LA GUARDA DE LA PLAZA DE TOROS POR NUESTROS ABUELOS
Era tanta la afición que al corucho sustentaba, que a su plaza la guardaba de noche en magna ocasión.
Cuando agosto era llegado, el quince era tradición, sin manda ni obligación, velarla sobre el tablado.
La madrugada pasaban ya despiertos, ya dormidos, oyéndola los latidos que a su plaza acompasaban.
Sobre la dura madera que formaban los tendidos, allí a los mozos fundidos contempló la Corredera.
Como si temieran verla volando volatizarse, y al mismo tiempo esfumarse, se animan en sostenerla.
Día de su fiesta grande en la procesión se integran, y con su entrada se alegran y se enarbola y se blande.
Y calentado ambiente arde y comentarios abundan, y en Cenicientos secundan en ver al toro a la tarde.
COLARSE EN LOS TOROS DE LA CORREDERA
Gran afición por los toros, y admiración por toreros, abridnos los coladeros a coruchillos sin lloros. Y sin cobres, platas ni oros para pagar una entrada, en la tarde afarolada de la plaza de madera crisol de la Corredera, siempre una mano prestada.
6 comentarios:
Genial el montaje!!!!
Verónica Muñoz
Gracias
LA GUARDA DE LA PLAZA DE TOROS POR NUESTROS ABUELOS
Era tanta la afición
que al corucho sustentaba,
que a su plaza la guardaba
de noche en magna ocasión.
Cuando agosto era llegado,
el quince era tradición,
sin manda ni obligación,
velarla sobre el tablado.
La madrugada pasaban
ya despiertos, ya dormidos,
oyéndola los latidos
que a su plaza acompasaban.
Sobre la dura madera
que formaban los tendidos,
allí a los mozos fundidos
contempló la Corredera.
Como si temieran verla
volando volatizarse,
y al mismo tiempo esfumarse,
se animan en sostenerla.
Día de su fiesta grande
en la procesión se integran,
y con su entrada se alegran
y se enarbola y se blande.
Y calentado ambiente arde
y comentarios abundan,
y en Cenicientos secundan
en ver al toro a la tarde.
COLARSE EN LOS TOROS DE LA CORREDERA
Gran afición por los toros,
y admiración por toreros,
abridnos los coladeros
a coruchillos sin lloros.
Y sin cobres, platas ni oros
para pagar una entrada,
en la tarde afarolada
de la plaza de madera
crisol de la Corredera,
siempre una mano prestada.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
Que lo disfruteis mucho pueda que valla al misa del cristo
Ana Diaz
Si vienes a la misa, nos veremos.
Muchas gracias.
Al toque de la diana
en Cadalso, por su banda
y su música se expanda,
verdece Peña Muñana.
TOROS Y TOREROS
-Juan a ti solo te falta morir en la plaza.
-Todo se andará, don Ramón, todo se andará.
(Diálogo entre el genial Valle-Inclán y el genial Belmonte.)
Iberia es tierra de toros
desde los tiempos remotos,
con turbión y terremotos
y la invasión de los moros.
Árabes con sus corceles,
caballos de finas patas,
ya daban sus serenatas
a damas en redondeles.
Los caballeros cristianos
se auxiliaban de peones
y hacían evoluciones
sin las riendas en las manos.
Torero fue el Rey Planeta
y Juan de Villamediana
el de vida cortesana
poeta de vida inquieta.
Los Pontífices de Roma
lanzan rayos y anatemas,
y en el infierno las quemas
a quien a broma los toma.
Y surgieron los Romero
en la vieja y bella Ronda,
del toreo mito y fonda
del muletazo primero.
Pedro Romero en la estima,
en su lidiar tan cimero,
en su tiempo fue el primero
en la escalada a la cima.
Dio lidia a cinco mil toros
sin sufrir nunca un rasguño,
y fue moneda y fue cuño
de los triunfos más sonoros.
Costillares en Sevilla,
verónica y vuelapié,
treta y maravilla fue
que en bronces grabado brilla.
Con Cúchares, y Pepe-Hillo
dando brillantez y lustre,
haciéndola más ilustre,
y lustrándola de brillo.
Chiclana y Francisco Montes:
¡loor para el gran Paquiro!,
su arte permanente admiro
sobre viejos horizontes.
Organizó las cuadrillas,
y con su arte inmarcesible
hizo todo lo posible
por que no fueran gavillas...
Curro Guillén, fue de Utrera,
torero de raíz honda,
muerto en la plaza de Ronda
la de tradición torera.
De Chiclana el chiclanero
el paisano de Paquiro,
que no se daba un respiro
queriendo ser el primero.
Cayetano Sanz, Madrid,
honra y prez de nuestra villa,
muriendo en Villamantilla
ya apartado de la lid.
Con toreros legendarios,
desfilando por la historia:
Abrid paso en mi memoria,
parando los calendarios.
Evocad a Lagartijo
compitiendo con Frascuelo
en el anillo del cielo,
aplaudiéndoles Dios-Hijo.
El Gallo va con Guerrita,
a caballo de dos siglos,
apartad de mi vestiglos
que el toreo nos concita.
Reverte y el Espartero,
van con Rodolfo Gaona,
de México una corona
y el cetro de un gran torero.
Floreciendo una Edad de Oro,
como en la literatura
que en la España sin ventura
sacudió al mundo del toro.
Con Belmonte y Joselito
dos imponentes colosos,
de nuevo llenos los cosos
con el arte al infinito.
Remontándose en la esfera
con la afición desbordada,
la multitud trastornada
hasta el día en Talavera.
Luego estraperlo y posguerra,
y el arte de Manolete,
que su muleta somete
a la afición de la tierra.
Herencia de nuestra raza
los toros y los toreros,
callaos los agoreros
guardaos vuestra amenaza.
Buenos toros y carteles
sin darnos gatos por liebres,
y no habrá fugas ni quiebres
llenando los redondeles.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
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