PEQUEÑO APUNTE SOBRE LA TRADICIÓN TAURINA
CADALSEÑA
A mis mayores siempre les oí contar que la
tradición taurina de Cadalso viene
de muy antiguo, anterior incluso a cuando traían los toros en manada desde la Sierra por la cañada del Calvario hasta La Torrecilla y desde allí, acompañados de los mozos, bajaban rápidos
por la calle San Antón y
adyacentes hasta La Corredera donde
eran lidiados durante las tardes de nuestras fiestas septembrinas. En aquellos
festejos, con toros autóctonos, se daban cita toreros famosos como Marcial Lalanda, Pablo Lalanda, “El
Estudiante”, Paquito Muñoz, Jerónimo Pimentel o Gregorio Sánchez, que
vistió su primer traje de luces en nuestro pueblo allá por el año 1947,
actuando de sobresaliente. Sin embargo, la mayoría eran héroes anónimos que
nunca alcanzaron la gloria, todos perdieron su juventud en el intento y
algunos, incluso, inmolaron su vida sobre la dura y candente arena de nuestros
ruedos.
Los cadalseños de entonces olvidaban en las Fiestas
tristezas propias (¿cuándo sino?) y eludían las toreras (¡pobres torerillos,
tan solos!). Llegaban a los toros felices: ellos con sus blusones oscuros y sus
calabazas de vino, ellascon sus largas sayas y sus abanicos chillones; los
niños, en cambio, llevaban martillos de caramelo comprados a los tostoneros de
la plaza del pueblo y, todos juntos, llenaban las hermosas balconadas de madera
de nuestra emblemática Corredera con
una alegría sincera adornando sus rostros, ¡cosas de los cadalseños! Existen
fotos, entre taurinas y bucólicas, que son testigos elocuentes de aquellos
tiempos pretéritos. Una de ellas, adorna una pared del taurino Bar López y otra, editada en un libro
dedicado a los fotógrafos Baldomero y
Arguayo, inmortaliza a los asistentes a un herradero en la finca del ganadero
local Ricardo Sáez, todos miran
fijos, el niño menos, a la cámara con fondo de montañas en un diciembre frío de
1924.
Mis recuerdos se remontan a aquella plaza
con talanqueras de madera olorosa que vino a sustituir a la de La Corredera. Empezaba a construirse en el sitio
conocido como “La Cooperativa” a
finales de agosto (justo sobre el terreno que el resto del año servía como
campo de fútbol, algo inclinado, es cierto, pero con un atractivo
especial) y para el 14 de septiembre ya estaba lista para albergar los festejos
taurinos: Tres Magníficas Novilladas Sin
Picadores y un Extraordinario Festival Taurino Benéfico, rezaban los
carteles. Mi padre me llevaba
“debajo del tablao” y entre los maderos, a ras de tierra y en primera fila, la
visión de las piernas temblorosas de los toreros con sus vestidos de torear sin
brillo, sin apresto, sin luces, con colores desvaídos y con restos de sudores
de miedo, sudores que no huelen pero se sienten, me ofrecieron una perspectiva
inédita del toreo que ya no volví a percibir a lo largo de mi vida de
aficionado. Las piernas toreras enfundadas en sus taleguillas remendadas, daban
a aquellos hombres un aspecto de desamparo que se irisaba dulcemente en la
mirada comprensiva y melancólica de mi padre y que yo nunca podré olvidar. Esa
plaza de madera se sustituyó en 1965 por una portátil. El primer festejo que
acogió la nueva plaza fue una novillada con picadores, aconteció el 14 de
Septiembre de dicho año y se corrieron cuatro novillos, cuatro, de Sánchez Arjona (Salamanca), que
estoquearon, mano a mano, los figuras de la novillería: José Luis de la Casa y Gabriel de la Casa.
Desde entonces, y
cuando ya septiembre comienza a tener cielos encantadores, tiene lugar en Cadalso
una importante feria de novilladas con picadores a las que concurren siempre
los novilleros punteros del momento; muchos de ellos, ya matadores, llegaron -y
siguen llegando- a lugares de privilegio en el grado superior. Como anécdota
recuerdo ahora lo que pasó en una de las novilladas, creo que de la feria de 1970. El novillero Carlos Escolar “Frascuelo” (hoy excelente e incomprendido matador
de toros) y la Guardia Civil ,
abatieron éstos y descabelló aquél, un serio novillo toledano de "Quintana" que, sin mediar
permiso de la autoridad y sin que el tiempo lo impidiese, abandonó la plaza de
manera violenta y engreída, para marchar raudo y algo casquivano camino de “Los Barrancos”. Es nostalgia de prados y amores,
musitó alguien que le vio pasar veloz por La
Sangre.
Además de las referidas novilladas y, aunque no con la
misma regularidad de éstas, se celebran interesantes corridas de toros que
estoquean matadores con desigual ubicación en el escalafón y en nuestro
corazón. Las clasificaciones del sentimiento hay que leerlas despacito
empezando por abajo, las demás se leen sin esfuerzo comenzando por arriba. Eso
si, a diferencia de los utreros, los cuatreños que hasta ahora han saltado a
nuestro redondel no han tenido inquietudes pedestres. Desconozco si poseen
otras...
Juan Belmonte y Alvaro Domecq. Cadalso, 19 de septiembre de 1945
En 1990 se inauguró la plaza de toros actual, está
enclavada en el mismo lugar que las anteriores. Es muy cómoda, bonita y
funcional, posee buen alumbrado eléctrico y tiene capacidad para más de 4.000 espectadores. Nació portátil pero
diversas obras la convirtieron en fija
dotándola de todo lo imprescindible para la celebración de cualquier tipo de
espectáculos -sean o no taurinos- equiparándose de este modo a las de
mampostería. Se estrenó con una novillada picada el 14 de
Abril, los astados pertenecieron a la ganadería local de Sotillo Gutiérrez y fueron lidiados por Antonio Posada, Fernando
Cámara y Martín Pareja Obregón.
Dato importante es que en Cadalso de los Vidrios han existido
hasta cuatro ganaderías de bravo, a saber: Paulino
Alcázar, Ricardo Sáez, Abad Hermanos y Sotillo Gutiérrez; ésta última es la
única que nos queda, pasta en la finca “La Sierra”. El albergar estas vacadas
lógicamente conllevó que muchos vecinos, de una u otra manera, estuvieran
íntimamente relacionados con el toro de lidia y que les fuera anidando una
afición fundamentada en el conocimiento de este bello animal. No obstante, esta
proliferación de ganaderías no influyó en la aparición de afamados toreros.
Destaca de luces el caso de José
Castrejón, que recibió la alternativa en América y alberga la pasión torera en lo más íntimo de su fuero
interno cadalseño. Es torero de sentimiento y cuando le oyes hablar compruebas
que la emoción torera le desborda el corazón. Los casos de José Luis Sánchez, “Zoílo”,
Ricardo Arruza y más recientemente Miguel Alvarez, “El Cadalseño” no
pasaron, por unas u otras causas o simplemente por falta de fortuna, de
intentos ilusionados y entusiastas por abrirse camino en este dificilísimo
mundo del toro. En cambio, si contamos con un torero a caballo que confirmó con triunfo (una oreja) su Alternativa en Las Ventas en la Feria de
San Isidro de 2013. Mariano
Rojo Sánchez
es un gran rejoneador que allá donde actúa deja el pabellón torero y cadalseño
en lo más alto.
Toros en La Corredera. 14 de septiembre de 1920
Sigue existiendo de manera relevante una larga cadena
de aficionados, sus eslabones son los encargados de transmitir a las nuevas
generaciones esa afición pura y auténtica que permanece en ellos casi incólume
y a salvo de modas pasajeras e intereses comerciales. Inteligentemente han
creado la
Asociación Taurina Cultural , “Cadalso” y promocionan el toreo
y a nuestro pueblo incasablemente en forma de coloquios, conferencias, clases
prácticas, visitas a ganaderías… Sería interesante su colaboración con la
empresa taurina de turno y con nuestros representantes locales, para que reflexionaran
primero y trabajaran después sobre la tarea, nada baladí por cierto, de situar
en lugar destacado dentro de nuestra importantísima comarca taurina a nuestra
plaza y que por tradición, conocimiento y afición merece.
Cartel de 1965 Cartel de 1990
Miguel MORENO
GONZÁLEZ
3 comentarios:
Bonito reportaje y grandes recuerdos. No se si es que entonces había más afición o los acontecimientos taurinos estaban más al alcance de la mayoría y la plaza siempre se llenaba.
Sí, había muchísima más afición a los toros. Y, por supuesto, en las Fiestas todo el mundo procuraba ir a los festejos. Ahora tenemos muchos más entretenimientos y los toros, además, están mal vistos. No son políticamente correctos como muchas de las cosas que entonces nos parecían de lo más normal. En cualquier caso interesante relato porque forma parte de nuestro pueblo, Cadalso.
Un aficionado incorrecto.
Excelente relato.
Mariano
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