Mulhacén Sierra Nevada.

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Mulhacén, techo de la Península Ibérica

Museo de Montaña Zorro Corredero

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jueves, 24 de diciembre de 2020

NOCHEBUENA en Cadalso. Por Miguel Moreno

 

NOCHEBUENA

 


Aquella Nochebuena amanecieron todos los majuelos del arroyo Tórtolas blancos por la escarcha. Esa tarde cayó la niebla y, al recibir el contacto de aquel sol invernal pálido y triste, se disipó y aparecieron las hierbas irisadas debajo de los pinos desprendiendo un vaho etéreo. Quizá como homenaje del campo a la noche venidera.

 Aquel día estuvimos cogiendo aceitunas en la viña de “Cuatro Vientos”. Yo tenía las orejas y las manos heladas mientras mi paladar aún saboreaba “el gallito” reciente. A mediodía, en el pequeño monte vecino, no quedó nadie. Únicamente el rocío, el silencio, los pinos y muchas piñotas por el suelo quedaron. Cogimos un saco de ellas para encender la lumbre y adornar el Nacimiento. Nos marchamos felices y la viña quedó, como tantos seres humanos, perdida, indefensa y triste. Al llegar a Cadalso, oímos por las calles heladas desgarradores villancicos interpretados por voces roncas y ojos tristes. ¡¡¡Es Nochebuena!!!, exclamó un solitario con una copa de menos y una lágrima de más.

 


Esa noche los niños no callamos y los susurros de los recuerdos de los ausentes no silenciaban la mente de los adultos. Alguien comentó que las penas no se pueden curar y siempre acaban doliendo… que las casas se quedan solas y se hace infinito el eco de los ausentes… que el dolor produce un amargor profundo de ausencias que va llenando las piezas de tristezas… que los lamentos se acercan desde lugares desconocidos sobresaltando el ánimo… que los mayores sienten miedo al oír en soledad el viento porque les hacen más pensativos y más viejos… que las Nochebuenas cada año conmueven más… Que las penas lloran cuando los pétalos de las Flores de Pascua se marchitan…

 


En cambio, yo vivía una euforia navideña que se proyectaba desde el alma hasta mi cara aterida al saber que aquella noche, poseída por las luces extrañas que aparecían detrás de la casa (¿acaso apariciones?), sería especial porque era Nochebuena. Estaríamos juntos en Las Casetas con la zambomba de Jesús, las ocurrencias graciosas de “Quinito”, secundado por Juanjo que motivaba especialmente su ingenio, la expresión bonachona de Pío, el incansable trajinar de Luisa, Feli y Francis para que todo estuviera a punto, la llegada de Justo y Luciano después de pedir con su cuadrilla aguinaldo por todo el pueblo rociándolo de moscatel, “gallitos” y polvorones, la satisfacción indisimulada del abuelo, las mil caricias por segundo que irradiaban los ojos de la abuela, la bondad que contenían las manos de Martina y el semblante melancólico de mi padre acompañado de la sonrisa esperanzada de mi madre.

 


…Y mi leal perro “Mingo”, pegado eternamente a mi costado sin dejarme nunca solo. El pobre, cuando los grandes comenzaron a cantar el villancico: "El Niño Dios se ha perdido", estremecido por el desgarro de las voces, se metió debajo de la mesa llevándose por delante el mantel y los humiles restos de la cena. El sabor que me dejó su fidelidad al ausentarse, hizo que cada año le añorara mucho más. Ningún otro ocupó jamás su lugar en mis recuerdos. Hay amores eternos, sentenció Bécquer.

