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Museo de Montaña Zorro Corredero

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jueves, 5 de diciembre de 2019

LUIS MARÍA DE BORBÓN Y VALLABRIGA. Un Borbón nacido en el Palacio de Villena de Cadalso de los Vidrios



LUIS MARÍA DE BORBÓN Y VALLABRIGA



Luis María con 6 años, por Goya      
    
     Luis María de Borbón y Vallabriga, nació, sin rango especial alguno y apellidado Vallabriga de acuerdo con la Pragmática de su tío el rey Carlos III, el 22 de mayo de 1777 en el palacio de Villena (cuyos planos dibujó en su época Ventura Rodríguez) de Cadalso de los Vidrios, provincia de Madrid desde 1833 y en aquel entonces provincia de Toledo, fue bautizado en la iglesia de Nuestra Sra. de la Asunción por el cura-párroco Don Francisco Antonio de Irigoyen. Era nieto de Felipe V e Isabel Farnesio e hijo del infante Luis Antonio de Borbón y Farnesio y de Doña María Teresa de Vallabriga y Rozas. A su padre le correspondía la sucesión al trono tras la muerte de su hermano el rey Carlos III (en su época se impulsó las fábricas de vidrio cadalseñas, de ahí el apellido de Cadalso) pues el hijo de éste, el futuro Carlos IV, había nacido y se había educado fuera de España, con lo que se colocaba en la línea sucesoria detrás de su padre. Carlos III trató de primar a su hijo y a sus descendientes, por lo que promulgó la mencionada Pragmática mediante la cual eliminaba de la sucesión a todo infante que no se casara con persona de sangre real y no admitiendo el matrimonio del infante con ninguna princesa.                        

      Luis Antonio de Borbón y su esposa Teresa Vallabriga, por Goya



     Su padre, el infante Luis Antonio, muy inclinado a la belleza, primordialmente femenina (tuvo tres hijos ilegítimos), buen vividor y ya con 50 años y ante la perspectiva de quedarse soltero y sin descendencia, contrajo matrimonio morganático y quedó por tanto fuera de la línea sucesoria, perdiendo sus descendientes el derecho a llevar el apellido Borbón, según contemplaba la citada Pragmática. En 1775 se enamoró perdidamente de la hija de un  capitán de caballería aragonés, una joven de 17 años, muy guapa, María Teresa Vallabriga y Rozas, cuando la vio correr alegremente por el campo persiguiendo a una mariposa. A don Luis Antonio, que había formado colecciones relacionadas con la Historia Natural, esa semejanza de aficiones le impresionó grandemente y realizó el primer y único gesto de rebelión de su vida: se casó con ella en 1776, en el Palacio de los Duques de Fernandina de Olías del Rey (Toledo), en contra del parecer de toda la parentela, encabezada por el soberano. Renunció al capelo cardenalicio por amor y por un deseo íntimo e inconfesable de huir de honores no conquistados, de fiestas no disfrutadas y de los deberes de la Corte. Después de la boda pasaron a residir al Palacio de Villena de Cadalso de los Vidrios, trasladándose a éste desde el Palacio de su nombre sito en Boadilla, donde vivió desde 1765 hasta 1776. El palacio lo inició el arquitecto Antonio Machuca en 1763 y lo finalizó en 1765 Ventura Rodriguez. Por la correspondencia conocida del Infante se sabe que también residieron durante largas temporadas en Velada (Palacio de los Marques de Velada y Astorga)alternando sus estancias con Arenas y Cadalso hasta que comenzó a ser habitable el palacio nuevo de Arenas. No obstante, debido al buen clima de Velada (Toledo) el Infante y su esposa siguieron acudiendo a esta villa hasta la década de 1790.


Palacios de Don Luis Antonio de Borbón: Cadalso de los Vidrios (Madrid), Boadilla del Monte (Madrid), Arenas de S. Pedro (Ávila) del Arquitecto Ventura Rodríguez y Velada (Toledo), mal conservado


          En Cadalso les nació su hijo Luis Maria. Los servidores del palacio trataron de modo altanero a los vecinos del pueblo (un incidente con la mujer de su maestro de caza) y éstos acabaron apedreando el palacio y forzando a la familia a buscar un nuevo emplazamiento (hay que ver como se las gastaban ya entonces nuestros queridos paisanos). Optaron por trasladarse en 1779 a la Casa Lletget de Arenas de San Pedro (Ávila), donde después construyó para él Ventura Rodriguez el Palacio de la Mosquera.

