Mulhacén Sierra Nevada.

Mulhacén Sierra Nevada.
Mulhacén, techo de la Península Ibérica

Museo de Montaña Zorro Corredero

Museo de Montaña Zorro Corredero
Museo de Montaña Zorro Corredero

martes, 6 de noviembre de 2012

Otoño en el Valle del Tórtolas


 
 
Este pequeño valle por el que discurre nuestro cadalseño arroyo de Tórtolas, antiguamente llamado de las Tórtoles, por la gran cantidad de estas aves que anidaban en sus riberas, es uno de los parajes naturales más bellos de Cadalso, pero es en otoño cuando los colores transforman el paisaje, y aparece ante nuestros ojos la belleza de multitud de tonalidades y frutos, que hacen de este emblemático espacio un lugar donde disfrutar y sentir la naturaleza.
Los álamos adquieren un color que atrae nuestra vista, las hojas comienzan a caer llenando los suelos de un manto que cruje al paso de nuestras pisadas, los helechos toman ese color característico entre rojo y amarillo, los nogales, cerezos y manzanos resaltan entre el verde de los castaños que todavía mantienen sus hojas verdes, es la magia de una naturaleza que sin la mano del hombre nos regala cada otoño momentos y situaciones de auténtica complacencia.
 

 Nombrar espacios tan asociados a Cadalso y los cadalseños como el Valle, el Lagar, el Boquerón, los Cantos de la Horca, el Usero o la Casa de Tablas, a la vez que observamos como se visten de majestuosos colores cada año por esta época, es dejarse atrapar con todos los sentidos por algo que nos proporciona un estado de sosiego que solamente queda interrumpido por el incesante sonido del aire o los pájaros.

 Internarse caminando por cualquiera de sus caminos o veredas, te conduce a un lugar donde una fuente mana su fresca agua, donde un escaramujo cargado de frutos nos atrae con su rojo color, al lado las abundantes majuelas compiten en color y un poco más adelante encontramos los membrillos, que amarillean en el árbol que parece se vaya a rasgar por el peso.
 

Todo en el Valle del Tórtolas huele a otoño, y por las mañanas ya frías, del pinar emana un vapor con los primeros rayos de sol, mientras, del suelo vegetal cargado de troncos y ramas, asoman las primeros brotes de hierba ayudados por la humedad de las lluvias caídas, que sin saberlo van preparando el nacimiento de nuevas setas.

 Entre los árboles los pájaros se van agrupando en bandadas, y en el ambiente comienza a flotar un aroma otoñal, que contrasta con esos atardeceres de impresionante color rojo, y con la presencia de esos hombres de campo cargados de años y experiencias, que todavía hoy cuidan los huertos y viñas del lugar.

 
Y así, cada año la naturaleza nos sigue regalando todo lo que tiene, somos nosotros los que debemos sentirnos agradecidos, y conservar lo que aún tenemos,  para entregárselo a las generaciones venideras, al menos igual que como a nosotros nos lo han dejado

 
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
 

3 comentarios:

Angela dijo...

Bonito paisaje otoñal con multitud de colores. Estupendos frutos los que nos muestras, como los membrillos los madroños y las castañas de la cabecera.

Un saludo

Pedro Alfonso dijo...

Gracias por todo Ángela.

Un saludo
Pedro

Anónimo dijo...

Nuestro campo siempre ha sido muy bonito, ayer lo era mas, lastima que no hayamos sabido conservarlo todavia mucho mejor.

Mariano

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