PRÓLOGO Y… III por Tony Montón y José Antonio Álvarez.

 PRÓLOGO Y… III

            Adjunto el tercer prólogo duplicado –y último de momento-, creados por mis vecinos de infancia y adolescencia: Tony Montón Alcázar que habitaba junto a sus padres y sus dos hermanos en “La Granja” colindante con “Las Casetas” y José Antonio Álvarez Gallego de Guzmán en el edificio superior de las mencionadas “Casetas”. Con ellos, junto a ellos, alrededor de ellos, transcurrió parte de la inolvidable patria de mi infancia, ¡qué se dice pronto! Ambos prólogos inician mi Tercer Tomo que bauticé Una vida de Repuesto (El Zumo de la Vida III). Contiene, hasta el momento, 130 escrititos ordenados en 224 páginas.

Miguel Moreno González

PRÓLOGO

Sancho, el fiel Sancho. 

Aquel día, hace unas fechas, paseaba junto a Miguel saliendo de la Venta de El Toboso.

La comida que nos acabábamos de agenciar en los estómagos aun pesaba como una losa, y es que un buen churrasco con verduras se había empeñado en agotarse de la fuente de barro. No hacía más de una hora cuando nos adelantó un buen hombre, regordete, con cara afable y una especie de gorro de pana a la cabeza; se bajó del asno y nos pidió permiso para acompañarnos. 

- He quedado con mi señor Alonso y se me va haciendo extenso e interminable el camino, me duele el trasero de esta maldita albarda y las cejas de intentar ocultar el sol a mis ojos, no hago más que hablar con mi Rucio y el muy cabezota sólo me responde con cabezazos, que ya no sé si es por mi monótona conversación o porque las moscas le martirizan.  

- Vuestro señor decís… Alonso… ¿No será Alonso de Quijano… El Bueno? 

- El mismo. 

- Ganas tengo yo al menos de conocerlo, que mucho he oído de sus andanzas y ganas me han dado siempre de estrechar su mano y sus brazos. Que me han dicho en la venta que anda peleando contra los males de este mundo malvado y yo que he sido siempre un peleón, más me gustaría conocer a alguien que lo sea más que yo.  

- Pues en La Mota del Cuervo hemos quedado, si me permitís que os acompañe es posible que lo encontremos si no se ha liado con caballeros nada justos y enemigos de la vida. Pero… ¿y qué sabéis vos de mi señor? 

- Todo… o casi todo, que ando buscando noticias y le sigo por cada lugar que pasa y la verdad es que muchos saben mucho y muchos se inventan mucho. El otro día sin ir más lejos de Criptana o por ahí, me comentaron que la emprendió a lanzazos con unos gigantes de los que sólo hebras quedaron. 

- ¿Hebras decís?. A él si que no le… NO, no puedo hablar de eso que bien le prometí que sería un asunto propio de los dos. Tengo que andar con mucho cuidado, un escudero ha de ser, lo primero fiel, lo segundo fiel y lo tercero… fiel. Porque habéis de saber que ya quedan pocos de esos, éramos dos y el otro… ¡Vaya usted a saber qué fue de él!.  

- Pero Sancho, ¿por qué os llamáis Sancho? -puso el buen Sancho cara de sorpresa- Si, no os sorprendáis que me se casi todo de vuestras vidas y algún día, aunque sea lejano, me dedicaré a colocar vuestros pasos cercanos a los míos que es tanto lo que me intrigan que… 

- A ver señor… ¿cómo decís que os llaman? 

- Miguel. 

- A ver señor Miguel, que nuestras vidas son todo menos interesantes, que no hacemos más que el loco por tierras llanas, bueno, el loco, lo que se dice loco… ¡Que no, que no debo!. Que él es mi señor y tengo que cuidarle, que un escudero… eso ya lo he dicho.  

- Sancho. Contadme cosas de él. Contadme de sus sueños, de sus penas, de sus pasos y tristezas… Contadme su vida su pesar y su alegría. 

Siguieron hablando Miguel y Sancho, bueno… más Sancho que Miguel y a éste último de vez en cuando una lágrima le asaltaba sus mejillas. 

-    Este polvo manchego me nubla la vista y me hace llorar. 

                                       A Miguel Moreno, de Tony Montón

 Querido Miguel :

Un hombre escribe una canción un día… Pasa el tiempo y,  tal vez ( dicen que si hay suerte ) la gente la canta… Sigue pasando el tiempo y la canción se oxida. Entonces hay que limpiarla.

Hoy entonando mi guitarra, he aprendido como se puede limpiar una canción. Con mucho amor, frotando el corazón contra la guitarra, por ejemplo… Tal vez hay otra forma de hacerlo. Cualquier día, otra persona, con el corazón a flor de piel, me lo mostrará.

Mientras tocaba mi guitarra, me han venido a la cabeza muchas cosas, que tal vez para el que lea estas líneas le sean extrañas o incluso absurdas, pero que tanto y tanto nos acercan a ti y a mí, que es de lo que ahora se trata.

He recordado aquellas tardes en las “Erillas”, las noches jugando en la puerta de las “Casetas”… A tu padre…”Miguel Taranga”  (y a mucha honra) quitándonos el balón.

…Y he dejado correr el pensamiento, porque era todo muy bonito, desde aquel “chaval” que conocí en el Instituto de San Martín al Dº Miguel que saludé el día del Cristo de 2005 en la Corredera con esa planta de fino que lucía. 

Gracias por tu confianza de siempre y por quererme como yo te quiero a ti.

Hasta siempre maestro.

                                                               José Antonio Álvarez ( Peke )