                            Luigi Boccherini y Ventura Rodriguez
    
     Durante este periodo cultivó sus aficiones de coleccionista de libros y mariposas, sus gustos musicales e históricos y sobre todo su entusiasmo por la relojería. Fue un importante mecenas y vivieron rodeados de artistas de la talla de los músicos italianos: Filippo Manfredi y Boccherini; del arquitecto madrileño Ventura Rodríguez y de los pintores Luis Paret, madrileño; Charles Joseph Flipart, francés; Goya, aragonés… Pensando en su esposa no quiso renunciar a la exquisitez de tener a su lado como compositor de cámara y violonchelista a Luigi Boccherini ni al placer de dejar una imagen verídica y viva de sí y su familia. No por vanidad, sino porque percibía que había algo en las almas y en las relaciones de sus familiares, allegados y servidores que era preciso recoger para transmitirlo a la posteridad, no como testimonio de glorias y honores, sino de humanos acuerdos y emotivos desgarramientos. Una alegoría de la vida, en suma, necesitada del espejo sincero de un pincel que no se fijase en las formas, sino en la verdad interior. Su amigo Floridablanca le recomendó en 1783 a un artista para la realización de un proyecto de cuadro de familia. Francisco de Goya intuyó en la mirada de Don Luís la fiebre de un temperamento intenso, cálido, apasionado; tamizado por la dulzura, la emoción, la turbación del amor, la equivalencia de los destinos humanos, la igualdad de los seres ante la muerte, la soledad y el miedo a la finitud de las cosas, rasgos que fueron captados de forma conmovedora en el retrato que dejó el insigne pintor.

Familia del infante don Luis Antonio de Borbón y Farnesio, por Goya
   
     Su padre muere el 7 de Agosto de 1785 en Arenas de San Pedro, Palacio de la Mosquera, y el rey Carlos III encomienda la educación de los hijos de su hermano y sobrinos suyos (Luis María, Luis Antonio -sólo vivió desde marzo hasta diciembre de 1779-, María Teresa y María Luisa) al arzobispo de Toledo. Luis María fue trasladado al palacio arzobispal y sus hermanas tomaron los hábitos en el monasterio cisterciense bernardas de Toledo, todo ello con objeto de evitar la descendencia de esta rama de la familia Borbón. Los jóvenes Vallabriga fueron creciendo lejos de su madre, que tardó siete años en volver a verlos. Luis María sintió desde muy joven inclinación por el estado sacerdotal. Fue educado por el culto cardenal Lorenzana y por el literato y jurista Estanislao Lugo y Molina.

                             Cardenal Francisco de Lorenzana y Manuel Godoy, Príncipe de la Paz
    
     Tras tomar las órdenes sacerdotales fue investido, en 1793, arcediano de Talavera, y al año siguiente fue autorizada su sucesión en el condado de Chinchón, titulo que cedió a su hermana María Teresa en 1795. Instalado en la cúspide de la Iglesia española, una nueva negociación entre Godoy y la Santa Sede convirtió en 1802 a Luis de Borbón en visitador apostólico de todas las órdenes regulares de España. En esta misión, el cardenal debía coordinar la inspección general de todos los conventos de frailes y monjas, con vistas a una futura reforma o extinción de los menos necesarios. El cardenal ya había forjado entonces un pensamiento propio (distinto en parte al de Godoy), que venía a ser una compleja suma de catolicismo ilustrado, episcopalismo y rigorismo moral, no incompatible con la aceptación de algunas novedades políticas y científicas ni, en lo personal, con una mal disimulada pasión por el lujo y la etiqueta. Don Luis, pese a su posición, no se implicó directamente en las tradicionales pugnas entre eclesiásticos progresistas y conservadores, aunque se sentía más próximo a los primeros. Era un joven culto, educado y de espíritu liberal, pero de acentuado carácter sombrío, débil y melancólico; más parece el prototipo de algunos cadalseños actuales. Será consecuencia del agua, del propio pueblo o de ese aire que nos acerca y nos aleja de forma caprichosa por laderas, trochas, veredas, senderos, atajos y caminos reventados todos ellos de tristezas y ternuras que nos llevan entre recovecos a buscarnos a nosotros mismos.

 María Teresa de Borbón y Vallabriga, Condesa de Chinchón y primera hermana de Luis Maria y María Luisa de Borbón y Vallabriga, segunda hermana; ambas nacieron en Velada (Toledo), retratadas por Goya

    
     En 1797 la reina Maria Luisa de Parma, esposa de Carlos IV, deseosa de mantener al querido Manuel Godoy bajo su órbita y apartarlo de su amante oficial, Pepita Tudó, urdió la boda del favorito con la hermana de Luis María, María Teresa. Tras la boda, celebrada en El Escorial el 11 de septiembre de 1797, una lluvia de cargos y de honores comenzó a caer sobre los hermanos Vallabriga. El 4 de agosto de 1799 fueron elevados a grandes de España de primera clase, en marzo de 1800 Luis María fue nombrado arzobispo de Sevilla, en junio del mismo año les fueron reconocidos el uso del apellido Borbón y de las armas de la casa real, Luis María recibió la orden de Carlos III y su madre y hermanas la de la reina María Luisa y en diciembre Luis recibe la mitra toledana con sus ricas rentas, fue designado también Marqués de San Martín de la Vega y nombrado gran canciller de Castilla y consejero de estado. Su hermana pequeña, María Luisa, se casó en Madrid con el Duque de San Fernando Quiroga el 1 de junio de 1817.

     En octubre de 1800, a los 28 años, Luis María recibe de Roma el capelo cardenalicio, con el título de Santa María Della Scala, que ya había llevado su padre. Su ascensión es festejada en Toledo con mucha pompa. Toda la ciudad se engalana y Goya que había pintado por primera vez a Don Luis a la edad de seis años (este cuadro ha sido adquirido por el Gobierno de Aragón y fue restaurado en el Museo del Prado), vuelve a pintarlo cuando se pone la púrpura cardenalicia: hace la glorificación de un príncipe de la Iglesia. Copia de este cuadro se halla en la Iglesia de Cadalso de los Vidrios. Así mismo, según investigaciones efectuadas por nuestro paisano, J.L. Acuña Reig, también en Cadahalso se programaron tres días de fiesta en 1801 al poco de recibir su ilustre hijo el capelo cardenalicio.

 Luis Mª. de Borbón y Vallabriga, por Goya (Museo de Arte de Sao Paulo). Existe copia de este cuadro en la Iglesia de Cadalso. Escudo de Luis María de Borbón y Vallabriga
    
     El 17 de marzo de 1808 estalla el motín de Aranjuez que conduce al encarcelamiento de Godoy (cuñado de Luis María) y a la abdicación de Carlos IV (su primo y funesto rey). Su hermana María Teresa, ve la oportunidad de abandonar a su esposo Godoy tras muchos años de humillaciones, deja a su hija Carlota (a la que detesta) con los depuestos reyes y se traslada a Toledo junto a su hermano el Cardenal, que inicialmente apoyó al rey impostor, hermano de Napoleón, José I.

     El 2 de mayo de 1808 se inicia el alzamiento popular contra los franceses. El 10 de mayo Fernando VII (nefasto rey como su padre, ¡cuánto atrasaron a España elementos como éstos!) abdica a favor de Napoleón de forma humillante y se vio obligado a reconocer al rey José, hermano de Napoleón. Entre mayo y junio, sin autoridades legítimas, el pueblo asume el ejercicio de su soberanía mediante la creación de las Juntas Provinciales, que se ocuparon de dirigir y organizar la resistencia al invasor. En julio las tropas del general Castaños vencen en Bailén y en agosto recuperan Madrid, los franceses pierden en todos los frentes. El 25 de septiembre de 1808, delegados de las Juntas se reunieron en Aranjuez y decidieron asumir el poder, con el nombre de Junta Central Suprema y presidida por el conde de Floridablanca. En noviembre Napoleón llega al frente de un importante ejército y durante 1809 ocupa toda la península a excepción de Cádiz (protegida por la armada española y británica). Luís Maria y su hermana Maria Teresa huyen de Toledo a Andalucía con la comitiva de la Junta Central y respaldan abiertamente a los liberales y toman parte activa en los acontecimientos.


Juramento de D. Luis Mª de Borbón Vallabriga y de los diputados de las cortes constituyentes en S. Fernando (Cádiz) el 24-09-1810, por José Casado del Alisal. Cuadro expuesto en el Congreso de los Diputados. Madrid 
                      

     A principios de 1810, ante los fracasos militares, la Junta Central convoca elecciones de diputados a unas nuevas cortes y se disuelve dejando un Consejo de Regencia constituido el 29 de enero y presidido por el obispo de Orense, Pedro de Quevedo y Quintano. El 24 de septiembre de 1810 se constituyen, en Cádiz, las nuevas cortes, donde tras la misa del Espíritu Santo oficiada por el cardenal Luis María de Borbón, la regencia le cedió, a las Cortes, el destino del país. Allí se dictaron numerosas leyes de corte liberal, Luis María firmó el histórico decreto de abolición del Tribunal de la Inquisición.





