua

David Jimenez Martin

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