Mulhacén Sierra Nevada.

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Mulhacén, techo de la Península Ibérica

Museo de Montaña Zorro Corredero

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jueves, 7 de marzo de 2024

VOLVER A NACER PARA SIEMPRE SER NIÑO, por Miguel Moreno.

VOLVER A NACER PARA SIEMPRE SER NIÑO

En el Día de la Mujer Trabajadora recuerdo a nuestras abuelas y madres que trabajaban sin descanso y nos querían sonriendo. A mi primo Julián, que rescató esta foto del olvido para hacerme niño y así demostrarme que nunca es tarde para tener una infancia feliz)

Llueve, nieva y hace mucho viento en Cadalso. Suena en la radio "La Canción Lógica", de Supertramp, data de 1979. La primera vez que la oí fue en la casa cadalseña de mi tía Valen en El Piquillo. La puso en su tocadiscos portátil mi prima Luisi que junto a sus padres (Paquita y Emiliano) y su hermano (Juan Carlos) habían venido a pasar las Navidades. Yo subí a saludarles con mis hermanos Nati y Justo. Nos quedamos un rato con ellos escuchando aquel mítico LP de Supertramp, “Desayuno en América”. Fue una mañana de Nochevieja y éramos felices porque el Año Nuevo que llegaba también lo sería. Luisi estaba radiante escuchando a aquel conjunto británico, mientras los mayores preparaban la cena, las uvas y los parabienes.

 


Entonces ya hacía mucho tiempo desde que les preguntaba cosas que pululaban por mi mente infantil a mis abuelas, ambas se llamaban Luisa. Solía hacerlo durante las frías noches de invierno, al arrullo de la lumbre mientras ellas dormitaban después de caldear nuestra cama con aquel ladrillo envuelto en papel de periódico que habían calentado junto a la brasa. -"Abuela: cuando morimos, ¿volvemos a nacer de nuevo?" -“Abuela: ¿los niños siempre seremos niños y los mayores serán siempre mayores...?” Ellas me respondían pacientes con aquella bondad suya inmarchitable: "Dios quisiera, hijo, Dios quisiera..." Pobres abuelas mías, tener que aguantarme con lo cansadas que estaban de tanto trabajar… Yo supe años después -gracias a A. Camus y M. Twain- que ellas tenían en su corazón un rincón de soledad al que sólo yo podía llegar y que no debía preocuparme en demasía porque parecía como pagar una deuda que no debía. Pero la curiosidad e ingenuidad de los infantes va implícita en sus mentes imaginativas. 

Al ver esta fotografía recordé esas cosas pasadas que perenemente me acompañan. El caballo de cartón con ruedas me lo echaron los Reyes Magos de mi tía Valen. Montaron en él a mi primo Teodoro para hacernos la instantánea. Yo permanezco en pie y miro complacido al fotógrafo (mi expresión se parece a la que a veces tiene el niño Moisés), la rebeca con borlas es inolvidable, la recuerdo de otras fotos. Aparezco en el retrato con los brazos extendidos y las manos suavemente entreabiertas, orejas de “soplillo” divididas al viento y a la sorpresa, cabeza ligeramente inclinada hacia adelante, labios rasgados, mirada tímida. ¿A esa edad se piensa…? Sería primavera por las chanclas que llevo y las piernecitas al aire de mi primo que mira seguro de sí mismo con la inseguridad de los mayores. Estamos en la puerta de Las Casetas aún sin vida incipiente vivida, casi riendo. –“Ríe y el mundo reirá contigo; llora y el mundo, dándote la espalda, te dejará llorar” (Chaplin). 


 Al nacer alguien debería preguntarte unas cuestiones elementales ante la Puerta de Entrada a la Vida: “¿Quieres habitar en el mundo que te espera?, ¿quieres crecer o, en caso contrario, vivir eternamente como niño?” Posiblemente por eso, como nadie me consultó a la sazón, preguntaba servidor tantas cosas raras a mis abuelas: “-Abuela: ¿por qué no seré niño durante toda mi existencia conservando esa sonrisa melancólica de la foto?” –“Hijo mío, no te preocupes, tu infancia será más larga que tu vida…”

Miguel Moreno González

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre con los tuyos otro escrito lleno de amor y cariño a tú familia

Jesús López Moreno

Anónimo dijo...

