Recuerdos para soñar: Las albarcas, un calzado de campo.
La albarca o abarca es un tipo de calzado que cubría la planta del pie y los dedos, atándose con una correa alrededor del tobillo. Muy utilizadas por los hombres del campo por su facilidad para expulsar, con un simple movimiento, los chinarros y tierra que se metían dentro durante las labores del campo. Se fabricaban en cuero y caucho y se podían comprar en las tiendas especializadas de Cadalso, como casa Sinfo y casa Emiliano. Hoy no se utilizan y es muy difícil encontrarlas en cualquier comercio.
Sirva esta foto, de unas sencillas albarcas, como homenaje a todos los hombres de Cadalso y de cualquier otro lugar, que las usaron en aquellos tiempos donde el duro trabajo en el campo era el pan de cada día.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
11 comentarios:
Pedro que recuerdos cuando era chica mi madre me mandaba a comprar en casa del tío Vega collarín.y recuerdo esas albarcas mi padre las tenía para el campo.alli se vendía de todo te acuerdas??? Lo mismo comprábamos azúcar , huevos , bacalao que lo cortaban en el mostrador de madera, como cuerdas de pita , sogas,hachas, y hasta serones.que tiempos aquellos verdad?
Maria Antonia Hernández
Yo estuve viviendo unos años en casa de mi abuela, justo enfrente de Vega, me pasaba muchos ratos con Sinfo y Pauli. Que buena tienda era y que agradable toda la familia. Daban a muchas familias "fiao" y luego cuando volvían de la siega se lo pagaban. Grandes recuerdos.
Mi padre también las tenía
Conchi Lopez
Los hombres mayores de nuestro tiempo la usaban casi todos qué tiempos
Rosa Merchan
Por Andalucía también se usaban mucho .
Manuel Olarte Olarte
En mi pueblo los llevaba me acuerdo de mi padre no se si las fábrican en Elche
Aurora Ferrera Ruiz
Buenas herramientas
Rafa Muñoz
Yo también me acuerdo de las albarcas las usaban los hombres que trabajaban en el campo
Dolores Saez Canoyra
Mi abuelo las usaba para regar el huerto siempre lo recuerdo en la sierra cuando terminaba de regar las limpiaba en la poza y las colgaba en un castaño para otro dia
Pilar Calvo Villarín
PEALES Y ALBARCAS
A mi padre y a los jornaleros
coruchos de su generación.
Transidos de frío
peales y albarcas,
llagadas las marcas
de pies, del rocío.
Van los jornaleros
de rostro atezado,
al hombro abrazado
los viejos aperos.
Funde sus alientos
la cruda mañana,
del frío que aplana
nuestro Cenicientos.
Hay nieve en la cumbre
cimera en la Peña,
que hiberna y que sueña
y encienden la lumbre.
Tienen el marqueo
trazado en el suelo,
y aplastan el hielo
con un traqueteo.
Están ajustados
para abrir las hoyas,
panes de sus ollas
de desheredados.
Con los azadones
y pico a la piedra,
nada les arredra
abriendo zanjones.
Las manos cubiertas
de grietas y callos,
cavan como rayos
las tierras desiertas.
Tapan los barbados,
que serán las vides
cuando en estas lides
sean injertados.
Paran un momento
y echan un cigarro,
los pies en el barro
y algún juramento.
Duros los astiles
de azadón y pico
y no lo magnífico,
las hoyas a miles.
Les daban los dueños
vino en calabaza,
de la misma raza
que impregna sus sueños.
Y así la cuadrilla
de los jornaleros,
iba con sus fueros
por toda Castilla.
La siega en verano
la carga de leña
sin letra pequeña
lastrando su mano.
Los hombres de acero,
de peal y albarca
fueron remo y barca
de lo venidero.
Nosotros sus hijos
tuvimos abrigo,
nuestro pan de trigo
y la escuela fijos.
Y en el firmamento
de los jornaleros,
aquellos braceros
infunden aliento.
Los cien metros lisos
Antonio Moreno
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