Casillas, pueblo de Ávila donde la belleza se respira y se cata
La grandeza de Casillas está en sus bosques de castaños y en sus gentes, de siempre hemos sabido y conocido gentes casillanas de limpios corazones, amables en el trato y sencillos en sus actos. Los casillanos han sido grandes resineros y abnegados trabajadores, más conociendo su tierra de fuertes desniveles y dura de labrar, motivo que nunca echo atrás a sus habitantes y sólo con el trabajo de sus manos, sus caballerías y bueyes, fueron capaces de crear lo que hoy es su mejor patrimonio, los bosques de pinos, robles y castaños, sin olvidar esos huertos que aprovechando las aguas de gargantas y regatos han dado siempre sus buenas legumbres, hortalizas y frutas.
No hace falta que yo ensalce aquí el paisaje de Casillas y lo grande de
sus gentes, sólo es necesario darse un paseo por su entorno, para
dejarse impresionar con la belleza de lo que ante nuestro ojos ira
apareciendo, desde centenarios castaños, gargantas alegres de abundantes
aguas, hasta cimas nevadas que alargan nuestra vista hasta las más
altas cumbres de Gredos y del Guadarrama, y todo ello rodeados de
frondosos bosques y especies animales que campan a sus anchas por el
Valle de Iruelas, destacando entre ellos la silueta de buitres negros y
leonados.
Y si con todo esto no nos hemos sorprendido, también hay más, pero lo
mejor es acercarse y sentir por uno mismo los encantos de este pueblo
escondido a más de mil metros de altitud y perteneciente al Macizo
Oriental de la Sierra de Gredos. Podría estar más tiempo deleitándome
con las lindezas de Casillas, pueblo al que tengo un gran amor y
respeto, pero hoy quiero hablaros de ese otro manjar que cada año
Casillas recibe de sus bosques, la castaña.
Desde
siempre Casillas ha sido un pueblo de castaños, hace muchos cientos de
años que los casillanos se han dedicado en cuerpo y alma al cuidado de
sus castaños, nada es gratis, todo lleva su trabajo y preparación, y
aunque la naturaleza ha sido agradecida con este pueblo, ellos también
han sido parte muy importante de lo que hoy podemos ver y admirar.
En
cada estación hay unas labores que realizar en los castaños, nunca
están abandonados, siempre hay algo que hacer, desde sanear los árboles,
recoger y amontonar los erizos, quemarlos, reparar paredes y cercados,
limpiar el entorno y por último esperar que el año sea bueno, las
castañas vengan sanas y gordas, cosa que no ocurre todos los años, para
por fin recolectarlas y llevarlas a la cooperativa de castañas.
Una
vez en la cooperativa, serán distribuidas por categoría, desechando las
no aptas, y tras un verificado control se almacenarán en sacos para su
posterior envío y venta. Todo esto supone un trabajo que los casillanos y
casillanas realizan por turnos en la cooperativa y sin recibir nada a
cambio de su trabajo, todos colaboran para que las castañas tengan un
comprador final y así poder cobrar con arreglo al volumen de kilos
recolectados por cada cooperativista.
Si
lo deseas puedes visitar la Cooperativa de castañas, eso sí, tendrás
que visitar Casillas en época de recolección y no entretener mucho,
porque en el trabajo el tiempo apremia.
Y
para terminar, recuerda y piensa que las castañas son de los
casillanos, que estén donde estén les pertenecen y que si te dedicas a
recolectar este fruto sin "tener castaños" estás robando y también
perjudicando a las personas que necesitan esta aportación anual para su
subsistencia.
Si
quieres disfrutar, pasea, fotografía lo que ves, habla con las gentes
que encuentres en tu caminar, respira profundo, y al final visita alguno
de los muchos bares y restaurantes que hay en Casillas para celebrar
tu feliz día consumiendo, porque con ello harás un bien, todos te lo
agradecerán y de alguna manera estarás devolviendo parte de lo que este
entorno te ha regalado.
Y si lo que quieres son castañas, pues nada más facil, en muchas
puertas y tiendas verás cestas con ellas, eso quiere decir que las
venden, llama y solicita las que desees, te lo agradecerán y seguro que
te regalan algunos gramos de más en tu compra. Estos casillanos son
maravillosos.
Y al atardecer cuando regresaba para Cadalso, la tarde me regalo una bella puesta de sol, la de cada día en nuestro vecino Valle del Tiétar, la de siempre.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
17 comentarios:
CASILLAS
Original balcón en la montaña
la sombrean copudos castañares,
y adornan sus laderas los pinares
y la luna noctívaga la baña.
Entrañable pueblito que se entraña
haciendo sus rincones singulares,
y el astro sol con sus rayos solares
a erizo eriza, y surge la castaña.
Sus calles son estrechas, silenciosas,
sus gentes son serenas y apacibles
en verano en las puertas se hallan sillas;
que conversan entre ellas animosas
y las brisas cabalgan ostensibles
en corceles alados en Casillas.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LAS DOS GITANILLAS EN LA
PLAZUELA DE CENICIENTOS
Llegaron dos gitanillas
diciendo ser lañadoras,
caritas sucias reidoras
de la sierra de Casillas.
"¡Sacad, coruchas, pucheros
y cacharros de metales,
que con manos celestiales
soldamos vuestros calderos!".
Gráciles cual las gacelas
su habilidad pregonaban,
zapateando cantaban
tocando las castañuelas.
Rebosaba la Plazuela
absorta en expectación,
dio la fuente el diapasón
y abrió de agua su cancela.
Las bandadas de gorriones,
posadas en los alambres,
y de flores sus estambres
aplaudían sus canciones.
Primacía de muchachos
puestos en primera fila,
con curiosidad que enfila
la pana de los bombachos.
Dieron la buenaventura,
riquezas pronosticaron,
y alegría nos dejaron
y deseos de aventura.
Y yo guardo en mis retinas
de aquellas dos gitanillas,
el cobre de sus mejillas
del viento de las colinas.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LA CALBOTÁ
(Antigua tradición ya perdida,
desgraciadamente, del pueblo corucho)
La sartén con agujeros
lista para la ocasión,
entreactos lisonjeros
de coruchos castañeros
teniendo a mano al porrón,
Con ascuas rojas la lumbre
y contención en la espera
y no sentir pesadumbre
y si tercia hasta una azumbre
de la cepa coruchera.
Pues aunque fuera incorrecta
la educación imperante
de política correcta,
entonces era perfecta
en mesa el vaso delante.
Con vino nos destetaban
a los infantes coruchos,
y alcohólicos se daban
no más que se encontraban
en fondas y en cafetuchos.
Oíamos los chasquidos
de castañas al asarse
y eran música y latidos
despertando los sentidos
de castañas al tostarse.
Y el tenue golpe a la tapa
y ver la mano que mece
y el primor cuando destapa
y el placer que al niño atrapa
y papilas humedece.
Y el humeo que desprenden
las doraditas castañas
sensaciones que se prenden
y es algo que bien comprenden
las brisas de las montañas.
Y en la noche de difuntos
plagada de sentimientos
la Calbotá y sus conjuntos
aunaban a todos juntos
familias en Cenicientos
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LOS CENCERRONES DE LA PARRILA
Después de la vendimia terminada
solíamos echar una jornada.
En las viñas, buscando el cencerrón,
y de la mula llenando el serón,
Eran días hermosos y otoñales
con las hojas muriendo en los parrales.
Negreando lo que quedó en la vid
de estos campos gloriosos de Madrid.
Así era la vendimia del sin tierra,
del que lucha en la vida y no se aterra.
Y aparta los abrojos del camino
variando los designios del destino.
Volvíamos a casa con la carga
armados con la lanza y con la adarga.
Del esplendor fulgente del racimo
que nos daba calor junto al arrimo.
Del leño incandescente de la lumbre,
y el porrón heredad de la costumbre.
Convertido en el mosto que hace al vino
fortalecer el ánimo cansino.
Según la sabia opinión de los viejos,
duchos en vinos jóvenes y añejos.
Legatarios de una secular ciencia,
la voz universal de la experiencia.
Y pisábamos la uva en una artesa
anclada y sustentada por la mesa.
Tosca bodega en el angosto hogar,
decimonónico ancestral lagar.
Luego aquel caldo iba a la tinajilla
calzada con las patas de una silla.
Permitiendo al tiempo hacer su labor,
dándole al mosto solera y sabor.
La abríamos la noche de difuntos
al amor del fuego asando castañas,
los cuatro en mi casa todos juntos
con mi padre contándonos hazañas.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
Precioso reportaje Pedro.
Mariano
Tus magníficas fotos resumen a la perfección los paisajes y las expresiones de Casillas y sus gentes. No olvidemos que es Castilla.
Gracias.
Miguel Moreno González
¡"Pedro Alfonso halló en Casillas
al Edén de la castaña,
siendo alfombras y alfombrillas
flor del castaño amarillas
oasis de su montaña!".
Muchas gracias por los mensajes y por esos bellos poemas de Saturnino que con gran entrega y conocimiento adornan este post.
Un abrazo
Qué castañas tan ricas hay en Casillas, las hemos comprado muchas veces. 🌰
Maria Eugenia Blázquez Bascuas
GRACIAS A TODOS LOS DEL GRUPO Y MAS QUE NO SOY DEL PUEBLO SOY DEL CAMPING PERO DESDE EL. PRIMER DIA MA ATRAJO TODO LA GENTE COMO TE A TIENDEN LA OPORTUNIDAD DE ACTUAR PARA LOS ABULITOS EN LAS MISAS ROCIERAS EN.LA GALA DE CÁNCER Y MUCHAS COSAS MAS Y SEGUIMOS HACIÉNDOLO Y NUESTRA ZUMBA GRACIAS POR A COJONES A SI
Aurora Frrera
Muy bien narrado eres un poeta Pedro
Juani Lopez Conde
💯👏👏👏
Margarita Medrano
Que buen reportaje!. Siempre al día, y también en los recuerdos. Saludos!. Marga.. De Pablito.
muy ricas muchas gracias Pedro por informar Buenas tardes 👏👏👏
Aurora Ferrera Ruiz
Yo sabía que en Casillas hay muchos castaños pero no sabía que tuviesen cooperativa
Carmen Frontelo Morales
Ya hace algunos algunos que funciona la cooperativa de castañas.
Pedro Alfonso los refranes trabajan no te acostaras si saber una cosa mas....
Carmen Frontelo Morales
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