Mulhacén Sierra Nevada.

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Mulhacén, techo de la Península Ibérica

Museo de Montaña Zorro Corredero

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jueves, 27 de febrero de 2020

OTRO RAMITO DE VIOLETAS EN EL DOMINGO GORDO DE CARNAVAL, por Miguel Moreno




OTRO RAMITO DE VIOLETAS EN EL DOMINGO GORDO DE CARNAVAL




     Tuvimos al padre de Jorge y Evangelina, José Ramón Sobredo Rioboo, de Embajador de España en Argel. Y coincidencias de la vida, cuando regresamos al Ministerio en Madrid, Jorge Sobredo Galanes fue el jefe de Paloma mientras éste, a la sazón, era Subdirector Gral. de Asia. Jorge y servidor labramos una amistad de exigencia sensata cuando le sobrevino una repentina afición por el toreo. Fuimos muchas tardes de San Isidro a Las Ventas y la sesión post-corrida solía alargarse hasta bien entrada la madrugada. Charlábamos de lo taurino (poco), de lo divino (nada) y de lo humano (mucho), a la vez que trasegábamos una cotizada agua de fuego que nos aliviaba la espera y nos exaltaba el ánimo. Y es que hay días que uno pasa sed hasta debajo del agua.


        Jorge Sobredo Galanes


     Una de aquellas madrugadas fuimos a parar con nuestros sentimientos llenos de euforia hasta Chicote, en Gran Vía (lugar frecuentado por actrices, toreros, escritores…). Tomamos algo sólido (de líquido íbamos bien servidos) para reponer fuerzas, y nos sorprendió allí mismo ese Canto Hondo de Manuel Machado (el hermano de Antonio, el que quiso ser banderillero y se quedó en gran poeta) que se lamentaba en él: "A todos nos han cantado en una noche de juerga coplas que nos han helado el corazón". Aconteció según recordaba Jorge a su hermana, Evangelina Sobredo Galanes, más conocida por su nombre artístico, Cecilia. Sus ojos se iluminaron con la delicada luz de la melancolía, mientras me refería una bella historia humana con final triste que abrochó de forma desgarrada con esta frase: "Eva, lo que realmente hacía bien, era componer y… querer". Y se calló como una tumba. Y lo dejamos todo sobre el mostrador. Y nos fuimos entre coplas y penas a ningún lugar, desamparados y con el corazón helado.


     Evangelina Sobredo Galanes "Cecilia"


     Hace un tiempo hice un escritito sobre la Misa de Ánimas de Carnaval que retransmitió La 2 desde Cadalso. En él hablaba de ella y de su canción: "Un Ramito de Violetas". Me la recordó la mirada de una componente de la Coral Cristo del Humilladero. Pensé que, como el de Cecilia, su mirar era de una dulzura perturbadora. Un amigo que lo leyó esa misma tarde en el blog “cadalsovive”, me mandó fechas después este mensaje: "Te voy a contar un bonito detalle de la Subasta de Ánimas de nuestro pueblo. Verás, cada año una persona anónima busca un ramo de violetas salvajes por el campo cadalseño, aproximadamente del tamaño de un puño… O sea, 15 o 20 violetas azules, son muy difíciles de conseguir. Imagínate… Y cada año se lo queda un amigo mío, que es como mi hermano.”
“Esta historia, que es como un cuento de niños ingenuos y felices (que no saben que lo son), la conoce el Rifador del Cajón de las Ánimas. Él nos busca el Domingo Gordo de las Carnestolendas Cadalseñas por los bares para que subamos el precio y de esta forma el ramito se quede en poder de mi hermano. Ahora tú también conoces este humilde secreto. Y tienes el testimonio para que le des forma de escritito anónimo. Y es que son tres personajes anónimos -dos de ellos no se conocen entre sí- que juegan de forma cómplice y soñadora desde hace más de veinte años con otro ramito de violetas (como el de Cecilia). Uno juega a buscarlo amorosamente por el campo de Cadalso, el otro a ofrecerlo emocionado en puja cómplice y el último, a diferencia de lo que sucede en la canción, se lo entrega a su mujer que lo espera ilusionada con las manos llenas de ternura para cuidarlo entre caricias hasta el año siguiente… Únicamente relátalo, Miguel, no des nombres para que no se rompa el encanto del secreto. Déjalos que, sin conocerse el buscador y el receptor, sigan como niños jugando felices durante muchos años más con la silenciosa complicidad del subastador. Así son las gentes de nuestro pueblo, Cadalso…"


