En Memoria de Jesús

 En memoria de Jesús Moreno Álvarez

El pasado 14 de mayo fallecía un buen cadalseño, Jesús, al que se le conocía con el apodo de El Botero. Hoy quiero dedicarle unas palabras para que él y todos los que le apreciábamos y queríamos tengamos siempre un recuerdo de su pasado por Cadalso y por nuestras vidas. Jesús era un hombre duro, curtido en los años de postguerra y en el campo cadalseño, siempre activo y muy culto, pero lo que más me llamaba la atención de él era su carácter bondadoso y la tranquilidad que transmitía. En su casa de San Edmundo dejó pasar sus últimos años junto a su esposa Maruja, años difíciles por sus problemas de salud, pero que supo llevar con resignación y muchas veces en silencio dolorido, era y lo pude comprobar, un valiente.

 Hace una década le visité durante un par de tardes para escribir su historia en mis Soplones, en aquellas horas junto a Jesús sentí la cercanía y una brisa dulce que emanaba de sus ojos y su voz, reconozco que fueron unos momentos inolvidables, que además sirvieron para sentirme mucho más cerca de él, no sólo allí, también siempre a partir de entonces. Me contó muchas anécdotas de su vida, de Cadalso, y de su familia y amigos, anécdotas que algún día, junto a las de otros muchos cadalseños, se convertirán en un libro al que titularé SOPLONES. Hoy para recordarle he elegido un par de ellas que a continuación adjunto.

Nuestra época de escuela fue muy alterada porque como era guerra y postguerra cambiaban mucho de maestro y unos días teníamos escuela y otros no, utilizaban las escuelas como cuartel de los nacionales, aquí venían a descansar, esto era retaguardia. Durante el tiempo sin escuela nos dedicábamos a buscar balas por el campo y las echábamos en una lumbre hasta que explotaban, no nos mató a alguno de casualidad.

De pequeño jugábamos siempre en la Sangre, al mocho, al calvo y por la noche al escondite, en invierno siempre íbamos a alguna casa a contar historias. Los muchachos jugábamos solos y las muchachas jugaban por otro lado, pasaba lo mismo en la escuela, las muchachas por un lado y nosotros por otro. Una vez en Carnaval, en invierno, me caí al pilón de la Plaza, era redondo de piedra con cuatro caños y servía como abrevadero para las caballerías y para recoger agua de los caños, allí siempre había buen ambiente, los hombres dando de beber a las caballerías y las mujeres y los niños llenando los cántaros y los botijos, esa vez casi me congelo.

Querido Jesús, sólo quiero decirte que tu paso por Cadalso siempre será recordado, que participaste en la vida y las costumbres de tu pueblo, y que has dejado huella en muchos de nosotros, en el campo, en la iglesia, y en cada calle de nuestro pueblo que también siempre será el tuyo. 

Un abrazo muy fuerte y descansa en paz.

  15.06.1928

+14.05.2021

Pedro Alfonso Zorro Corredero

Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso