PEKE’S JAZZ
PEKE'S JAZZ
Le has colocado cortinas a los ventanales
para darle un aspecto acogedor y, junto a ellos, taburetes altos y negros con
mesas negras y altas que facilitan la confidencia para aquellas citas con
momentos que siempre nos parecieron distintos… como tirando a mejores. Por
sobre la puerta de entrada has colgado un luminoso con un saxo y una leyenda a
medio camino entre lo anglosajón y lo cadalseño: ”Peke’s Jazz”, que te complaces en observar por el
hueco de noches sudorosas desde la mismísima plaza del pueblo.
Esa que nunca tuvo nombre pero sí una
fuente de piedra en el centro con agua que mana de la Sierra, la
misma a la que cantabas y bailabas de adolescente en la “Jota del Aire” (todo
al aire: la vida, la sonrisa, la infancia, la amistad, el amor… ¡Todo al aire
cadalseño!) Esa misma plaza es la que hoy te acoge halagada y generosa.
Disuelves alegrías y sonrisas con bebidas y confesiones. Allí se diluyen con dulzura de azucarillos las penas que siempre (y a nuestro pesar) tenemos y que van a difuminarse en una luz tan tenue que parece nos echa los brazos al cuello, mientras una música va abriéndose camino evocando nuestros días más hermosos. Son las melodías rotas de nuestra memoria feliz que inesperadamente se hacen presentes para estrellarnos de bruces contra la emoción, hay momentos traidores que aparecen cuando menos los esperas y te hacen saltar el corazón hecho pedazos.
Ese cóctel de brebajes sentimentales en suspensión se origina en el
conticinio y puede deslizarse entusiasta hasta el lubricán… En el entreacto hay
tragos que te hacen percibir la realidad y llegas a ese sobrecogimiento de ver
doble; es decir, observas lo falso y lo verdadero y ya que estás aprovechas
humilde para disculpar tus faltas y las ajenas. En “Peke’s Jazz” nadie te amarga el trago porque
se saborea la vida. Lo de beber es un pretexto para hablar, para recordar la
felicidad y el dolor de un amor, para escapar hacia los sueños, para volver a
ser feliz ocupando los espacios libres del corazón, para inventar cualidades
que acaban teniendo defectos, para reconciliarse con nuestras arrugas viendo la
felicidad ingenua de nuestros hijos y nietos, para saber que no estamos solos
aunque ya hace tiempo que sospechas todo lo contrario…
Todo esto y más que me callo es “Peke’s Jazz” para mí: La posibilidad de extraer bellas historias humanas que me descubren que somos niños a quienes les engañó el paso del tiempo.
16 comentarios:
Gracias amigo...y a ti Zorro o Pelo tordo.... que recuerdos....madre mía. Precioso de corazón. Mil gracias.
José Antonio Álvarez Gallego de Guzmán
Gracias a ti Jose Lila por todo, y por los recuerdos
Buena persona el Peque y siempre colaborando con todo lo que suena a musica y baile. Felicidades.
Mariano.
Me encanta la historia que bien esta Redactada y los Recuerdos gracias por recordar todas estas historias
Aurora Ferrera Ruiz
Me encantan estas historias
Aurora Ferrera Ruiz
Por cierto, se me ha olvidado comentar que Paco Iriarte fue quien me diseño el rótulo luminoso del Pekes'jaz y los posavasos... que me los regaló. Muchas gracias Paco.
José Antonio Álvarez Gallego de Guzmán
Cómo todos los jueves cuando leo tus escritos, Miguel, tengo ese rato inigualable lleno de emotividad y nostalgia gracias a tu magnífica prosa. Gracias.
Pepe Vázquez
Que bonitos recuerdos de aquel entonces , José le dio a este garito un toque especial. Miguel que buena es la foto en la que estáis con los críos parece sacada del cuentame, que bonito lo cuentas todo con una caña en el sofá de casa si cierras los ojos puedes respirar aquel habiente familiar de entonces hasta incluso ver aquellas rusticas cortinas que cuentas en el escritito.gracias Miguel por compartirlo
Maria Antonia Hernández
Grandes recuerdos, que siempre trasladas con esas emotivas palabras hacía los demás y sobre lo vivido ������
Luis M. González
Peke y Taranga dos buenas figuras para un mano a mano
Precioso homenaje a una amistad de verdad. De las de toda la vida.
Donde estaba que no me acuerdo
Chelo Villarin Recio
Gracias a todos. José siempre me apreció y sigue apreciandome. Y no es fácil hacerlo a una persona como yo que vive entre rarezas y contradicciones. Gracias, una vez más, José. Y gracias a Pedro, dispuesto siempre a ser cómplice de la amistad.
Chelo: El Peque's Jazz estaba situado justo por debajo del actual bar Mariano, en la misma plaza. Ahora permanece cerrado albergando en su interior cientos de confidencias entrañables y enamoradas que siguen surgiendo, como los fantasmas, de madrugada...
El bar de la esquina junto al bar de Mariano.
José Antonio Álvarez Gallego de Guzmán
gracias me lo estaba imaginando. Buenos tiempos
Chelo Villarin Recio
Qué bonito escribes!!!! Me sigue maravillando tú capacidad de hacernos vivir las emociones qué cuentas.
Un fuerte abrazo a Miguel, zorro Corredero y a José Antonio Álvarez
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