Ángel, pastor del siglo XXI. Cuando el encuentro se convierte en placer
El sol calentaba aquella tarde de invierno, la calma del
viento hacía presagiar la buena temperatura que reinaba en la zona, todo estaba
tranquilo y sosegado en este lugar del Molinillo, donde las uvas de la variedad
albillo tan escasas y tan delicadas aun se resisten a desaparecer en este
pueblo que tiempos mejores tuvo para estas cepas de dulces uvas.
Descansaba en una de las muchas piedras y lanchas que
afloran entre chaparras y paredes ya arruinadas y olvidadas, que en otras
épocas y con otras gentes tuvieron su importancia, como separación de sus
fincas o tal vez como aprisco del ganado, tan abundante en Cadalso en tiempos
pasados.
La sosegada y tranquila paz reinante me ayudó a escuchar un
tintineo lejano que se acercaba paulatinamente hacia mi apacible mirador, pronto
las esquilas y cencerros sonaron casi a mi vera y sorprendido por este ahora
extraño ruido, pero a la vez agradable y acogedor, deje mi acomodado sillón
natural y levantándome miré hacia el sur, lugar por donde comprobé llegaban
los sonidos y la polvareda que a su paso se levantaba. Pronto vislumbré las
primeras cabras envueltas en ese siempre sonido celestial que nos proporcionan
las decenas de esquilas sonando a la vez, sin sentido alguno pero sin una sola
pausa.
Ah! me dije, deben ser las cabras de Ángel, qué otras
podrían ser en un Cadalso donde el destino y la vida ha querido que sólo él sea
el último pastor.
Y las cabras seguidas de algunos pequeños cabritillos,
saltaban y brincaban ladera arriba unas tras otras, al instante aparecieron
ante mí los perros, esos guardianes obedientes y cumplidores que lo dan todo
por el rebaño a cambio del cariño y la comida que su amo les entrega cada día
por la labor realizada.
De entre unas jaras apareció ese personaje de la vida y la
cultura pastoril al que yo un día bauticé como “Ángel, un pastor del siglo XXI”,
un mes de septiembre de 2009 cuando tuve la gran suerte de poder compartir un
día de pastor junto a él, sus perros y sus cabras.
El encuentro no puede ser más que como cuando se encuentran
dos buenos amigos, un saludo de manos y una mirada de complicidad que lo dice
todo y que nos incita a sentarnos en una piedra y comenzar a mantener una
conversación sobre todo tipo de temas, siendo el principal la mala situación de
la ganadería en la zona y lo sacrificado de esta antigua profesión, hoy casi
desaparecida. Entre bromas y recuerdos el tiempo va pasando sin darnos cuenta, llenando estos
momentos sencillos y amenos, que el destino ha querido proporcionarnos en esta
placentera tarde de complaciente y agradable invierno que estamos teniendo.
Los minutos han pasado muy rápido, el sol ya va camino de
Lancharrasa, lugar por donde cada tarde se oculta en los inviernos de Cadalso,
y Ángel me comunica que debe seguir su marcha ascendente camino de su majada
del Venero, con la mirada de una Peña Muñana que recibe los últimos rayos de
sol invernal, luego cruzará la carretera de Madrid y por las Eras de la Peña se
adentrará en el pinar del Concejo para en un par de horas llegar a su majada o
portalera.
Para mi la cita termina en este momento y aquí, pero a él
aun le quedan un par de horas de camino y la dura tarea de encerrar y echar de
comer a las cabras para más tarde regresar a su casa, o como tantas veces
quedarse a dormir junto a ellas, velando junto con sus perros por estos
animales que le dan la estabilidad y la forma de ganarse la vida, una vida muy
dura, pero que sólo él ha elegido, porque le gusta y porque desde siempre lo ha
llevado en su sangre por herencia familiar.
Muchas gracias Ángel por convivir conmigo esta benévola
tarde de invierno junto a tus cabras y tus inquietudes, compartiendo tus
experiencias con este aprendiz de pastor desde aquel septiembre de 2009, en que
por primera vez sentí la llamada de esta actividad que hoy tanto admiro gracias
a ti.
María Consuelo Lajara Una historia entrañable, como todas las que cuentas. Sí que debe de ser dura esa profesión. Te tiene que gustar para ejercerla. Perdona que me enrolle pero esto me ha hecho recordar. Cuando era pequeña, todos los veranos los pasaba en el campo con mi bisabuela, una mujer muy valiente que se quedaba con todos los niños de la familia en una casita en medio del campo, sin agua corriente, con un aljibe con un agua buenísima para beber y un pozo donde por las mañanas sumergía la fruta en un capazo para que estuviera fresquica a la hora de comer. Tampoco había electricidad. Por las noches nos alumbrábamos con carburadores. No había tele, pero teníamos un vecino y pariente que nos entretenía con la " historia de un chorizo a la sombra", de su invención, y cada noche tenía un capítulo nuevo. Incluso, de un año para otro, nos preguntaba en qué se había quedado para continuar con su eterna historia.
Pero lo que me ha recordado Ángel es lo de la leche de cabra. Todas las mañanas, aparecía Pedrín, con su rebaño de cabras y la leche recién ordeñada. Pedrín era un chico de unos 15 o 16 años cuando yo tenía 4 o 5. A mí me encantaba madrugar para ver a los cabritillos. Y ¡ qué leche tan rica!
Creo que me he extendido mucho. Perdona.
Pero lo que me ha recordado Ángel es lo de la leche de cabra. Todas las mañanas, aparecía Pedrín, con su rebaño de cabras y la leche recién ordeñada. Pedrín era un chico de unos 15 o 16 años cuando yo tenía 4 o 5. A mí me encantaba madrugar para ver a los cabritillos. Y ¡ qué leche tan rica!
Creo que me he extendido mucho. Perdona.
Zorro Corredero de Cadalso de los Vidrios Los recuerdos de la infancia siempre afloran en los momentos más inesperados, son caricias de aquellas personas que un día compartieron su vida con nosotros y nos lo dieron todo para que nuestra existencia fuera mucho más fácil. Hoy tenemos de todo, pero nada nos llena y cada vez queremos y necesitamos más y más para sentirnos dichosos, aunque tal vez sea más por la sensación de importancia que por la dicha. Antes con mucho menos, a veces con casi nada éramos más felices, queríamos y nos querían sin necesidad de acaparar todo para nuestro beneficio y orgullo. Tu relato me ha encantado, es tierno y a la vez muy humano. Y por favor extiéndete todo lo que necesites, así lo podremos disfrutar como en esta ocasión. Un saludo
17 comentarios:
Angel, buen pastor y gran persona.
Mariano
Se ha ido perdiendo el pastoreo, en casi todos los pueblos había pastores que han ido desapareciendo poco a poco, suerte de poder compartir en el campo unas horas con Ángel.
Un saludo
Realmente maravilloso que todavía quede un pastor en Cadalso.
Inés
Una gran persona y un gran pastor dedicado a su rebaño. Que importante es que te guste tu trabajo y que vte haga feliz, esto es lo que le ocurre aq Angel y se nota el cariño que pone en todo lo que hace.
Un abrazo.
Mariano
EL CERRO CASTAÑO
Es nuestro Cerro Castaño
espléndido mirador,
epicentro de un alcor
con majada de un rebaño.
Y allí pastores de antaño
pastoreaban ovejas
entre las encinas viejas;
flores, tomillos, retamas
contra el ábrego las camas
de los panales de abejas.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
Haber si te animas Pedro Alfonso y te pasas otro dia cn el y lo publicas
Pedrito Mlopez
Ya lo hablé con Ángel, pero todavía no lo hemos concretado.
LA PEÑA MUÑANA
Reinando sobre el valle es soberana
del viñedo, pinar y del olivo,
y trae a Cadalso aire sensitivo
en rastreo de brisas del nirvana.
Ni siglos, ni erosión, a ella amilana
si el tiempo por venir es permisivo,
y el campo es un edén tan persuasivo
que la hace revivir cada mañana.
Es granítica, vital, majestuosa,
de Cadalso es vigía de su entrada
si antes de entrar en él vemos su cara,
cuando el sol nos la muestra luminosa
y esbelta en su firmeza allí asentada
soplona La Muñana se declara.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LA RED DE LOS PASTORES CORUCHOS
Estercoles del barbecho
para la siembra del trigo,
de la siega y del espigo
en el llano y el repecho.
Acuerdos entre pastores
de campos de Cenicientos,
sin paga ni emolumentos
con coruchos labradores.
A golpes con la Machota
el pastor fija las redes,
en tierras de Nicomedes
que después ara y explota.
A cambio el dueño le deja
que paste con su rebaño,
por sus tierras aquel año
y allí se amorre la oveja.
La red formaba un cuadrado
y dentro de aquel recinto,
en un lenguaje sucinto
defecaba aquel ganado.
Amanecía el cercado
por el negror, laminado,
igual a un campo minado
de un natural abonado.
Cada dos días la red
cambiaba de posición,
y de heces un aluvión
formaban una pared.
El pastor durante día
pastoreaba al ganado,
y por la noche al vallado
el rebaño allí volvía.
Dentro del chozo el pastor
cerca del hato dormía,
y la tierra bendecía
a aquel abono excretor.
Vigilando los mastines
en los pescuezos carlancas,
reliquias cuando en barrancas
había lobos malsines.
Recuerdos de tiempos idos
de pastores y de ovejas,
de rebaños y de abejas
por los riscos escondidos.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
SI HOMENAJE SE RINDIERA
(A la mula en Cenicientos)
Si homenaje se rindiera
a bestias de arada y carga,
una estatua ancha y larga
la mula se mereciera.
La viña lo agradeciera
y el barbecho en sus cimientos,
y los buenos sentimientos
de los coruchos de antaño
del pastoreo y rebaño
de campos de Cenicientos.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL AVÍO DE LOS PASTORES DE ANTAÑO
En el zurrón la tartera:
o en bolsones de la alforja,
su pan se gana y se forja
el pastor por la pradera.
Y portando en su fiambrera
al consabido tocino
la calabaza de vino,
y tortilla de cebolla
que es la despensa y la olla
con la que anda el camino.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
UN PASTOR DE CENICIENTOS
Era el pastor un hondero
de certera puntería
que a las ovejas volvía
de lo sembrado al calvero.
Y estudiando en el otero
cuando la oveja se amorra,
tenía bajo la gorra
de sabiduría un pozo,
y a la angostura del chozo
una cátedra la aforra.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
Buena persona y buen cadalseño el Cabrero,si señor.
Cada vez que leo esta entrada me gusta más, tiene un halo de sabiduría popular y de paz interior que me llena hasta el alma. Un enorme gracias a Ángel y a ti Pedro por conseguir hacerme un poco más humana.
Inés
Él, el mejor
Cristina Moreno
Donde andaran los animales,sin bichos no hay pastor.
Rafa Muñoz
Bonitas fotos como sorprende
Aurora Ferrera Ruiz
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