 Subastador de Carnaval de Ánimas de Cadalso


     Estoy convencido del hecho de que si este mundo, a la vez ingrato y maravilloso, funciona, es gracias a historias conmovedoras como la referida por mi amigo que me llevaré conmigo para siempre. Ya ves que sólo me limité a copiar lo que tú me escribiste. Si lo hubiera tocado habría roto el encanto…
Miguel MORENO GONZÁLEZ
(Cecilia admiraba al dúo Simón y Garfunkel. De una de sus canciones tomó su nombre artístico: “Cecilia”. Murió en un accidente de tráfico al alba del 2 de agosto de 1976, cerca de Zamora, con 27 años de edad; también falleció su batería, “Cegasa”, de 29. Venían de dar un concierto en Vigo. Está enterrada en el cementerio madrileño de La Almudena. Me dijo su hermano que lo que mejor hacía era componer: “Buscaré tu cuerpo, en otro cuerpo extraño, encontraré otras manos que me acaricien sin engaños. En otros labios nuevos, yo sabré encontrar ternura, palabras que me ayuden a olvidar mis viejas dudas”. Su canción de mayor éxito fue “Un ramito de Violetas”. Preciosa balada con la que nos espera con la puerta abierta y un ramito pendiendo de la aldaba. Composición de belleza desolada, tiene un inesperado desenlace y un final agridulce. La podéis escuchar cuando vuestro estado anímico sea el adecuado…



Miguel Moreno González



15 comentarios:

Anónimo dijo...

Precioso como me gustan

Aurora Ferrera Ruiz

Anónimo dijo...

Gracias Miguel y Pedro: En mi sincera opinión le dais un gran nivel "al Zorro". Así se le ve tan feliz al pobrecito.
Luisa

Anónimo dijo...

Muy bonito detalle sí señor

Marisol Blanco Gomez

Anónimo dijo...

Cuanto le gustaban a mi hermana Maru,

Maria Rosario Caballero Lopez

Anónimo dijo...

Muy interesante el relato de las violentas me encanta y Cecilia me emocionando

Aurora Ferrera Ruiz

Anónimo dijo...

Bonito relato y con Jorge Sobredo

Ana Díaz Gónzalez

Anónimo dijo...

Muy bonito y muy interesante

Lucia Lop

Anónimo dijo...

Gran texto, haciendo coincidir tus vivencias de tres historias diferentes que a la vez tienen su particular coincidencia o tú la has sabido sacar. Además de mantener ese anonimato de las personas, para que esta historia no pierda su encanto y nos resulte más entrañable.
Luis M. González

Anónimo dijo...

Precioso escrito lleno de sensibilidad y ternura. Felicidades maestro, como siempre es un placer leerte.

Anónimo dijo...

Un escrito tan bello como las canciones de Cecilia.
Un abrazo, Maestro.
Luis C. Trijueque

Anónimo dijo...

Un gran escritito Miguel.
Haces sentirme solidario con las historias que cuentas.
Jero

Anónimo dijo...

👏👏👏👏...Precioso amigo, me ha puesto los pelos de punta... joerrrrrr.... una maravilla como siempre artista. Cecilia, era una grandísima cantante, fue una pena que muriese tan joven. Que Dios la tenga en su Gloria.
José A. Álvarez G. de Guzmán

Anónimo dijo...

Jorge Sobredo y yo fuimos buenos amigos. Conocí a Cecilia cuando aún era Evangelina y su padre embajador en Argel.
Diego S. Bustamante

Anónimo dijo...

Precioso escritito. Los protagonistas siguen la tradición y que sea por muchos años y tu la cuentes y yo la lea. A. Acuña

Anónimo dijo...

Muy bueno 👏👏
Santiago Moreno

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