Un poco antes del otoño
Faltaban sólo unos días para la llegada del otoño, la tarde estaba algo nublada, y mis pasos se dirigieron a Las Erillas, hoy un terreno sin más y antaño un precioso y casi siempre verde prado, es lo que tiene este tiempo, que casi todo se pierde. Seguí hacia arriba por el camino de la Sierra observando el paisaje y todo lo que a mi paso iba apareciendo, poco para esta temporada después de un caluroso verano, pero nunca falta algo con lo que sorprenderte, unas uvas de garnacha, unas moras y poco más. Al final apareció el Valle del Tórtolas de amarillo pajizo por las altas temperaturas y nulas lluvias, pero si lo miramos con buenos ojos podremos ver su belleza, siempre la tiene. Cuando llegó la hora del regreso, se me fueron apareciendo viejas imágenes y personajes con los que aquí coincidí en otros tiempos, ellos ya no están pero el camino sigue aquí como testigo de otra época. Cadalso siempre tiene algo que ver, que disfrutar y que recordar.