EL CIRINEO
Confuso mira Simón Cirineo
el tumulto originado en su puerta
el tumulto originado en su puerta
hasta hace breves minutos desierta,
y ahora
inundada de un clamoreo.
Arrodillado en el suelo ve al reo,
con la cara tumefacta y cubierta
de sangre y, ya apelmazada y abierta
de heridas, del inhumano paseo.
A indicación del centurión romano
al reo brinda apoyo con su mano,
al reo brinda apoyo con su mano,
e iza en alto
la cruz sobre el caído.
Y durante un trecho sigue la estela
de aquella embarcación que surca y riela
el mar de un nuevo mundo que ha nacido.
Saturnino Caraballo
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