Mulhacén Sierra Nevada.

Mulhacén Sierra Nevada.
Mulhacén, techo de la Península Ibérica

Museo de Montaña Zorro Corredero

Museo de Montaña Zorro Corredero
Museo de Montaña Zorro Corredero

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Cadalso de los Vidrios. LA NOCHE Y LOS SUEÑOS-2


La noche y los sueños

    La Corredera es tan nuestra que siempre está metida en nuestro bolsillo.


Como cada día, llegó la noche y las luces se encendieron mientras la luz solar se apagaba, las calles se fueron quedando vacías y la tranquilidad se apoderó de Cadalso y también de este humilde paseante. Me gusta contemplar el pueblo así, sentir el aire fresco, la soledad, observar una persiana que se cierra, una luz que se apaga, escuchar unas palabras que me llaman y una sombra que se acerca, tanta quietud me llena de intimidad, de pasajes vividos y de cuerpos que atraviesan mis pensamientos. 


    En la Plaza viví parte de mi infancia, era otra, pero desde entonces también está en mi bolsillo.


    San Antón y calle Real, sueños de tantos siglos.


Me encantaría explicarte que se siente, como es la vida, por qué pasear solo cuando ya las calles quedaron vacías, pero para qué, seguramente ni lo entiendas, y hasta es posible que pienses en que todo es una bobada, una situación sin sentido, y tal vez puede que tengas no toda la razón, pero si algo de ella. 

Estoy seguro que te preguntarás que hacen estas fotos aquí, que sentido tienen, sólo te pido que las mires, sueñes con cada una de ellas, leas hasta el final y mañana cuando de nuevo el día traiga la noche y las luces de Cadalso brillen en la oscuridad, te lances a la calle, camines en silencio, observes de nuevo esa persiana que se cierra y una luz que se apaga, porque así volverás a soñar y a disfrutar de la noche. Te aseguro que no te arrepentirás. 


    Las Casas Nuevas, el Hogar, la antigua Plazoleta, sueños del siglo XX

    Del trajín del día a la soledad oscura de la noche.

    Necesito que sepas que mis dedos buscarán siempre tus manos, el calor de tus brazos y la pasión       de tus labios, calles que fueron y son el escenario de tantos amores cadalseños. 


Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

20 comentarios:

Miguel Moreno González dijo...

Me siento totalmente identificado con lo que escribes. A mí también me gusta pasear solitario, de incógnito, por las calles. Voy imaginando cómo será la vida de los moradores de las casas que aparecen habitadas y recordando a quienes antes vivieron en ellas y ya no están con nosotros. Y a aquellos que me quisieron sin saber lo que andaba por mi cabeza...

Pedro Alfonso dijo...

Todos tenemos esos momentos metidos en nuestras cabezas, son parte de nuestro estado cadalseño y de un pasado que se va casi sin darte cuenta. Recordar el pasado, vivir el presente y soñar el futuro, nada mejor para ser feliz.

Un abrazo Miguel.

Anónimo dijo...

Estupendas fotos y muy interesante el relato que las acompaña, da gusto ver y leer. Por cierto, todo lo que dices es entrañable y acogedor. Estoy de acuerdo contigo Pedro.

Inés

Saturnino Caraballo Díaz dijo...

ESTA ES MI CALLE
"Yo aprendí en el hogar en que se funda".
Gabriel y Galán

Esta es mi calle, aquí vedla plasmada,
donde viví la infancia de mi vida
originario punto de partida
de expedición de lucha y de cruzada.

Imaginadla envuelta en llamarada,
de alegría de niños encendida,
con silla de espadaña adormecida
en la acera en la noche sosegada.

Enfrente de mi casa, los terneros
de Luis y Nieves en corral de vacas
el grano y paja sito en los graneros.

Del carro de varales las estacas,
donde Isabel la leche de cabreros
y los padres de Aurelia en las hamacas.

Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho

Saturnino Caraballo Díaz dijo...

LA FUENTE DEL LLANO

Tuvo la fuente del Llano
cuatro grifos, cuatro caños,
y aquellos plúmbeos años
tuvieron cántaro a mano.
Correrías que en verano
los niños de la Plazuela,
en vacaciones de escuela
abríamos sudorosos
los grifos ceremoniosos
sin sueño que nos desvela.





Pedro Alfonso dijo...

Gracias Inés por tu mensaje de reconocimiento al Zorro, Me alegro de nuestra coincidencia.

Un saludo.

Pedro Alfonso dijo...

Saturnino me encanta los poemas con que adornas a cada momento las entradas del ZC.

Gracias.

Anónimo dijo...

La soledad es la mejor manera de intimar contigo mismo. Un sencillo paseo por la noche, viendo y sintiendo es algo que todos deberíamos hacer, no una vez, sino muchas.

Me gusta.
Antonio C.

Pedro Alfonso dijo...

Totalmente de acuerdo Antonio, pasear o más bien dejarse llevar por cualquier lugar común a tu historia es la mejor forma de sentirte a ti mismo.

Gracias, un saludo.

Anónimo dijo...

Disfruta de todo lo que puedas mientras tengas ganas

Antonia Frontelo Morales

Pedro Alfonso dijo...

Eso hago Antonia, de momento no me faltan las ganas pero también reconozco que ciertos acontecimientos pueden ser motivo para desganar y sentir poco lo que te rodea. Ánimo y adelante.

Anónimo dijo...

Hace casi 3 años que no paseo por ese precioso pueblo, en donde nació mi amado y fallecido esposo y, también de nosotros. Feliz dia

J.R. dijo...

Muy bonito Pedro.Me recuerda las horas que pasabamos en la plaza durante el verano.

Anónimo dijo...

Que bonita la corredera de noche con tu permiso comparto

Carmen Frontelo Morales

Anónimo dijo...

Hola Pedro, confío que esos acontecimientos se solucionen.

Carmen Torres Perez

Anónimo dijo...

Ahora seguro que no están los paseantes. Más frío y tarde, no se.... Estoy en casita y no la veo la corredera. Buenas noches Pedro.

Chelo Villarin Recio

Anónimo dijo...

Muy bonito Pedro SALUDOS

Conchi Lopez

Pedro Alfonso dijo...

Muchas gracias Conchi.

Un saludo

Anónimo dijo...

Me encanta cuando en las noches de verano vuelvo a casa por la corredera, la plaza y la calle de la iglesia, una gozada. La pena es que echo de menos el ulular de una lechuza que oía hace años al pasar por la iglesia o contemplar la vía Láctea cómo cuando era adolescente y subía el testero de la fuente camino a la calle del Calvario.

Alicia Jiménez Mínguez

Pedro Alfonso dijo...

Los que hemos vivido esa época que describes, sentimos otras cosas que muchos no sienten, tal vez ellos tangan otros sentimientos y recuerdos, pero los nuestros son, y de esto estoy seguro, los mejores de Cadalso. Hoy ya casi nada es igual. Seis años atravesé yo la calle de la Iglesia, cuando iba al instituto de San Martín, sin coches y con muchas personas que me decían de todo y siempre bueno, hoy cuando vuelvo a pasar por esta calle, les veo y les siento.

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