Hoy, cuando en nuestros recorridos por los muchos espacios
rurales que existen a lo largo y ancho de nuestra geografía, nos encontramos
con alguna edificación del pasado que ha llegado hasta nuestros días, en un
estado más o menos favorable en su conservación, nos alegramos y disfrutamos
del recorrido por ese lugar que un día fue necesario para la vida y el día a
día de los habitantes de muchos pueblos.
Casetones donde se alojan los dos rodeznos.
Dicho esto, quiero mostraros un edificio del pasado, esta
vez un molino, pero si para mi el molino es la base de este post, también
quiero resaltar a los verdaderos artífices de que esta típica construcción haya
llegado en su mejor estado hasta nuestros días, me refiero y pienso en esos dos
personajes de excelente cultura rural y amor por su pueblo, al entorno en el
que siempre han vivido y a su molino que hace unos meses tuve la gran suerte de
conocer en su pueblo de la comarca zamorana del Sayago, ellos son Serafín y Elisa.
Muchos son los molinos harineros que se pueden encontrar en
la zona, Mámoles mismo tiene unos cuantos, pero el mejor conservado y que aun
hoy reúne todas las condiciones para moler el trigo y convertirlo en harina es
el llamado Molino de Serafín.
Este vieja y bien conservada joya etnológica recibe el
nombre por el último molinero que lo trabajó, Serafín, conocido en todo el
Sayago es junto a su mujer Elisa, ella fue quien heredó el molino de sus
padres, así me li hizo saber en esta visita, los verdaderos continuistas de
este molino por su gran tenacidad y empeño para que no desapareciera.
Elisa junto a la puerta del molino.
Al principio era su trabajo y forma de vida, más tarde fue las
ansias de conservar en la memoria de hoy y en las generaciones del futuro lo
que les influyó para mantener el molino familiar, y creo que lo han conseguido
ya que hoy todos podemos disfrutarlo.
La vieja 4L surcando la rivera de Sayago.
Cuando junto a Serafín y Elisa nos dirigimos hacia el
molino, noto que sus ojos se iluminan de amor y satisfacción, mientras el viejo
4L avanza por el camino sinuoso, en estos lluviosos días embarrado por el agua,
que nos lleva desde Mámoles hasta su rivera, lugar donde se encuentra el
molino.
Balsa de agua que alimenta el molino.
Como todos los molinos de rivera se necesita agua para su
funcionamiento, esto se soluciona con una gran balsa de agua que se forma justo
delante del molino, y que perfectamente delimitada por una excelente y robusta
pared de piedra sirve para retener el agua, ahora desbordante por las intensas
lluvias caídas, pero necesaria en otras estaciones.
Las abundantes lluvias hacen que la balsa vierta el sobrante al arroyo.
El edificio de piedra y teja árabe, posee un porche adosado al propio molino, soportado por una pared de piedra y una columna, dentro unos asientos de piedra sirven para descansar y para dejar el grano, como así hace Serafín con el saco de trigo que ha traído hasta aquí para hacernos una demostración.
Serafín abre el molino.
Entrada del agua al molino.
La fuerza del agua hace girar las aspas del rodezno.
El grano se deposita en la tolva y de aquí pasa a las piedras donde será molido gracias al agua que golpea en las aspas de los rodeznos y hace girar la muela de piedra. La piedra de arriba se denomina volandera y es móvil, la otra piedra permanece fija y es llamada cama o durmiente.
Tolva donde se echa el grano.
Un rodezno también hace que funcione la cernidora, que sirve para separar las partes más finas de las gruesas, especialmente la harina del salvado. Este molino parece ser el único de toda la zona que tiene cernidora.
El funcionamiento de la cernidora es muy sencillo, la harina
después pasar por las dos piedras llega al farnal, desde aquí es elevada por
unos cagilones hasta un tubo horizontal que se dirige hacia tres sacos donde va
cayendo según el peso. De esta manera se puede separar la molienda en tres
categorías, harina para pan, harina para consumo del ganado y salvado.
Todo este proceso nos fue ofrecido por Serafín con el
resultado final de la obtención de la harina, todo un recital de saber hacer
que sólo se adquiere con la experiencia de los años, muchos en el caso de
Serafín.
Al cerrar la entrada de agua las aspas del rodezno se paran.
La tarde tocaba a su fin, las trampillas de la balsa
cortaron el paso del agua, el molino se paró y Serafín echo la llave de la
puerta del viejo molino, mientras unos buitres sobrevolaban el lugar y la 4L se
ponía en marcha, pero todavía quedaba tiempo para una foto antes de regresar a
Mámoles.
Serafín cierra la puerta del molino.
Serafín y Elisa posan junto a sus sobrinos y los entusiastas turistas.
Y cuando parecía que todo había terminado, el tintineo de un rebaño de ovejas inundó nuestros oídos, miramos hacia el molino, y por el puente de piedra que salva el arroyo, el rebaño guiado por el pastor y sus mastines pasó junto al viejo molino, fue entonces cuando el recuerdo de un tiempo pasado se apoderó de la rivera de Mámoles, un bello lugar perdido en la comarca zamorana del Sayago.
Una imagen de hoy que podría ser de los 60.
Mi agradecimiento a Serafín y Elisa, personajes de Mámoles que con su labor y empeño han conseguido que este antiguo molino llegue hasta nuestros días. Gracias.
Enlace: Mámoles de Sayago
http://zorrocorredero.blogspot.com.es/2013/05/mamoles-de-sayago-zamora.html
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
4 comentarios:
Interesante historia de este viejo molino, e interesante aún más los dos personajes que hacen posible que hoy funcione.
Enhorabuena a Serafín y Elisa.
Inés
Ya nos anunciabas el molino en la entrada de Mámoles de Sayago ( Zamora ) donde nos enseñabas la foto del molino y hasta de la 4L.
Me ha gustado como nos has descrito el funcionamiento del molino que por supuesto se ve muy bien conservado gracias a sus dueños, felicitarlos por ello que tienen un gran mérito por mantenerlo en estas condiciones, cuando muchos no funcionan o se han "perdido"
El paisaje me Mármoles es muy distinto al de mi zona, con esas edificaciones en piedra más típicos de montaña, aunque los dos son de Zamora.
Me ha gustado mucho Pedro.
Un saludo
Muchas gracias Inés y Ángela por los mensajes y por seguir al Zorro,
Un saludo.
Pedro
Tengo el gusto de conocer el molino y a sus dueños Unas bellisimas personas.
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