Como la tarde noche no estaba para nada, lo mejor en casita y con buena lumbre que caliente los huesos después de recorrer estos húmedos y fríos lugares de Cadalso.
Junto al fuego, las imágenes de hielo y frío se recuerdan mejor, y más si lo acompañas de una copita de moscatel, que siempre me gusta compartir con la lumbre, que al instante me devuelve el regalo con unas llamas azuladas que sólo el ojo puede captar.
Mirar por la ventana y sentir el frío de la noche, es casi diría halagador en esta situación casera que vivo en este momento, ventana, fuego, fuego, ventana, y el tiempo pasa y la tarde se oscurece y unos niños juegan en la Corredera como si tal cosa, me armo de valor y salgo con el calor de las llamas aun en mi rostro, y noto el aire que me enfría y me desgana, pero antes de volver disparo, y la noche, los niños y el momento quedan plasmados para siempre en este lugar que tanto dice de mi y de todos los cadalseños-as.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
1 comentario:
No hace falta ir a Cadalso para sentirse allí. Gracias Zorro Corredero
Inés
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