Los higos secos

                                Higuera bajo la Peña Muñana        

Existen muchas formas de hacer los higos, unas mejores y otras no tanto, pero ésta que yo describo aquí es la que siempre he visto hacer en mi casa. Yo no sé si será la mejor pero lo que si es cierto es que están muy buenos y lo más importante es que nunca tienen ese gracioso pero desagradable gusano que a veces nos sorprende en el momento de llevarnos el higo a la boca.

Lo primero que tenemos que hacer en coger los higos a ser posible de la variedad “cuello de dama” que son mucho mas grandes y sabrosos. Una vez que tenemos los higos habrá que ponerlos a secar, antiguamente los secaban en el mismo campo en unas lanchas denominadas “paseras” pero hoy no os lo recomiendo ya que lo normal es que los amantes de lo ajeno que cada día son más los cambiarían de lugar, así que lo mejor es llevarlos a casa y extenderlos en cualquier lugar soleado hasta que veamos que ya están más o menos secos.

                                Agua cociendo con el hinojo.

Ahora es el momento de buscar una planta llamada hinojo que crece en nuestros campos y que es la clave para la elaboración, debemos coger trozos enteros de la planta y una vez en casa ponerla a cocer en un recipiente con agua, una vez que veamos que el agua cuece se van echando los higos poco a poco en una cesta que posteriormente introduciremos en el agua hirviendo no más de 10 o 15 segundos. Esta función sirve para eliminar el pequeño gusano o huevo si es que lo tiene y para dar textura al higo.

A medida que los vamos metiendo y sacando del agua hirviendo los extenderemos para que se sequen un poco, y ya están listos para pasar al plato con la harina, operación ésta que no sirve para otra cosa que para darle mejor aspecto aunque también podremos dejarlos sin harina ya que están igual de buenos, todo es cuestión de gustos.

Ya sólo nos queda meterlos en una caja, aplastados o no, y guardarlos para ir consumiéndolos cuando nos apetezcan, con el cuidado de no hacer mucha propaganda de ello ya que de lo contrario nos veremos obligados a tener que regalar algunos a ese montón de gente que les encantan los higos pero desde luego nada de nada recogerlos y elaborarlos.

Y esta es la receta de los higos secos que yo he recibido de mis antepasados, donde lo principal son dos cosas, una que sean de “cuellodama” y la otra pasarlos unos segundos por el agua hirviendo con hinojo.

Los higos son muy nutritivos y bastante calóricos, cada 100 gramos de higos nos proporcionan unas 250 calorías, vamos que engordan que ni se sabe. Tienen minerales, como calcio, hierro, potasio y nos proporcionan vitamina B3, fibras e hidratos de carbono, siendo excelentes para la mente y el gasto de energía durante el deporte. Como veis una joya.

Probad a elaborarlos y saborearéis un manjar típico de Cadalso además de disfrutar con la elaboración de una de las más antiguas tradiciones de nuestro pueblo, los higos secos.

Zorro Corredero

Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso