Mulhacén Sierra Nevada.

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Mulhacén, techo de la Península Ibérica

Museo de Montaña Zorro Corredero

Museo de Montaña Zorro Corredero
Museo de Montaña Zorro Corredero

miércoles, 27 de octubre de 2010

Aquellas calles de Cadalso y aquellos momentos.


A nuestros abuelos y abuelas por lo mucho que nos enseñaron y por todo lo que fueron.



Uno de los mejores momentos del día, de cualquier día puede ser el que empleemos en dar un paseo por nuestras calles, calles antiguas y llenas de recuerdos, calles muchas veces silenciosas y vacías, calles que siempre nos traerán viejos y entrañables recuerdos de nuestro pasado, de nuestra gente.




Espacios llenos de luz que dan vida a cada rincón que de niño visitábamos con nuestros padres o abuelos, la Sangre, la Plazolilla, San Antón…….donde un día jugamos con los amigos, pasamos un buen rato, o simplemente nos calentamos junto a aquellas chimeneas donde ardía la leña que nuestro mayores cortaban cada invierno para que el calor no nos abandonara. Entonces apenas había libros, ni música, ni películas pero siempre podíamos ver las estrellas en esos cielos de Cadalso que todo lo inundan.



Compartir las noches con los mayores junto a la chimenea, preparar unos calbotes o unos “míscalos”, eran escenas que te abrían el corazón, y yo como muchos de vosotros tuve la suerte de poder vivir muchas veces estos momentos.



Entonces no existía ese concepto de la prisa ni del aislamiento actual, las puertas siempre estaban abiertas y la llegada de amigos y vecinos era constante, y en cada casa y en cada cocina junto al fuego de la chimenea las conversaciones de la vida surgían cada día, y todos, familia y vecinos participaban en ese murmullo de voces que tanto unía.




Y mientras la abuela atizaba el puchero, el abuelo se liaba un pito de caldo de gallina, y nosotros los que entonces éramos niños soñábamos con esto o aquello, y con la ilusión de conseguir aquel juguete o aquellas botas que habíamos visto en el escaparate de Alfonso el de “Plesimar”. Así cada día y cada noche, la vida, como el tiempo, se nos fue pasando y nos hicimos mayores y aunque parece que con el tiempo ganamos mucho, también es cierto que perdimos bastante, pero…es la vida y no hay marcha atrás.


Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

20 comentarios:

tony monton dijo...

Bello, muy bello Pedro.

Javier González dijo...

Cada día te superas, buenas fotos y casi sin nada de luz

Miguel Moreno González dijo...

Los restos del naufragio de nuestra infancia los posees tú en el corazón. Y las puertas, como las de nuestras casas de entonces, siempre las tienes abiertas.

Pedro Alfonso dijo...

Muchas gracias a todos por todo.

Zorro Corredero

Anónimo dijo...

Pedrito,tú como siempre,haciendonos recordar,el pasado en nuestro querido pueblo,maravillosos ratos,un poco de nostalgia;pero muy emotivos,,,,te lo agradecco,y mucho....un abrazo....JUANY,desde Alicante

Anónimo dijo...

Desde Canarias un abrazo,son mis propios recuerdos y vivencias de aquellos tiempos. Pili Canarias

Anónimo dijo...

Cuanto más ganarían esas calles con luces blancas!! Sólo es cambiar las bombillas

Maria Antonia Hernández

Anónimo dijo...

Cuanta razón la gente nos reunimos el casa de los vecinos

Rosa Merchan

Anónimo dijo...

Buenas tardes Pedro vivir es recordar siempre

Aurora Ferrera Ruiz

Anónimo dijo...

Que buenos recuerdos tienes Pedro

Chelo Villarin Recio

Anónimo dijo...

Es verdad, me gustan más blancas, Dan más 💡 luz

Maria Agustina Arribas Gómez

Anónimo dijo...

Aún así, son preciosas las fotografías
Enhorabuena

Maria Agustina Arribas Gómez

Anónimo dijo...

Llevamos años demandando luces blancas en el pueblo pero cae en saco roto
Que tristeza de pueblo en tinieblas

Merce Montes Garcia

Anónimo dijo...

En San Anton parecen candiles estamos a oscuras

Anónimo dijo...

Bonitas fotos, bonitos recuerdos. En el 73 pasé una semana en la casa de mi tío abuelo Felipe ( y su mujer la tía Ángela). No se me olvidará nunca el cielo estrellado que veía cuando en la parte alta de la calle de San Antón ( donde vivían mis tíos abuelos) yo me alejaba un poco más hacia el campo para disfrutar viendo la Vía Láctea y las estrellas fugaces.

Miguel Revuelta de Guzman

Pedro Alfonso dijo...

Me gusta que a pesar de tantos años transcurridos, medio siglo, te sigas acordando con cariño de aquellos días de San Antón. Un abrazo Miguel.

Anónimo dijo...

Pedro Alfonso mis recuerdos de Cadalso siempre han sido muy agradables. Es muy probable que hayamos jugado en la corredera cuando éramos pequeños: por allí vivía la "tía Pepilla" que era tía de mi madre.

Miguel Revuelta de Guzman

Pedro Alfonso dijo...

Seguramente, pero no es fácil recordar después de tanto años. A ver si vienes un día por Cadalso y nos vemos. Tampoco recuerdo a la tía Pepilla.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Pedro Alfonso da por hecho que el día que vuelva a Cadalso te haré una cordial visita. Antes te lo diré.

Miguel Revuelta de Guzman

Pedro Alfonso dijo...

De acuerdo, espero que sea pronto.

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