Mulhacén Sierra Nevada.

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Mulhacén, techo de la Península Ibérica

Museo de Montaña Zorro Corredero

Museo de Montaña Zorro Corredero
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viernes, 12 de octubre de 2012

A Balta, ciclista y amigo.

               A Balta, excelente ciclista y mejor amigo



El pasado domingo cuando subía la cuesta de Tórtolas, después de un paseo cargado de emociones y paisajes otoñales por el Boquerón, me encontré con un ciclista, al principio no le reconocí pero cuando le adelante dada la facilidad de mi auto de locomoción si lo comparamos con el suyo, comprobé que no era un ciclista cualquiera, y eso que yo respeto y admiro a todos, este era y es un ciclista muy especial para mi.

Lo que en un principio iba a ser disparar un par de fotos de ese ciclista que no era otro que mi gran amigo Balta, se convirtió en una gran sorpresa por sus palabras de lo acontecido hacia unos minutos antes y por el aspecto de sus ropas y suyo propio.
 

 

Esta historia se comenzó a escribir hace muchos años, entonces éramos unos críos que cada día jugábamos al fútbol en el gran campo que para nosotros era y nos parecía, la Plaza del Ayuntamiento de Cadalso. Allí cada uno de nosotros soñaba con  este o aquel jugador e intentaba emularle, siempre con el permiso del tío Emiliano, de Peri y por supuesto de Manolo Cantelar, personas éstas que por aquellos años regentaban sus negocios junto a “nuestro” campo de fútbol, vamos que podría decirse que inventaron lo que hoy conocemos como la esquina del Bernabeu, la esquina de la Plaza.
 
Cada verano cuando la Vuelta, Tour y Giro llegaban a las pantallas de aquellas primeras teles Marconi que se acompañaban de transformador y funda de tela verde para que no cogieran polvo, era el momento de guardar el balón para sacar nuestras humildes bicicletas, algunas compradas a Peri, que las vendía junto a sus repuestos en el local donde hoy se encuentra la óptica. Y así con la emoción de las etapas de estas grandes vueltas nosotros soñábamos con ser unos de esos ciclistas que cada día nos impresionaban con sus escapadas, sprints y llegadas a los puertos de montaña.


 

Nuestras etapas eran Cadalso-Cenicientos, Cadalso-La Granjilla, Cadalso-Las Rozas, y nuestros puertos de primera los clásicos de Tórtolas, Las Cojudas y Campamento. Todos salíamos juntos en aquellas etapas de tarde de verano, todos sufríamos con aquellas bicicletas, y cada uno a nuestra manera nos planificábamos aquellas para nosotros duras etapas, para regresar a Cadalso lo mejor posible, cosa que casi nunca ocurría ya que la mayoría de las veces por no decir todas llegábamos a meta más muertos que vivos. 
 
 No importaba llegar el primero o el último, lo importante era llegar y tener la satisfacción personal de hacer la etapa completa. Hubo accidentes, algunos peligrosos que necesitaron de visita a Don Alejandro, médico de Cadalso y de nuestra Vuelta a Cadalso, pero nada importante que el tiempo, la mercromina, aquel antiséptico empleado para la desinfección de las heridas y rozaduras, y algún punto de sutura no curase.

Baltasar Villarín, ciclista de la vida y de los sueños. Igual que aquellos cromos que coleccionábamos en los 70. Te acuerdas?
 
 
Aquellos años son difíciles de olvidar por muchas cosas, hoy cuando el recuerdo nos trasporta a las tardes de etapas y sueños renace en nosotros una sensación de placer y amistad duradera. Todos éramos ciclistas de verano, pero si hay que destacar a alguno por su empeño ese es Baltita, que así le llamaba Antonina, su madre. En su habitación subiendo las escaleras a la derecha de aquella panadería de sus padres, hoy su casa en la Plaza, colgaban de la pared recortes del deportivo As con grandes ciclistas de la época. Eddy Merckx, Raimond Poulidor, Luis Ocaña, Van Springel, Zoetemelk, Vam Impe, Agustín Tamames y Perurena por citar algunos, eran las imágenes con las que Baltita se dormía cada noche soñando en la ascensión al Puy de Dôme o al Col du Galibier, escenarios de aquellas grandes etapas.

Fueron grandes años y grandes equipos, como Faema, Kas, La Casera, Bic, Werner o el Fagor Mercier los que nos hicieron sufrir y soñar y los que inculcaron en Balta ese amor por el ciclismo que todavía hoy perdura.
 

 

Y pasaron los años y el ciclismo fue calando cada vez más en su corazón y en su forma de vivir la vida, grandes etapas, viajes a tantos lugares llenos de historia del ciclismo y muchas ascensiones a esos puertos míticos han ido llenando siempre el pasado y el presente de Balta. Amigos todos, ciclistas todos, y gran pasión por este duro deporte que le proporciona lo que él quiere, y la ayuda, no tengo la menor duda, a ser una gran persona.
 
Estar junto a Balta es vivir el ciclismo, es dejarse atrapar por su sueño y por sus conquistas aquí y allá, es aprender a conocer la bicicleta, el manillar, la tija o el cuadro de titanio, elementos que suenan en sus sentidos a coro celestial, reflejándose en sus ojos una sonrisa de alegría y placer por saber que está haciendo lo que le gusta.

 
  
 
Pero volvamos al momento del encuentro en Tórtolas, donde la sorpresa se hace más patente al  observar las heridas de una caída que acaba de tener entre el Burguillo y El Tiemblo, cuando prácticamente ha chocado contra un gato y esto en una bici en casi siempre suelo y dolor, como el que le proporcionan esas heridas en la rodilla, el brazo, el hombro y las manos, heridas que le hacen más grande cuando al ser preguntado por algunos conductores que circulaban en ese momento por el lugar del accidente, si deseaba que le llevaran al médico de El Tiemblo, él les contesta que prefiere continuar hasta Cadalso, y así lo hace, con pundonor, con fuerza y con esas ganas de superarse a si mismo tan propia de los grandes ciclistas.
 
Tampoco admite mi ayuda para que le lleve a la clínica de Cadalso, y tras una corta conversación, continua Tórtolas arriba, derrochando valentía y haciendo un gran esfuerzo por terminar este día y esta cuesta tan nuestra, llena hoy de sudor y sangre.
 

 

Durante un par de días no tenía claro si publicar este post, pero al final he pensado que debía hacerlo por varios motivos, porque te lo mereces, porque eres una gran persona y un gran deportista capaz de soñar y hacer soñar a los demás, porque tu coraje, esfuerzo y decisión no pueden quedar sin darse a conocer, porque emanas amistad allá donde vas y por lo más importante, porque desde que teníamos tres o cuatro años eres mi amigo y hoy cincuenta años después lo sigues siendo y sintiendo.
 

 

Gracias Baltita por todo.


Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso


3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡¡GRACIAS, MUCHAS GRACIAS, PEDRITO!!!, emocionante y precioso este Post lleno de amistad y cariño que, generosa y amablemente, me dedicas. Es una suerte y un privilegio, más en estos tiempos, tener AMIGOS como tu, Pedro. Me has emocionado con los recuerdos, las alusiones y el cariño que reflejas al contarlo. Eres grande, AMIGO, tanto que, definiéndote como persona, eludes comentar que aquellas inolvidables "Vueltas a Cadalso", siempre, conocían un ganador: Pedro Alfonso Jerónimo a lomos de una preciosa DAL, verde y con frenos Weimann, como los de Eddy Merckx, mi ídolo de siempre, ya sabes.

Pedrito, un abrazo muy fuerte y mi agradecimiento y
amistad por siempre. GRACIAS.

Jose Peke dijo...

Cuanto me alegro de ver estas tan bonitas fotos de Balta!!..machacandose en su "bici"...que recuerdos me trae..de aquellos años en los que yo corria con vosotros( bueno a medias.porque yo solia llegar a la meta el 1º y sólo!!)..aunque solamente fueron 3 años ..mas o menos!!..la verdad es que no tenia rival!!..jejeje..( es broma..y por favor ..con todo mi respeto)..ahora es cuando me da envidia..de veros con mis años..y estais como en los años 70..!!Un abrazo..: Verdaderos deportistas!!!..

Anónimo dijo...

Qué razón tienes, Jose, fuiste el "Rey" de la, mítica, Clásica de las Fiestas( Cadalso-Granjilla-Cruce de Almoróx-Campamento-Cadalso), cómo ibas, inalcanzable, pero, eso sí, todos contentos, emocionados y dispuestos, cada Año, a pelear con todas nuestras fuerzas en ese reto, que para nosotros era, la carrera de las Fiestas, nuestra carrera. Ahora, nosotros continuamos pedaleando y, de vez en cuando, cayéndonos y tú, entre otros, dándonos ánimos con la mirada y la palabra en lo deportivo y enriqueciéndonos personal y culturalmente desde la música y nuestro folklore. Gracias.
Un abrazo. Balta.

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