La Cascada del Zabala casi. Sierra de Guadarrama.

 Casi Cascada del Zabala

Pues así fue y así se nos fueron las cascadas y sus hielos y las nieves del Guadarrama. Ya este día la nieve escaseaba, el hielo había desparecido de la cascada de la Pared Negra de Peñalara y parecía que todavía se mantenía en la Cascada del Zabala, pero cuando llegamos no había mucho, faltaba continuidad y el agua corría por debajo del hielo que quedaba, total, que decidimos subir un poco por la izquierda, para disfrute del personal y herramientas invernales, pero vamos, que poca cosa, tampoco somos nada en esto de las cascadas. Un seguro aquí con tornillo y poco más, luego alguna foto para dejar el recuerdo y arriba, arriba. El día había comenzado con niebla, asomando las cumbres por encima, el tiempo bien, y la temperatura -2º, no estaba mal para pasar el día, pero muy mal para el hielo y la nieve. Se sentía la humedad, aunque esta llegaría unos días más tarde en forma de lluvia, suficiente para eliminar la nieve y el poco hielo que quedaba. Bueno, la montaña siempre manda y decide sobre nosotros, además del tiempo, pero lo importante es saber sacar provecho de cada día y hasta de cada momento para disfrutar de esta afición que tanto nos llena. Al regreso pasamos por la Laguna Grande de Peñalara, todavía helada, y tomamos el camino, no sin antes ayudar a dos chicas que intentaban descender a la laguna, pero sin crampones y sin nada, así que manita y para abajo. La bajada con nieve hasta el mismo Cotos y en soledad, es lo que tienen los días de diario, el parking medio vacío, y el cielo al final despejó mostrándonos las Cabezas de Hierro en todo su esplendor, esplendor pasajero, porque a la semana siguiente había desparecido tanto el esplendor como la nieve, de pena. Pero a pesar de esto y de mucho más la Sierra de Guadarrama siempre será maravillosa, cercana y amiga.

Zorro Corredero

Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso