Lorenzo García Abad
Nací en Cadalso de los Vidrios en una de las calles más castizas y antiguas que siempre se ha llamado igual a pesar de cambiarla el nombre en varias ocasiones, me estoy refiriendo a la calle del Cuerno. Fue un caluroso día de verano, el 8 de julio de 1919, pero hoy no quiero hablar de mi vida en Cadalso que fue como la de todos los de aquella época, mala, mucho trabajo y mucha hambre.
Satu en la actualidad. Marzo-2011
Te voy a contar esa otra parte de mi vida que me tocó vivir durante la guerra. Yo tenía 17 años y un día así sin más me llamaron para ingresar en el ejercito, era el año 1936, y me llamaron para luchar en la guerra, yo soy de la quinta del 40 que éramos los más jóvenes, después llamaron a los del 41. De aquellos primeros días recuerdo que nos fueron buscando a casa y casi sin despedirnos nos metieron en un camión con destino a Toledo, íbamos unos cuantos de Cadalso, pues mira; Nieves Pérez Gutiérrez “El Alambre”, Luis “Mera”, Julián Álvarez “Petorales” y algunos más que ahora ni me acuerdo.
Cuando el camión llego a Toledo nos dejaron allí un día y tuvimos que ir a dormir a una posada y encima pagando nosotros, éramos unos pobrecillos que ni siquiera nos mandaban a los cuarteles. En Toledo estuvimos poco y luego me enviaron a Cáceres donde coincidí con Vitoriano Nombela “El Pielero” que era de Almorox y no pasaron ni diez días y otra vez de viaje, esta vez al Monasterio de la Vid pegado al río Duero y cerca de Aranda de Duero en Burgos, fue aquí donde nos enseñaron a hacer la instrucción y a disparar, tampoco mucho, ni de uno ni de lo otro.
Ascó (Tarragona)
Y cuando creían que estábamos preparados nos metieron a un montón en camiones y nos enviaron al frente de Ascó en Tarragona, menudo “fregao” que había allí, el pueblo de Ascó está en una ladera y allí no enseñábamos ni el morro en todo el día, estábamos batidos en cuanto asomabas, por un lado estábamos nosotros los nacionales o lo que fuéramos, luego el río Ebro y al otro lado los republicanos y en cuanto asomabas..zas, el tiro, luego lo tomaron como les dio la gana, no había nadie que pudiera hacerlos frente y al final salimos de allí como pudimos y estuvimos tres o cuatro días andando sin comer, sin dormir y sin nada hasta que llegamos a Maella en Zaragoza.
Estaba casi amaneciendo cuando llegamos al pueblo, éramos unos 8 o 10, cada uno salió de allí como pudo y al llegar vimos a unos de lejos que nos miraban, les dije ya están ahí y me adelanté, lo mismo daba que fueran de los nuestros o no, de todas maneras estábamos más muertos que vivos, luego resultó que si eran de los nuestros, pero igual que al principio todo fueron alegrías en cuanto pasó un rato otra vez cada uno volvió a lo suyo que no era otra cosa que estar jodido.
De Maella fuimos a Gandesa y allí cayeron……(durante unos largos segundos su voz se silencia y sus ojos brillan)…los que cayeron allí, yo estaba de enlace del Capitán de la Compañía y no pegué muchos tiros, no recuerdo como se llamaba, allí tu no……. (de nuevo calla) …..la Sierra del Cabal a un lado y al otro la Sierra del Pandol, los que murieron allí de unos y de otros…..
Pasé mucha guerra en Cataluña, avanzamos hasta Barcelona y luego nos llevaron a Extremadura al pueblo de Zafra, de aquí a Zamora que estaba en la retaguardia y a un montón de sitios más, me recorrí toda España.
Estábamos en un pueblo de Albacete llamado San Benito cuando terminó la guerra, de aquí no nos movíamos ni avanzábamos, entonces recuerdo que salió un Teniente Coronel y dijo: soldados la guerra ha terminado. A los dos días nos metieron 60 kilómetros de marcha y aparecimos cuatro, los demás se fueron quedando, yo llegué pero no recuerdo el nombre del lugar al que nos llevaron, fueron tantos durante los tres años que duró la guerra que no me puedo ni acordar.
Terminada la guerra no me vine a mi casa, seguí allí como todos, sin comer y sin beber y nunca dejaron de llevarnos de un sitio para otro, volví a Zamora, a Cáceres y hasta Melilla que nos metían unas marchas hasta el monte Gurugú que no veas y al Barranco del Lobo que está detrás y al Llano Amarillo, bueno y ya está, déjame en paz que esto se acabó hace muchos años. Después de los años me vine al pueblo y me volvieron a llamar yo que se las veces que vine y me fui.
Venga vamos que me voy al hogar.
Hoy Lorenzo que pronto cumplirá 92 años y al que todos llaman Satu vive en Cadalso y su vida pasa cada día entre su gente y el hogar al que acude cada tarde, él junto con un puñado que no pasa de cinco son los únicos testigos de esa guerra tan cruel que enfrentó a los españoles, y tanto hoy como en otras ocasiones que he podido hablar con Satu sobre este tema, cosa que se no le agrada, jamás le he oído hablar mal del otro bando. Otra cosa curiosa es que siempre habla en plural, nos llevaron, nos metieron, nos miraban, un plural con el que parece querer refugiarse para sentirse protegido aún hoy como seguramente lo estuvo en aquellos duros años de guerra. Lástima que estos hombres nunca hayan abierto sus mentes y su historia para conocimiento de todos y hayan estado tan olvidados por todos y principalmente por las instituciones con la desgracia de llevarse a la tumba sus conocimientos y sus pensamientos sobre una guerra tan cruel que espero jamás vuelve a producirse.
En recuerdo de Juan Carrillo, Isidoro Moreno, Marcelino Miguel López y Jesús Carrillo ya fallecidos, nacionales unos y republicanos otros durante la guerra, con los que tuve la gran suerte de compartir momentos y recuerdos de sus vidas.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
4 comentarios:
impresionante la memoria de Lorenzo!!!
Bonitos pero desagradables recuerdos, que no buelvan a ocurrir un saludo para el amigo Satur y otro para ti, Zorro. PEPE.W
Un saludo para Satur
Duro pero muy interesante lo que nos cuenta Satur. Cuantas calamidades y sufrimientos tuvieron que pasar la gente que le tocó vivir la guerra. Mi reconomiento para el Zorro por su buen blog.
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