 Portada de la Constitución y su promulgación el 19/03/1812, lienzo de Salvador Viniegra. Expuesto en el Museo de las Cortes de Cádiz



El 19 de Marzo de 1812 las cortes aprueban la Constitución, en la que debería sustentarse toda la vida del país, empezando por el rey (en 2012, siendo Alcaldesa Doña Verónica Muñoz Villalva, tuvieron lugar en Cadalso diversos actos conmemorando el bicentenario de dicha Carta Magna a la que el pueblo la bautizó como “La Pepa”, recordando la fecha de su promulgación). El 7 de agosto de 1812, el obispo de Orense, Quevedo y Quintano, presidente del Consejo de Regencia, se niega a acatarla y es expulsado del país. Luis María siendo el único miembro de la familia real en suelo español, fue reconocido regente del reino hasta el regreso de Fernando VII. Durante 1812 y 1813 las tropas francesas pierden prácticamente toda la península y el 11 de diciembre de 1813, Napoleón reconoce la pérdida de España y firma el tratado de Valençay con Fernando VII, reconociéndole como rey de España. El 6 de enero de 1814 se instaura en Madrid un Consejo de Regencia integrado por el cardenal Luis María de Borbón y dos generales. Las cortes, con mayoría conservadora, deciden reunirse en Madrid el 14 de enero de 1814, no aceptando el tratado de Valençay, ni a Fernando como rey hasta que jure la Constitución.

                                       Banderola y actos celebrados con motivo del Bicentenario de la Constitución de 1812, celebrados en Cadalso en marzo 2012, siendo alcaldesa Doña Verónica Muñoz Villalba

    
     El 24 de enero de 1814, Goya dirige a los regentes una instancia solicitando ayuda económica para “perpetuar, por medio del pincel, las más notables y heroicas hazañas contra el tirano de Europa”. Luis Maria de Borbón, a la sazón Regente del Reino, se la concede y así comienza la historia de dos de los más notables y famosos lienzos de Goya: el que representa el ataque de los mamelucos en la Puerta del Sol, conocido bajo el titulo de El Dos de Mayo y Los Fusilamientos del Tres de Mayo, con la representación de la matanza de la Moncloa.

                            Fusilamientos del Tres de Mayo y Carga de los Mamelucos, por Goya
    

     El 22 de marzo de 1814 Fernando VII retorna a España y desafiando las ordenes de la Regencia se trasladó a Valencia donde el 14 de abril recibe el apoyo armado del general Elio y un documento firmado por 70 diputados realistas, inmortalizado como “Manifiesto de los Persas”, recomendando la supresión de la Constitución.
    
“Señor: Era costumbre de los antiguos persas pasar cinco días de anarquía después del fallecimiento de su rey, a fin de que la experiencia de los asesinatos, robos y otras desgracias, les obligase a ser más fieles a su sucesor…”

       También acudió a Valencia el Primer Regente Luis María con instrucciones expresas de no rendir acatamiento al rey hasta que jurase la Constitución. Fernando le recibió en Puzol y, pese a la dilación del cardenal en aceptar la autoridad real, el soberano le exigió con gesto imperioso el besamanos, le obligó a acatarle como rey sin previas condiciones. Sólo con un ritual, sólo con una orden se enterró la labor de seis años.
    
“La mañana del 13 de mayo llega el impresentable Fernando VII a Madrid. Entra por la puerta de Atocha y se detiene en la de Alcalá, de los arcos cubiertos de rosas penden dos grandes cuadros de Goya, encargados por el regente Luis María de Borbón: el 2 de mayo en Madrid y los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío, el 3 de mayo de 1808. Se detiene el monarca a admirar las pinturas por un momento, luego continua el paseo triunfante, en su tétrica carroza negra.”


 Escudo de la Inquisición Española


                       Los Reyes de España: Carlos III, Carlos IV y Fernando VII

      
       El 4 de mayo de 1814 se dio el golpe de estado con el que Fernando VII recuperó el poder absoluto. Días después detiene a la Regencia, excepto al cardenal Luis María (presentado como leal al rey, pero obligado a retirarse a Toledo y a renunciar al arzobispado de Sevilla y a sus rentas) y a 24 diputados liberales seguidas de las denuncias y detenciones de liberales y afrancesados, vuelve a instaurarse el Tribunal de la Inquisición y comienza la primera de las dramáticas emigraciones de carácter político y guerracivilista que caracterizarán a España desde entonces. Con todo ello, de forma lamentable, se empezaba a perder en España uno de los numerosos trenes de la historia a los que hemos llegado tarde por culpa de unos incapaces de ver la realidad y atisbar el horizonte. Los principales culpables de esta ignominia fueron los reyes Carlos IV y Fernando VII, absolutistas y déspotas iletrados, con sus camarillas de sinvergüenzas y aduladores interesados. Aparentemente nuestro paisano, Luis María, fue una víctima propiciatoria de aquella situación tan penosa.

     Un gobierno tan inadecuado condujo a la proliferación de pronunciamientos y conspiraciones (Espoz y Mina el 25/09/1814, Porlier el 18/05/1815). Finalmente el teniente coronel Rafael Riego hace capitular el 7 de marzo de 1820 a Fernando VII, quien tuvo que jurar la Constitución de 1812. El 9 de marzo se constituye una Junta Provisional Consultiva, presidida por el cardenal Luis María que publicó una pastoral favorable a la Constitución el 15 de marzo de 1820 y amenazó a los sacerdotes que "sembraran cizaña". Luis María fue, durante el trienio liberal, presidente de la Junta Provisional de Gobierno y consejero de estado.

     A comienzos de 1823, la salud de don Luis, que siempre había sido muy delicada, empeoró de forma notable. Desde muy joven arrastraba una penosa gota, que en los últimos tiempos no había hecho sino agravarse, y que acabó en Madrid con su vida el 19 de marzo de 1823, con tan sólo cuarenta y cinco años. Su muerte le ahorró, seguramente, la represión y el castigo del rey tras la restauración del absolutismo. Luis María de Borbón fue enterrado en la sacristía de la Catedral de Toledo, en un bello sepulcro neoclásico de alabastro, labrado en Roma en 1824 por el español Valeriano Salvatierra, Escultor de Cámara honorario por entonces. El infante Don Luis se doctoró en 1794 en Cánones y Leyes por la Universidad de Toledo, en el curso de una ceremonia especial. En 1799 se le concedió la dignidad de Grande de España. El 9 de julio de 1820 se le otorgó la Orden del Toisón de Oro. Unos meses después de su fallecimiento, el 7 de abril de 1823, entran en España los cien mil hijos de San Luis, mandados por el Duque de Angulema y enviados por la Santa Alianza: Francia, Prusia, Austria y Rusia, reponiendo el orden absolutista.



Sepulcro-Hipogeo del infante Luis María de Borbón Vallabriga. Catedral de Toledo. Escultor Valeriano Salvatierra



    
     Y esta es una breve semblanza de nuestro paisano Luis María de Borbón y Vallabriga, que se me antoja que quizá no se le ha dado en Cadalso la relevancia que por su trayectoria merece y que la historia de España sí parece reconocer y no olvida su delicada y comprometida labor en pos del incipiente, por entonces, liberalismo español. Unos cadalseños sensibles a su recuerdo crearon una “Asociación Cultural Luis María de Borbón” de efímera existencia. Su labor fue muy notable, altruista y entusiasta pero las circunstancias locales acabaron aburriendo a sus abnegados componentes. Sería interesante que iniciativas como la descrita surgieran de nuevo y tomaran un protagonismo que serviría de adecuado y necesario contrapeso a esa política tantas veces impermeable a la realidad.
            

   



Palacio y Estanque de Villena de Cadalso de los Vidrios (Madrid). Aquí 
nació Luis María de Borbón



   





Recopilado y adaptado por:
Miguel MORENO GONZÁLEZ

FUENTES: Los Borbones (Arlanza Ediciones).
Diversas páginas de Internet.
Libro Cadalso de los Vidrios, de Antonio Box Mª. Cospedal

15 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡¡Eres todo un historiador,Miguelón!!!
Diego M. Sánchez

Saturnino Caraballo Díaz dijo...

Siendo cuna de un Infante
el pueblo de los soplones
su entidad es importante,
y Felipe el Rey reinante
le provea de blasones.


LA PERLA PEREGRINA
Al Gremio de Engastadores

Adorno fue de Felipe segundo
siendo regia y digna de una corona,
de los Austria el Toisón blasón blasona
cuando regían vastedad de un mundo.

