Desde que se creó el cementerio a principios de 1800 el está ahí, siempre en silencio y siempre regalándonos el agua fresca y buena que tanta sed ha saciado y tantas flores ha conservado gracias a su humedad.
Hace años era costumbre jugar al futbol en la explanada del cementerio y a cada momento cuando la sed del verano nos acuciaba acudíamos a beber de este pozo volviendo al juego con fuerza y ánimo, luego al terminar el partidillo todos entrábamos y bebíamos en riguroso orden. Entonces ya existía el grifo pero la tapa estaba levantada y podíamos ver el fondo del pozo, luego por seguridad debieron de poner el candado y nos quitaron la vista.
Y arriba como mirando al cielo cuelga la vieja y antigua garrucha que durante tantos años sirvió para sacar el agua con un cubo que atado a una cuerda se deslizaba por esta garrucha hasta el fondo para después elevarlo con el agua, y así una vez y otra, un día y otro, y tantos y tantos años. Yo no he conocido este método de extracción del agua pero seguramente debió ser la forma utilizada hasta los años 50.
Y como antiguo que es también el arte se refleja en este viejo pozo y solo por eso y por recuerdo a todas los miles de cadalseños-as que ha pasado por aquí a través de los siglos tenemos el deber de respetarlo y hasta de restaurarlo para que luzca ese ladrillo de que está hecho y que hace tiempo se ocultó con un enfoscado.
Fotos. Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
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