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Museo de Montaña Zorro Corredero

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jueves, 30 de diciembre de 2021

NOCHEVIEJA Y AÑO NUEVO: EL MITO DE GALATEA Y PIGMALIÓN EN CADAFALSUM..por Miguel Moreno

 NOCHEVIEJA Y AÑO NUEVO: EL MITO DE GALATEA Y PIGMALIÓN EN CADAFALSUM  

Pigmalión vivía hace siglos en Cadafalsum consagrado al bien de su pueblo, dedicando su tiempo libre a esculpir bellísimas obras de arte. Ninguno de los placeres materiales ni mundanos le atraía. Ni siquiera se había preocupado por tomar esposa para asegurar su descendencia. Todos sabían que trabajaba en su taller del Hornabajo hasta altas horas de la noche y que una tras otra salían de su martillo y de su cincel estatuas y más estatuas, de las cuales quienes las contemplaban afirmaban que sólo les faltaba la vida.  

Cierto día Pigmalión se empeñó en crear una talla femenina de una perfección y belleza rutilante tal como nunca había salido de sus manos. Mientras trabajaba se fue entusiasmando más y más, como si deseara insuflar en ella su propio aliento y corazón. Lentamente las formas más exquisitas y sublimes de una doncella fueron haciendo su aparición. Los labios se entreabrían levemente, esbozando la más seductora y embriagadora de las sonrisas, los ojos centelleaban de emoción, los cabellos ondulaban seductores y los dedos, delicadamente torneados, eran aptos para la mejor de las caricias… Cuando terminó su obra maestra, Pigmalión quedó tan cautivado que la vistió con las mejores galas, la cubrió de las más hermosas flores y la adornó con las joyas más preciadas. Y terminó por darle un nombre: Galatea 

Pigmalión y Galatea

No satisfecho todavía, fue dando nuevos y primorosos toques a su estatua que aumentaron más y más su hermosura. Finalmente Pigmalión quedó perplejo y se dio cuenta asombrado de que se había enamorado perdidamente de su obra. Aquel verano y con ocasión de las fiestas septembrinas que dedican en Cadafalsum a Cristozeus, los lugareños oyeron atónitos una extraña súplica de su querido, generoso, honrado, y juicioso paisano: -“¡Oh bondadoso Cristozeus que otorgas vida y amor a todos los que confían en ti, concédeme la gracia sublime de derramar tus dones sobre Galatea para que pueda adorarla como un ser humano más!”  


Colmado de fe, esperó que su ruego fuera atendido deseoso de asistir cuanto antes al prodigio. Así aconteció pasados unos meses. La tarde del último día del año, un delicado rubor tiñó las mejillas de Galatea, sus ojos deslumbrantes abrigaron un conmovedor parpadeo y su túnica inició un casi imperceptible y suave aleteo. Lentamente, la estatua comenzó a respirar. La doncella se volvió serena hacia su creador con la más dulce de las sonrisas y le tendió cariñosamente la mano para que la ayudara a bajar del pedestal. Pigmalión la acogió con inmensa ternura y le preguntó si deseaba ser la Diosa de Cadafalsum esa Nochevieja, a lo que Galatea respondió: -“Con ser tu esposa me conformo”. El día venidero coincidió con un Año Nuevo luminoso y fue la ocasión para que los enamorados marcharan abrazados a cumplimentar su amor. 

La boda entre ambos fue fastuosa y como invitado de honor asistió Cristozeus, que adoptó forma de mortal para participar en la ceremonia y banquete posterior. Los invitados no acertaron a discernir cuáles de los encantos allí presentes eran superiores, si el de los novios o el de Cristozeus henchido, como ellos, de dicha. Lo cierto es que aquel comienzo de año los cadafalsumes recibieron gran felicidad con el matrimonio de sus idolatrados vecinos. A día de hoy viven felices y dichosos rodeados de la gente que les quieren. Su unión fue agraciada con la descendencia de varios hijos buenos, discretos, educados y nobles que admiran a sus padres y sonríen con timidez. 

El mito de Pigmalión y Galatea representa la perfecta simbiosis y grata convivencia en Cadafalsum. Es la unión de su alma y de su cuerpo propiciada por Cristozeus, al que ellos veneran. Y es que cuando el alma guía al cuerpo, provoca pasiones asombrosas y extrae del ser humano lo mejor para compartirlo con los demás. Sucede como con el diamante, inicialmente se encuentra tosco y sin brillo, pero después el amor del artista lo pule de tal forma que en él se refleja la incomparable luz septembrina del cielo de Cadafalsum. Ese azul celeste colma de prosperidad y protege a este mágico lugar al iniciarse el Nuevo Año.

 

                                          Adaptado por: Miguel MORENO GONZÁLEZ

                                                 Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso


8 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha encantado....la pena es que... Pigmalion y Galatea se fueron a vivir a Francia y concretamente al Museo del Louvre.... jeje. Sois unos artistas....y Miguel... pufffff..es la leche.... Enhorabuena.

José Antonio Álvarez Gallego de Guzmán

Anónimo dijo...

Qué bonito❤️

Milagros Álvarez Vázquez

Anónimo dijo...

Interesante y bonita adaptación de la mitología a la cotidianeidad de Cadalso y sus gentes. Ojalá que en 2022 sigáis disfrutando de tan bellos sentimientos.
Un abrazo, Maestro.
Luis C. Trijueque

Anónimo dijo...

Me ha dejado estupefacto,Miguelón tu mito Cadalseño de Galatea y Pigmalión. Te superas de continuo... Premio gordo!!!!!
Diego S. Bustamante

Anónimo dijo...

Bonita historia y adaptación a nuestros sentimientos Cadalseños, ojalá que ese amor siempre esté presente en nuestra vida, al igual que el artista hacía su escultura para que dejándonos pulir "por los consejos de otros" lleguemos a tomar mejor vida, amándonos y protegiéndonos en nuestro Cristo y las gentes de nuestro querido pueblo. Una vez más ¡¡GRACIAS Y ENHORABUENA!! por tus relatos y escritos.
Luis M. González

Anónimo dijo...

Me ha parecido magnífico. Enhorabuena otra vez.
Pepe Vázquez

Miguel Moreno González dijo...

Muchas gracias a Pedro por la hermosa composición fotográfica del escritito e igualmente agradecido a los bonitos comentarios con los que llenais de cariño esta entrada. Espero que el Porvenir nos obsequie con la felicidad de un buen año.

Anónimo dijo...

He disfrutado tu cuento mitológico.. De todas, la vieja griega es mi religión favorita..
Rafael C.

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