Mulhacén Sierra Nevada.

Mulhacén Sierra Nevada.
Mulhacén, techo de la Península Ibérica

Museo de Montaña Zorro Corredero

Museo de Montaña Zorro Corredero
Museo de Montaña Zorro Corredero

jueves, 9 de abril de 2020

LECTURAS PARA UN VIRUS SIN CORONA. PAISAJE CADALSEÑO INOLVIDABLE


LECTURAS PARA UN VIRUS SIN CORONA. PAISAJE CADALSEÑO INOLVIDABLE

                            (A Miguel Delibes que me descubrió paisajes, interiores y exteriores, inmortales)



Una cosa son los libros y otra la vida. Uno en la escuela no aprende a mirar. En cambio mi padre sí me enseñó a mirar, que hay cosas que uno tiene delante de las narices y, por lo que sea, no las ve. Por él supe que nuestro pueblo era hermoso, que ojeando desde lo alto de la Peña Muñana veíamos los tejados de Cadalso y, alrededor, los grupos de pinos. Y abajo, en el valle, el arroyo Tórtolas espejeando, acompañado por dos filas de chopos empinándose a sus flancos. Y arriba, en Rozas, los cerros llenos de castaños. Y, a su izquierda, según mirábamos de frente, Lancharrasa donde van a cazar los cadalseños el día de La Caza de Devotos, por Carnaval.


Valle del Tórtolas


Luego, tal que a mano derecha, entre la arboleda del monte, estaba una pequeña y solitaria casa de piedra. Y, en el centro de todo, la iglesia majestuosa y, por encima de ella, las tapias del campo santo, las que desmontamos el día de la cantea grande los chicos de “San Antón-La Plazolilla” contra los de “La Plaza-La Corredera”. Y, dentro del cementerio, asomaban irguiéndose hacia el cielo, tres cipreses verdes que acompañan a nuestros paisanos y que si soplaba el cierzo se cimbreaban tristes como juncos. Y, si girábamos sobre nosotros mismos, veíamos El Valle de las Culebras y El Venero, ceñido todo por retamas, jaras y pinos enormes. Llegado a este punto yo me sentía flotar e imaginaba que me lanzaba al vacío para sobrevolar feliz, junto a entrañables pájaros de plumas y metales, ese paraje fascinante.



Según  me mostraba todo aquello él me hablaba y me animaba -o se animaba él-, diciéndome que en el fondo la vida siempre te ofrece   motivos  para  vivirla  y  admirarla  y  que  por  eso –explicaba- pronto volvería la intensidad de la existencia de la mano de la primavera y se nos renovarían un montón de historias que creíamos perdidas u olvidadas. Después el bochornoso calor del verano nos obsequiaría con esas tardes en las que siempre acababa naciendo un nuevo amor. Más tarde el tenue sol otoñal se reflejaría sobre las doradas hojas que nos aguardarán rilando en el suelo, como si se hubieran desprendido de nuestras almas. Y por fin, de nuevo, el invierno arroparía nuestras euforias con su manto de realidad sobrecogedora.



Entonces, una vez más, volveríamos a acordarnos de aquéllos que le dan a nuestra vida comprensión y cariño mientras dialogamos y tomamos alguna determinación cualquier atardecida de este ciclo mágico y desolado que es la vida. Yo aprendí estas cosas gracias a mi padre, y lo podéis creer o no que sois muy libres, pero ahora, sólo de verlo yo me siento como otro, hay días a saber por qué, que hasta me vienen las ganas de llorar y todo.


Miguel Moreno González
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso


11 comentarios:

Anónimo dijo...

Bonito es CADALSO ♥♥♥

Aurora Ferrera Ruiz

Anónimo dijo...

Precioso escrito y preciosas fotos.

Mariano

Anónimo dijo...

Precioso mi pueblo

Pilar Lopez Navarro

Anónimo dijo...

Lo de las culebras me da yuyo

Aurora Ferrera Ruiz

Anónimo dijo...

El amor no es débil, es poderoso. Amor a tu pueblo y a tu padre que te enseñó a amarlo.

Unknown dijo...

Te pasas la vida viviendo en el pueblo y no te das cuenta de lo bonito que es hasta que alguien como tu no te lo describe en algún escrito.

Anónimo dijo...

Emocionante escrito de este Jueves, sobre todo lo que muchas veces, los cadalseños, no vemos, pero como tú bien dices, tenemos que tener a alguien que nos enseñe a mirar y admirar lo que nos rodea. ��
Luis M. González

Anónimo dijo...

Precioso relato Miguel,ahh tu padre decía la verdad Cadalso es grande y precioso un abrazo 😘

Maria Antonia Hernández

Miguel Moreno González dijo...

Gracias a todos por tan sentidos comentarios sobre nuestro pueblo.

Anónimo dijo...

El pueblo más bonito de la provincia de Madrid

Magdalena Martín Moreno

Anónimo dijo...

Uno se observa y cree verse. El otro mira y cree adivinar y opina. En el centro o media debe estar la verdad. Su padre observaba y sabia comunicar y Ud. lo ha sabido guardar en su corazon y trasmitirlo.
Julia

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