Primavera en Gredos
Cada año la primavera de Gredos se caracteriza por el amarillo de los piornos, aunque unas veces se produce la floración antes o después debido a las temperaturas y la meteorología, lo mismo ocurre con la nieve, hay años en los que todo se ve blanco y otros en los que apenas se divisan unos neveros. Este año 2020 es muy pobre en nieve, apenas nada, pero el año pasado, que tampoco fue de los de abundancia del elemento blanco, si lucía con una buena cantidad, la foto lo dice todo.
Todos las marchas son bellas en Gredos, pero hay algunas que nos dan una imagen de lo grandioso de este macizo, una de ellas es la que tras visitar el nacimiento del río Alberche, se dirige hacia Hoyos del Espino pasando por la Laguna del Gallo. Fácil, entretenida y de grandes vistas, esta marcha te llevará hasta el corazón de Gredos, para mi Hoyos del Espino, disfrutando de todo el macizo.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
4 comentarios:
Pueblecito de Guisando
recuerdo la Charca Verde
mi tiempo vuela avanzando
las fuerzas me va minando
y en tu recuerdo se pierde.
Me gusta, apetece sentarse en la puerta de esa casita y dejarse llevar con la vista, me da tranquilidad.
Carmen
Gracias Saturnino y Carmen. Gredos es para mi un lugar llenos de fantasía, recuerdos, juventud y tranquilidad. Nunca dejará de visitar este montón de piedras que me enamoró haya por el año 1972.
Un abrazo.
Saludos Pedro confiemos que todo vaya bien.
La mecha de un polvorín
en Alcorcón, toma vuelo
principio tiene y el fin,
después de tanto trajín
es arrojarnos al suelo.
LA BIBLIOTECA DEL PARQUE
Formando está un esquinazo
entre ruidos y entre coches,
mas sus libros son derroches
que bien merecen desplazo.
Con gusto yo nunca aplazo
mis visitas a su embarque,
y entre libros hago aparque
que tiene esta biblioteca
de Rocinante y Babieca
y su nombre es la del Parque.
EN ALCORCÓN A TANTOS DE TANTOS
Recorro tus campos, ando en tus calles,
persevero en mi afán,
conocí a mi esposa, engendré a mis hijos
y amasé aquí mi pan.
Campos vi de trigo y vi de cebada
tras de mi ventanal,
de esmeralda olas vaivén de las brisas
de aire primaveral.
Y fue aquí en Santa María la Blanca
mi boda y desposar,
de mis hijos ante el ara el bautizo
antes de echar a andar.
Trabajé en casa y tuve en mi taller
el cincel y el buril,
la gema, la lupa y base del fuste
y un soneto en mi atril.
Vine a un pueblo y ahora es ciudad,
Alcorcón sideral,
con sus amplias y extensas avenidas
y un moderno hospital.
Aquí envejezco, en Alcorcón prosigo,
y bien puedo dar fe,
de un cambio existencial evolutivo
que palpable se ve.
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