Mulhacén Sierra Nevada.

Mulhacén Sierra Nevada.
Mulhacén, techo de la Península Ibérica

Museo de Montaña Zorro Corredero

Museo de Montaña Zorro Corredero
Museo de Montaña Zorro Corredero

jueves, 22 de abril de 2021

Iglesia de San Esteban de la Encina. Buenos Días Cenicientos.

 Iglesia de San Esteban de la Encina


Cuando atisbas Cenicientos lo primero que se ve es la torre de su iglesia, dedicada a su patrón San Esteban de la Encina, después el pueblo, limpio, amable y trabajador, siempre atento y unido. Seguro que a ti, como a mi, también te gusta este pueblo de enormes raíces, grandes personas y siempre a la vera de su Peña Buvera. Buenos Días CENICIENTOS. 

Zorro Corredero
Fotos; Archivo Fotográfico Pedro Alfonso


9 comentarios:

Anónimo dijo...

Bonita foto amigo Pedro. Te deseo un feliz jueves.

Vidal Fermosell Jimenez

Anónimo dijo...

Buenos días Pedro y cadalseñ@s

Chelo Villarin Recio

Anónimo dijo...

Buenos dias a todos los coruchos

Mariano

Anónimo dijo...

Precioso

Conchi Roldán Martínez

Anónimo dijo...

Muy bonito Pedro

Juani Lopez Conde

Anónimo dijo...

Que bonita foto de la iglesia de mi pueblo

Pilar Diaz Recamal

Saturnino Caraballo Díaz dijo...

CENICIENTOS EN EL CORAZÓN

Es mañana grisácea en el pueblo,
de una lluvia que cae mansamente,
y un tañer de la campana doliente
sume a la calle en silencio y despueblo.

Es preciso y urge hacer un repueblo
que atraiga en cascadas a nueva gente
y vea un alba de nuevo creciente
al igual que yo lo canto y amueblo.

¿Qué versificaré por alabarte
y en versos épicos alto ascenderte
y sobre el mapa de España situarte,

e imperecedero así siempre verte,
pueblo corucho, sin cesar de amarte
hasta cubrirme el velo de la muerte?

Anónimo dijo...

preciosa fotografía Pedro ❤️ Buenas noches ❤️

Aurora Ferrera Ruiz

Saturnino Caraballo Díaz dijo...

Si de nuevo nos confinan
y tiempo tardo en volver,
mis deseos no declinan
y me impulsan, y conminan
Parnaso, en volverte a ver.


Es mi finca del Parnaso
tan pequeña y recoleta,
que aquí horas muertas me paso
y a mis árboles repaso
pues son sangre del poeta.


ES TU CALLE SIN SALIDA

Es tu calle sin salida
donde me suelo perder,
y después no sé volver
al llegar la despedida.
A tu cintura ceñida
con ambas manos la tengo,
y presiento que sostengo
de tu respirar el hálito,
que se ha convertido en hábito
con el que yo me mantengo.

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