 Desconozco qué nos pasa a los críos con las cosas de la Navidad que nunca nos dejan crecer. Lo más que nos permiten hacer es recordar cuando éramos buenos sin saberlo y los grandes no podían silenciar nuestra alegría. La vida de los niños de mi generación está hecha, más que la de ninguna otra, de recuerdos. Recuerdos calientes de las calles y de las casas de entonces que arropan estas Navidades de virus sin coronas que, comparadas con las de mi infancia, se me antojan más frías en todo menos en la temperatura del ambiente. Ha de ser, sin duda, la edad…

 (A los que se fueron en la más triste de las soledades: el desamparo. Pero también para Moisés y Jorge, en su primera Nochebuena, porque no hay nada más triste en este mundo que despertarse el día de Navidad y no ser un niño)


Miguel MORENO GONZÁLEZ
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

                                   


15 comentarios:

Pedro Alfonso dijo...

Precioso escritito Miguel, defines con el corazón aquellos días de Navidad de nuestra más tierna infancia, Nochebuenas llenas de cariño y familia, de sencillez y alegrías, de cenas humildes cargadas de amor, de calles frías de temperaturas pero calurosas de humanidad, de villancicos cantados por los nuestros, de vecinos que eran familia, se añoran tantas cosas, que hoy nos invade cierta tristeza, porque aquellas Navidades ya no volverán y las de ahora ya no pueden curar las ausencias de tantas personas queridas. Feliz Navidad.

Anónimo dijo...

Joer Miguel... qué bonito amigo.... como siempre, claro... Precioso de verdad... sin palabras...
José A. Álvarez de Guzmán

Miguel Moreno González dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Miguel Moreno González dijo...

Un abrazo a todos y deseo que sigamos aquí para celebrar estas Fiestas el próximo año con total normalidad, comprensión y sana alegria.

Anónimo dijo...

Caray Miguel, la nostalgia a flor de piel... Magnífico cómo siempre...
Un abrazo y FELIZ NAVIDAD.
Pepe Vázquez

Anónimo dijo...

Precioso Miguel!!
Que siempre conservemos una parte del niño que fuimos.

Anónimo dijo...

Precioso escrito Miguel. Aunque no viví esa Navidad es como si lo hubiera hecho por las veces que le he oído a mi padre contarlo. Qué paséis una Feliz Nochebuena y Navidad!!
Tu primo, Miguel

Jesús Lopez dijo...

Migue que recuerdos tan bonitos y que felices hemos sido en las casetas rodeados de toda la familia no te has olvidado de ninguno gracias

Javier Perals dijo...

Precioso Miguel, lo que te dedica a ti Pedro lo comparto por entero y la Navidad que tu describes estremece hasta hacer temblar los huesos. He sentido al leerlo el frío del invierno, el calor de la lumbre, la soledad y la nostalgia por las ausentes y la emoción de un niño. Gracias. Muchas Gracias y Feliz Navidad.

Miguel Moreno González dijo...

Gracias a todos. Celebro haberos traído gratos recuerdos de Nochebuenas pasadas. Siendo así, la misión del escritito queda cumplido. Gracias Pedro, José, Pepe, Miguel, Jesús, Javier y al entrañable y fiel anónimo. Un abrazo y Felicidades para los descritos y todos los demás...

Felix y Raquel dijo...

Absolutamente hermoso!!!!! Leído con lágrimas en los ojos, eso es traspasar lo escrito directo al corazón
Feliz Navidad!! 🎄❤️

Anónimo dijo...

Q bonito Miguel, como siempre... Feliz Navidad para ti y los tuyos, un abrazo

Montse Hergueta

Anónimo dijo...

Feliz Navidad para todos!!!!!
A ti Pedro por recordarnos siempre Tradiciones y lugares de ese precioso pueblo
Y a Miguel que decirle!!!! Enamora la forma que tiene de contar la vida vivida
Felices fiestas!!!! 🎄

Ruqela Tuyes

Anónimo dijo...

Feliz navidad para todos los cadalseños recordando a todos das los y las cadalseñas salud para todos

Angel Haro

Anónimo dijo...

FELICES FIESTAS

Aurora Ferrera Ruiz

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