Buenos días Pedro muchas gracias por estás palabras tan bonitas y es la verdad son recuerdos pero aun sé tiene que valorar más a la mujer personas con tu

Aurora Ferrera Ruiz


Anónimo dijo...

Preciosa foto 😍

Maria Antonia Hernández

Anónimo dijo...

Buenos días Pedro 🌄

Antonia Frontelo Morales

Anónimo dijo...

Él escrito dé Miguel aver S me deja terminar

Antonia Frontelo Morales

Anónimo dijo...

Qué bonita foto.y bonitos los recuerdos de nuestra niñez 🤩

Chelo Villarin Recio

Anónimo dijo...

Oleeee ese grupo de cadalseñas guapísimas y salerosas que quitan el sentio. Muchas gracias Miguel por tus artículos cadalseños llenos de verdad

Anónimo dijo...

Por fin di con ello interesante como siempre yo no quería que mis hijos creciesen la dulzura de los niños pero tenemos que seguir él ritmo de la vida 🌹

Antonia Frontelo Morales

Anónimo dijo...

Gracias Miguel, tengo fotos de hace mucho, las pasé al ordenador porque las físicas con el tiempo se deterioran y merecen estar bien cuidadas. Siempre tendremos en el recuerdo a nuestras abuelas, abuelos y demás familia, porque la familia siempre está. A mi se me grabó una frase de Vito Corleone siendo muy jovencito, en la película "El padrino", qué decía: " La familia es la familia y un hombre sin familia no es un hombre". Y aquí seguimos y seguiremos disfrutando de la familia, mientras nos dejen.
Julián Villarin Moreno

Anónimo dijo...

👏👏👏👏.... que bonitos recuerdos amigo...y que maravilla la niñez....ole ole y olé...🌹🌹🌹🌹🌹.
José A. Álvarez G. de Guzmán

Anónimo dijo...

Precioso relato Miguel , que tiempos aquellos cuando hacíamos más vida con las abuelas que los las madres. Que preguntas teníamos para ellas, sobretodo tu , ojalá la vida fuera eterna y nadie se muriera. Los mejores recuerdos de mi infancia eran con mis abuelas Felipa y también Ignacia. Gracias por este bonito relato

Maria Antonia Hernández

Anónimo dijo...

Realmente como ha sacado el niño Moisés parecido físico a ti. En la foto se aprecia claramente.

Miguel, creo que aún conservas esa inocencia infantil de observarlo todo con una curiosidad innata.

Enternecedor relato. Un precioso homenaje a tus abuelas.

rafael dijo...

Buen gusto.. Breakfast in America es un álbum extraordinario.. Un abrazo.

Luis Miguel González dijo...

Bonito reconocimiento a esas grandes mujeres, para ellas si que tenía que ir este día de mañana.
Ojalá siempre fuéramos como niños, porque hasta Jesús lo dijo a sus discípulos "Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos, y les dijo: —Les aseguro que para entrar en el reino de Dios, ustedes tienen que cambiar su manera de vivir y ser como niños. Porque en el reino de Dios, las personas más importantes son humildes como este niño"

Anónimo dijo...

Bonito relato lleno de amor, ternura y melancolía. Yo no tuve la suerte de disfrutar de abuelas y apenas de abuelos, pero si tuve un caballo de cartón como el de la foto y una chaqueta de punto con borlas azul marino y con dibujos en rojo tejida por mi madre.
Pepe Vázquez

Anónimo dijo...

El niño del caballo es Teodoro me parece como éramos vecinos y hijo de Luisa

Dolores Saez Canoyra

Miguel Moreno González dijo...

Gracias a todos por vuestros cariñosos comentarios. Abrazos.

Miguel Moreno González dijo...

Hola Miguel! Me ha encantado! 🤩
Qué bonitos recuerdos. La verdad es que yo tengo un recuerdo de mi niñez y adolescencia maravillosa. Y me acuerdo perfectamente del día, del momento que relatas en tu escrito. Qué ilusión cuando salía un LP nuevo de tu grupo favorito ir a comprarlo y ponerlo en el tocadiscos.
Me acuerdo también cuando escuchábamos en tu casa ese álbum espectacular de Supertramp, con la canción la Obertura de los locos, ahí empezó a gustarme el grupo. Tenemos la suerte de haber vivido una época bonita, con sus cosas buenas y malas.
Muchas gracias por mencionarnos en tu relato. Espero que estéis todo bien. Que tengáis una feliz noche😘😘😘😘.
Luisi

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