martes, 20 de noviembre de 2012

El encuentro con Ángel, pastor del siglo XXI


Ángel, pastor del siglo XXI. Cuando el encuentro se convierte en placer



El sol calentaba aquella tarde de invierno, la calma del viento hacía presagiar la buena temperatura que reinaba en la zona, todo estaba tranquilo y sosegado en este lugar del Molinillo, donde las uvas de la variedad albillo tan escasas y tan delicadas aun se resisten a desaparecer en este pueblo que tiempos mejores tuvo para estas cepas de dulces uvas.
Descansaba en una de las muchas piedras y lanchas que afloran entre chaparras y paredes ya arruinadas y olvidadas, que en otras épocas y con otras gentes tuvieron su importancia, como separación de sus fincas o tal vez como aprisco del ganado, tan abundante en Cadalso en tiempos pasados.


La sosegada y tranquila paz reinante me ayudó a escuchar un tintineo lejano que se acercaba paulatinamente hacia mi apacible mirador, pronto las esquilas y cencerros sonaron casi a mi vera y sorprendido por este ahora extraño ruido, pero a la vez agradable y acogedor, deje mi acomodado sillón natural y levantándome miré hacia el sur, lugar por donde comprobé llegaban los sonidos y la polvareda que a su paso se levantaba. Pronto vislumbré las primeras cabras envueltas en ese siempre sonido celestial que nos proporcionan las decenas de esquilas sonando a la vez, sin sentido alguno pero sin una sola pausa.



Ah! me dije, deben ser las cabras de Ángel, qué otras podrían ser en un Cadalso donde el destino y la vida ha querido que sólo él sea el último pastor.

Y las cabras seguidas de algunos pequeños cabritillos, saltaban y brincaban ladera arriba unas tras otras, al instante aparecieron ante mí los perros, esos guardianes obedientes y cumplidores que lo dan todo por el rebaño a cambio del cariño y la comida que su amo les entrega cada día por la labor realizada.



De entre unas jaras apareció ese personaje de la vida y la cultura pastoril al que yo un día bauticé como “Ángel, un pastor del siglo XXI”, un mes de septiembre de 2009 cuando tuve la gran suerte de poder compartir un día de pastor junto a él, sus perros y sus cabras.



El encuentro no puede ser más que como cuando se encuentran dos buenos amigos, un saludo de manos y una mirada de complicidad que lo dice todo y que nos incita a sentarnos en una piedra y comenzar a mantener una conversación sobre todo tipo de temas, siendo el principal la mala situación de la ganadería en la zona y lo sacrificado de esta antigua profesión, hoy casi desaparecida. Entre  bromas y recuerdos el tiempo va pasando sin darnos cuenta, llenando estos momentos sencillos y amenos, que el destino ha querido proporcionarnos en esta placentera tarde de complaciente y agradable invierno que estamos teniendo.



Los minutos han pasado muy rápido, el sol ya va camino de Lancharrasa, lugar por donde cada tarde se oculta en los inviernos de Cadalso, y Ángel me comunica que debe seguir su marcha ascendente camino de su majada del Venero, con la mirada de una Peña Muñana que recibe los últimos rayos de sol invernal, luego cruzará la carretera de Madrid y por las Eras de la Peña se adentrará en el pinar del Concejo para en un par de horas llegar a su majada o portalera.



Para mi la cita termina en este momento y aquí, pero a él aun le quedan un par de horas de camino y la dura tarea de encerrar y echar de comer a las cabras para más tarde regresar a su casa, o como tantas veces quedarse a dormir junto a ellas, velando junto con sus perros por estos animales que le dan la estabilidad y la forma de ganarse la vida, una vida muy dura, pero que sólo él ha elegido, porque le gusta y porque desde siempre lo ha llevado en su sangre por herencia familiar.


Muchas gracias Ángel por convivir conmigo esta benévola tarde de invierno junto a tus cabras y tus inquietudes, compartiendo tus experiencias con este aprendiz de pastor desde aquel septiembre de 2009, en que por primera vez sentí la llamada de esta actividad que hoy tanto admiro gracias a ti.


 Un abrazo.

Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

Mensajes:

María Consuelo Lajara Una historia entrañable, como todas las que cuentas. Sí que debe de ser dura esa profesión. Te tiene que gustar para ejercerla. Perdona que me enrolle pero esto me ha hecho recordar. Cuando era pequeña, todos los veranos los pasaba en el campo con mi bisabuela, una mujer muy valiente que se quedaba con todos los niños de la familia en una casita en medio del campo, sin agua corriente, con un aljibe con un agua buenísima para beber y un pozo donde por las mañanas sumergía la fruta en un capazo para que estuviera fresquica a la hora de comer. Tampoco había electricidad. Por las noches nos alumbrábamos con carburadores. No había tele, pero teníamos un vecino y pariente que nos entretenía con la " historia de un chorizo a la sombra", de su invención, y cada noche tenía un capítulo nuevo. Incluso, de un año para otro, nos preguntaba en qué se había quedado para continuar con su eterna historia.
Pero lo que me ha recordado Ángel es lo de la leche de cabra. Todas las mañanas, aparecía Pedrín, con su rebaño de cabras y la leche recién ordeñada. Pedrín era un chico de unos 15 o 16 años cuando yo tenía 4 o 5. A mí me encantaba madrugar para ver a los cabritillos. Y ¡ qué leche tan rica!
Creo que me he extendido mucho. Perdona.

Zorro Corredero de Cadalso de los Vidrios Los recuerdos de la infancia siempre afloran en los momentos más inesperados, son caricias de aquellas personas que un día compartieron su vida con nosotros y nos lo dieron todo para que nuestra existencia fuera mucho más fácil. Hoy tenemos de todo, pero nada nos llena y cada vez queremos y necesitamos más y más para sentirnos dichosos, aunque tal vez sea más por la sensación de importancia que por la dicha. Antes con mucho menos, a veces con casi nada éramos más felices, queríamos y nos querían sin necesidad de acaparar todo para nuestro beneficio y orgullo. Tu relato me ha encantado, es tierno y a la vez muy humano. Y por favor extiéndete todo lo que necesites, así lo podremos disfrutar como en esta ocasión. Un saludo

17 comentarios:

  1. Angel, buen pastor y gran persona.


    Mariano

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  2. Se ha ido perdiendo el pastoreo, en casi todos los pueblos había pastores que han ido desapareciendo poco a poco, suerte de poder compartir en el campo unas horas con Ángel.

    Un saludo

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  3. Realmente maravilloso que todavía quede un pastor en Cadalso.

    Inés

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  4. Una gran persona y un gran pastor dedicado a su rebaño. Que importante es que te guste tu trabajo y que vte haga feliz, esto es lo que le ocurre aq Angel y se nota el cariño que pone en todo lo que hace.

    Un abrazo.
    Mariano

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  5. EL CERRO CASTAÑO

    Es nuestro Cerro Castaño
    espléndido mirador,
    epicentro de un alcor
    con majada de un rebaño.
    Y allí pastores de antaño
    pastoreaban ovejas
    entre las encinas viejas;
    flores, tomillos, retamas
    contra el ábrego las camas
    de los panales de abejas.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  6. Haber si te animas Pedro Alfonso y te pasas otro dia cn el y lo publicas

    Pedrito Mlopez

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  7. Ya lo hablé con Ángel, pero todavía no lo hemos concretado.

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  8. LA PEÑA MUÑANA

    Reinando sobre el valle es soberana
    del viñedo, pinar y del olivo,
    y trae a Cadalso aire sensitivo
    en rastreo de brisas del nirvana.

    Ni siglos, ni erosión, a ella amilana
    si el tiempo por venir es permisivo,
    y el campo es un edén tan persuasivo
    que la hace revivir cada mañana.

    Es granítica, vital, majestuosa,
    de Cadalso es vigía de su entrada
    si antes de entrar en él vemos su cara,

    cuando el sol nos la muestra luminosa
    y esbelta en su firmeza allí asentada
    soplona La Muñana se declara.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  9. LA RED DE LOS PASTORES CORUCHOS

    Estercoles del barbecho
    para la siembra del trigo,
    de la siega y del espigo
    en el llano y el repecho.

    Acuerdos entre pastores
    de campos de Cenicientos,
    sin paga ni emolumentos
    con coruchos labradores.

    A golpes con la Machota
    el pastor fija las redes,
    en tierras de Nicomedes
    que después ara y explota.

    A cambio el dueño le deja
    que paste con su rebaño,
    por sus tierras aquel año
    y allí se amorre la oveja.

    La red formaba un cuadrado
    y dentro de aquel recinto,
    en un lenguaje sucinto
    defecaba aquel ganado.

    Amanecía el cercado
    por el negror, laminado,
    igual a un campo minado
    de un natural abonado.

    Cada dos días la red
    cambiaba de posición,
    y de heces un aluvión
    formaban una pared.

    El pastor durante día
    pastoreaba al ganado,
    y por la noche al vallado
    el rebaño allí volvía.

    Dentro del chozo el pastor
    cerca del hato dormía,
    y la tierra bendecía
    a aquel abono excretor.

    Vigilando los mastines
    en los pescuezos carlancas,
    reliquias cuando en barrancas
    había lobos malsines.

    Recuerdos de tiempos idos
    de pastores y de ovejas,
    de rebaños y de abejas
    por los riscos escondidos.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  10. SI HOMENAJE SE RINDIERA
    (A la mula en Cenicientos)

    Si homenaje se rindiera
    a bestias de arada y carga,
    una estatua ancha y larga
    la mula se mereciera.
    La viña lo agradeciera
    y el barbecho en sus cimientos,
    y los buenos sentimientos
    de los coruchos de antaño
    del pastoreo y rebaño
    de campos de Cenicientos.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  11. EL AVÍO DE LOS PASTORES DE ANTAÑO

    En el zurrón la tartera:
    o en bolsones de la alforja,
    su pan se gana y se forja
    el pastor por la pradera.
    Y portando en su fiambrera
    al consabido tocino
    la calabaza de vino,
    y tortilla de cebolla
    que es la despensa y la olla
    con la que anda el camino.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  12. UN PASTOR DE CENICIENTOS

    Era el pastor un hondero
    de certera puntería
    que a las ovejas volvía
    de lo sembrado al calvero.
    Y estudiando en el otero
    cuando la oveja se amorra,
    tenía bajo la gorra
    de sabiduría un pozo,
    y a la angostura del chozo
    una cátedra la aforra.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  13. Buena persona y buen cadalseño el Cabrero,si señor.

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  14. Cada vez que leo esta entrada me gusta más, tiene un halo de sabiduría popular y de paz interior que me llena hasta el alma. Un enorme gracias a Ángel y a ti Pedro por conseguir hacerme un poco más humana.

    Inés

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  15. Él, el mejor

    Cristina Moreno

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  16. Donde andaran los animales,sin bichos no hay pastor.

    Rafa Muñoz

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  17. Bonitas fotos como sorprende

    Aurora Ferrera Ruiz

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