Cada día y cada vez que la Sangre es mi destino, una mirada es suficiente para traer a mi memoria tantos y tantos momentos de un lugar y unas gentes que siempre formaron parte de la vida y la existencia de muchos cadalseños-as. Me refiero a ese bar típico y arraigado que fue y sigue siendo en nuestro recuerdo el Tropezón. Antonio y Anita siempre atentos a esa caña bien tirada y al aperitivo en forma de corteza, pero no de una corteza cualquiera, estas han sido y son las mejores cortezas que jamás hemos comido, y digo son porque aún se pueden degustar adquiriéndolas en la tienda que Miguel y Ana tienen en la calle Real, 62.
En este pequeño rincón de Cadalso se han vivido muchas historias y momentos, se han degustado auténticos manjares gastronómicos, elaborados todos ellos de forma totalmente natural y con el cariño del que quiere agradar al cliente más que sacar un provecho. Sardinas “escabechás” , gambas al ajillo, bonito, callos y la tortilla de patata para terminar con la leche “helá” especialidad veraniega, son sólo algunos ejemplos de la variedad de platos locales del Tropezón. No recuerdo desde cuándo comenzó a funcionar el Tropezón, si recuerdo aquellas tardes de fútbol con partidillo con más de veinte jugadores por equipo y que siempre terminaban en el Tropezón por el pitido final o por la lluvia, bueno y a veces por algún lesionado.
Y quién no sé acuerda de aquella estufa con su leña al lado en medio del bar, que calentaba las tardes de partido en la tele, del servicio, pequeño pero hasta entrañable, de la partida, del enfrentamiento por el Real Madrid o por el Atléti, de las fotos de éste equipo familiar colgadas en la pared junto a las de las viejas glorias del Cadalso, de la terraza con esos dos morales centenarios, de aquel cartel con las letras de Cadalso de los Vidrios en madera que duró hasta casi los años noventa y que daba la bienvenida a los visitantes que llegaban por las carretera de Madrid y de tantas y tantas cosas, historias y personajes que a lo largo de la vida fueron pasando por nuestro querido y cercano Tropezón.
Hoy abandonado y sin vida el lugar, el Tropezón sigue vivo
en el recuerdo y la memoria de muchos cadalseños-as que siempre hemos amado y
disfrutado de este lugar como algo nuestro, del pueblo, de todos.
Un abrazo a todos los Sibert Maroto por su buena labor a
través de los muchos años del Tropezón.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
4 comentarios:
Aparte de las ricas cortezs con esas cañitas tan bien "tiradas", en el Tropezon he tomado el mejor cafe de toda mi vida..y siempre con la gran atención de toda la familia.
Que recuerdos!! un abrazo para todos.
hola pedro
se te olvido mencionar en el reportaje un elemento que fué fundamental en el famoso " tropezon ", muchas tardes y mucha gente alrededor de él ,muchos aprendimos muchas jugadas y la manera de cubrir , termino como " no vale hueco " era facil escucharlo a la hora de jugar , me parece que ya lo habreis adivinado ... si el famoso FUTBOLIN que estaba justo debajo del cartel de madera que ponia Cadalso de los vidrios que bien describes , que tardes aquellas , que campeonatos tan entretenidos ..........
un saludo a todos y todas
bitakora
Y las buenas partidas que alli han acontecido.
Jugador cadalseño
Sin Tropezón Cadalso es un poco más triste y mas paleto. Tenia cierto referente cultural y cierta gracia, algo que parece que se perdió para siempre ...como lágrimas en la lluvia.
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