Botín de guerra de un José fecundo
cuando ya vencido España abandona,
y el Imperio francés se desmorona
devolviéndonos a un felón inmundo.

En Panamá ocurrió y se dio su hallazgo
perteneciendo a Austrias y Borbones
la perla del oriente colombina.

Richart la dio a Liz entre amor y hartazgo
sus caniches mordieron juguetones
y no se deslució la Peregrina.


AMO A MADRID

Madrid Universal del brazo abierto,
con su Puerta del Sol alba de España,
entrañable ciudad que a nadie extraña
ya sean de interior, montaña o puerto.

Madrid Universal de error y acierto
de la Historia Patria que te acompaña,
y un Manzanares que ahora te baña
saludable y limpio, breve y despierto.

Madrid Universal de Austria severo,
señor de medio mundo y gesto adusto,
con la gorguera pareció altanero.

Y un Borbón de napolitano gusto
que sosegado amó y no empuñó acero
y fue ilustrado rey y su alcalde justo.

Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho

Saturnino Caraballo Díaz dijo...

De Asturias nuestra princesa
le hablo a doña Leonor,
si nos hiciera el honor
de pasar por nuestra dehesa,
nos vería en una empresa
de hacer a España mejor.

Anónimo dijo...

¡Vaya historia! Interesantísima

María Consuelo Lajara

Pedro Alfonso dijo...

No la conocías ? Tienes que leer más sobre Cadalso.

Anónimo dijo...

Lo de que había nacido aquí el sobrino de Carlos III no lo sabía.

María Consuelo Lajara

Pedro Alfonso dijo...

Así es, los dos estamos bautizados en la misma pila bautismal de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Cadalso. Es lo único que tenemos en común.

Anónimo dijo...

Zorro Corredero de Cadalso de los Vidrios Algo es algo....

María Consuelo Lajara

Anónimo dijo...

Gran trabajo, Miguel. Habrás necesitado de tiempo y paciencia para poner en orden tal cantidad de datos y fotos. Entre tú y El Zorro hacéis que nos sintamos un poco más orgullosas de ser cadalseñas.
Gracias y felicitaciones
Luisa

Anónimo dijo...

Zorro Corredero de Cadalso de los Vidrios De eso nada, Pedro, tenéis muchas más cosas en común, la nostalgia por lo cadalseño y principalmente que él fue regente de España y tú lo eres de Cadalso, Esa parte no la has contado pero yo lo sé. Un abrazo.

Javier Perals Samper

Pedro Alfonso dijo...

Ya, pero me falta el nombramiento institucional para ser regente de Cadalso, no obstante lo ejerzo desde hace años.

Gracias amigo por ser sincero conmigo y reconocer mis méritos, he dicho méritos?
Abrazo.

Anónimo dijo...

Además de poeta, torero y cadalseño, amigo Miguel, eres historiador, entre otros méritos. Buena lección de historia si señor.
A. Acuña

Jorge dijo...

Magnífica recopilación de buena parte de la historia de España a través de Luis María de Borbón.

Jorge García Escudero.

Anónimo dijo...

Una gran historia totalmente real... nunca mejor dicho. En la representación de la Pepa, yo trabajé e hice el papel del Alcalde de Cadalso, fue una mágica obra que "Diseñó" una mujer que yo no conocía... bueno, casi nadie y por lo visto era de San Martín... muyyyy bonitos recuerdos amigo Miguel. Yo, a parte de estudiarme bien mi papel, que por cierto, era el mas largo de todos, pues que casualidad, que ya estaba muy puesto en la historia de los puñeteros franceses y del maldito asesino del "Corso"... Napoleón.... pero de D.Luis María de Borbón y Vallabriga, pues muy poco... pero, salió bien...y la tuvimos que representar dos veces el mismo día, porque el Delegado de Cultura de la Comunidad de Madrid...en vez de llegar a las 12 h., llegó a las 10 h...y tuvimos que hacerlo antes y la gente de aquí no sabía nada, así que después de que se fuera el pringao ése, pués la hicimos otra vez, para que lo vieran.... cientos y cientos de personas. Fue la leche. Un abrazo amigo y enhorabuena por éste magnífico escrito, que yo no lo había visto. 👏👏👏👏👏👏👏👏👏

Anónimo dijo...

Algunos cadalseños no desfallecéis en vuestro empeño por reivindicar y conservar la memoria histórica. Es algo que os deberían agradecer las futuras generaciones.
Un abrazo, D. Miguel.
Luis C. Trijueque

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