En memoria de Marcelo Becerro.

 Marcelo Becerro

"Durante los últimos años Marcelo Becerro portaba el cartel donde se reseñan los datos de los novillos a lidiar. Primero colocaba las fichas ceremoniosamente y luego se echaba el cartelón sobre el hombro derecho y con su caminar pausado iba hasta el centro del ruedo donde lo mostraba a toda la concurrencia. A veces lo hacía con tal garbo, que su sombra se esculpía sobre la arena como estatua de bronce y a sus paisanos les salía de dentro tocarle las palmas. Hombre de acendrado ingenio, sensible para el arte de la vida y con impronta verbal graciosa, a todos nos cautiva con su forma de ser. Este año (2017) se sentía algo cansado y sentado en una pequeña silla, junto a la Puerta Grande, lo preparaba todo para que Piñas lo enseñara a los aficionados. 

Día del Cristo de 2013

Día del Cristo 2015

Y Piñas (yo lo vi que no me lo contaron) le trató con tal cariño y afecto que Marcelo comentaba: “¡Qué bien me trata este muchacho!” Y se tiraron toda la Feria los dos tan compenetrados que daba gusto verlos sonreír: Uno con sus fichas y el otro con su cartel al hombro, componían un poema de Miguel Hernández. El último día los espectadores tornaron a aplaudir a Marcelo y cuando volvió y se sentó en su sillita, rompió a llorar y compungido decía: “¡Qué buenos son todos conmigo!” Estas cosas también pasan en una plaza de toros."

Hoy Marcelo se marchó al Cadalso de Arriba donde alborozados le reciben todos los cadalseños buenos pero, sin embargo, deja al Cadalso de Abajo desolado por su ausencia. Te echaré de menos, Marcelo, siempre tenías para mí una sonrisa y unas palabras de afecto. Servidor y todo tu pueblo echará de menos tu infinita bondad.

En el Hogar donde se le podía ver cada tarde. 

Zorro Corredero

Texto: Miguel Moreno

Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso