Es que al parecer el camino real de Ávila a Toledo por entonces pasaba por Cadalso., aunque ya don Álvaro de Luna el siglo anterior había hecho de las suyas desviándolo de los sitios por donde tradicionalmente pasaba para conectar directamente Escalona con San Martín.
Así es Juan, el camino Real pasaba por Cadalso y sigue pasando, de ahí la calle que atraviesa el pueblo de norte a sur llamada desde siempre calle Real. Hoy, más o menos, el Camino de Santiago del Sureste de Alicante y Santiago, sigue el mismo itinerario entre Escalona y Cadalso.
14 comentarios:
Buenos días
Rosa Merchan
Buenos días
Pilar Lopez Navarro
Buenos días feliz lunes
Esperanza De La Cruz García
Buenos días Pedro Alfonso
Juani Robles Morillas
Buenos Dias
Antonia Frontelo Morales
Es que al parecer el camino real de Ávila a Toledo por entonces pasaba por Cadalso., aunque ya don Álvaro de Luna el siglo anterior había hecho de las suyas desviándolo de los sitios por donde tradicionalmente pasaba para conectar directamente Escalona con San Martín.
Juan de los Bosques
Así es Juan, el camino Real pasaba por Cadalso y sigue pasando, de ahí la calle que atraviesa el pueblo de norte a sur llamada desde siempre calle Real. Hoy, más o menos, el Camino de Santiago del Sureste de Alicante y Santiago, sigue el mismo itinerario entre Escalona y Cadalso.
Buenos días Pedro
Esther Martin Fernandez
Buenos dias
Maria Rosario Caballero Lopez
Buena foto de la casa de Santa Teresa.
Mariano
Bonito dato Pedrito
Maria Antonia Hernández
La aguja del contador
por combustible decanta,
y le pide al conductor
que pare en el surtidor
del gasoil en Villamanta.
TERESA DE ÁVILA A SU PASO POR CENICIENTOS
La carmelita a su paso
camino de sus conventos,
se detuvo en Cenicientos
una tarde en el ocaso.
Obteniendo aquí posada
en la humilde hospedería,
aguardó hasta el nuevo día
para proseguir jornada.
Después de acabar su aseo
y del hábito mudarse,
quiso aún embelesarse
por el pueblo en un paseo.
Y eligió por compañera
porque la vio muy abierta,
muy vivaz y muy despierta
a la locuaz posadera.
La madre siempre curiosa,
se paraba ante las puertas
de lugareños abiertas
de suyo tan cariñosa.
Por cuantas calles pasaba
un remolino de gente
se hacía ante ella presente
y a todos los saludaba.
Su fama la precedía
por los años cimentada,
y de vuelta a la posada
Cenicientos la seguía.
Y retirada al descanso
la infatigable viajera,
la servicial posadera
la condujo a su remanso.
Tiempos son calamitosos;
los que nos toca vivir,
tan borrosos y horrorosos
purgatorios ominosos
antesalas del morir.
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