TORREMOLINOS
Todo era distinto a cuanto había
conocido hasta entonces. Con 19 años llegué desde Madrid a Torremolinos en
1975. Me hospedé en La Torre de La Roca, sexta planta, tenía una terraza
deslumbrante y espectacular que me mostraba el mar en toda su plenitud. A lo
lejos unos veleros blancos te hacían ver la vida de color de rosa. Uno llevaba
la cabeza llena de imágenes e ilusiones y, a diferencia de otros lugares, aquí
nada te defraudaba. Te encontrabas lo que habías imaginado y... mucho más. Era
como otro país desconocido dentro de España. Exageradamente más moderno y libre,
que colmaba todas tus apetencias de marcha, playa, juerga, chicas, ilusiones...
Ni en Madrid existía todo aquello que en Torremolinos encontrabas a tiro de piedra. Ejercía una fascinación maravillosa para los que vivíamos en el interior de España; buena prueba de ello era la cantidad de películas que se rodaban allí en esos años. Una de ellas me impactó sobremanera: El Puente, de Juan Antonio Bardem, protagonizada magníficamente por Alfredo Landa. Ese film me descubrió un Alfredo Landa crepuscular, perdedor y melancólico. El guión se sustenta sobre un relato de Daniel Sueiro, “Solo de moto”.
Recuerdo en la Avenida de Montemar la discoteca METRO, se bajaba por unas
escaleras una vez franqueada la puerta que te abría un portero elegantemente
uniformado. Abajo encontrabas todo impoluto, muy ordenado, con los camareros
perfectamente uniformados. En la Avenida Palma de Mallorca estaba la
celebérrima PIPER´S, también ubicada en un extenso sótano que parecía el sueño
de la Mil y una Noches. La sorpresa era mayúscula y quedabas atrapado dentro de
un mundo inédito y distinto. Fue conocida en medio mundo.
Han pasado muchos años desde entonces. Aquello sigue viviendo conmigo
entre emociones al recordarlo. Cada año no puedo remediarlo y llegando mediados
de julio vuelvo con mi mujer a mis “santos
lugares”. Y le hablo de mis recuerdos "torremolinenses" y me mira
con cara de admiración, como si de un niño que acabara de descubrir una grata
sorpresa se tratara. Los recuerdos me hacen volver a vivir y ella sigue
alimentado el camino de mis sueños.
Miguel MORENO GONZÁLEZ
5 comentarios:
Muyyyy bonitos recuerdos Miguel...y bonitas fotos... Olé ahí artista.
José A. Álvarez G. de Guzmán
Tu amor a Torremolinos tiene parte de adicción, seguro, tanto como la de la tauromaquia. Benditas adicciones. Lo que a uno se le mete en las entretelas......
No te dije nada de lo de los premios Racimo de Oro del otro día pero magnífico como siempre, el escrito y la planta del escritor en el atril.
Pepe Vázquez
Volver a los recuerdos es revivir tiempos que no van a volver. Los recuerdos no los perdemos, están siempre ahí.
Un abrazo, Miguel.
Luis C. Trijueque
Cuanto te gusta Torremolinos Miguel , y cuánto disfrutas todos los veranos
Maria Antonia Hernández
Sí puedes pásate por "Las Estrellas"
Ana Teresa Garcia González
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