El Morezón, una cumbre de Gredos compartida.

El Morezón en invierno, con poca nieve y mucha amistad.

Afortunadamente he tenido la ocasión de ascender muchas veces al Morezón, una de las cumbre más fáciles y cercanas, desde la Plataforma se entiende, para acceder al Circo de Gredos. Desde su cumbre, se ha dicho muchas veces, se obtiene una de las mejores vistas de toda la mole pétrea que conforma este agreste lugar de Gredos. 

El día no acompañó demasiado en lo fotográfico, si en la temperatura y las precipitaciones, nulas durante todo el día, excepto unas gotas, no más, ya en el coche. Es deprimente, aunque esto viene ocurriendo desde hace años si exceptuamos el pasado, la poca nieve que se acumula en todo el Macizo, incluido el Central donde sus cumbres sobresalen por encima del resto. Ni en la Plataforma. ni en el Prado de las Pozas hay nieve, sólo se empieza a pisar nieve a partir de casi los 2000 mts. algo que no se concibe para la época en que estamos, 10 de febrero, pero es lo que hay.

Pero si la nieve acumulada no acompaña y los cielos azules tampoco, de ahí las fotos en casi blanco y negro, no puedo decir lo mismo del grupo, enorme grupo de gente, que hemos decidido hacer esta ascensión organizada por al Grupo Mirlo de Sotillo de la Adrada, al que pertenezco desde hace muchos años. Poco puedo decir del Morezón que no se sepa, más cuando con toda seguridad es la cumbre más visitada de todas las que forman el llamado Circo de Gredos, así pues dejadme que hable más de la gente que me acompaña hoy que de la cumbre en si.

Todos los que amamos la montaña tenemos sentimientos parecidos, mucho más cuando estamos en ella. A veces, la mayoría, vamos a una montaña con el sólo objetivo de ascenderla, queremos llegar a su cima por encima de todo y parece que no nos preocupe otra cosa, es lo que se podía llamar pasión por conquistar, suele pasar más en las altas montañas, esas que casi siempre están destinadas a otros. Ocurre a veces, que este afán por conquistar se transforma con el paso de los días, o como en este caso que estoy narrando con el simple y sencillo paso de las horas en una cuestión de amistad y camaradería, algo que debería se siempre así, pero que no todas la veces funciona, mucho más en las grandes cumbres. Esta ha sido mi cumbre más celebrada, no por la emoción, ya la he ascendido muchas veces, sino por el número de personas que hemos llegado a lo más alto, grupo al que apenas conocía, y que sigo sin conocer, todos iban tapados, vamos que los he comenzado a conocer en El Plantío de Hoyos del  Espino, ahí es donde sus rostros se me han mostrado, algunos por primera vez, y espero que no la última. Así pues, no puedo dejar de nombrar el lugar de procedencia de los distintos grupos que hoy han participado y a los cuales estoy agradecido por todo, por su compañía, amistad y por todos esos ratos de charla que he ido compartiendo con muchos de ellos, incluidas las fotos que solicitadas por mi me han realizado, todas las que aparezco solo o acompañado.

El Grupo Mirlo de Sotillo es todo un clásico del Valle de Tiétar en este tipo de ascensiones desde hace años, todos sus componentes son parte de mi vida de montaña, aunque es cierto que no salgo mucho con ellos, siempre tengo un pensamiento dedicado a todos. Que puedo decir de los amigos de Casillas, todo bueno y admirable, se nota que es un pueblo del que siempre he estado enamorado, cosa que sirvió para ser invitado este pasado año 2018 a decir su Pregón de Fiestas, nunca lo olvidaré

También he podido disfrutar con los participantes del Grupo Peña Halcón de Hoyo de Pinares, poco conocidos para mi pero que me han escrito el prólogo de otras muchas salidas compartidas. Y por último los de Ávila y Padiernos que con su buen talante supieron escucharme en el Plantío, cosa algo difícil por mi reconocida y alargada verborrea, lo siento. No me puedo olvidar de Tofi, que me aguantó durante todo el trayecto desde Sotillo, así pasó que ya no volví a verle en toda la subida y sólo en el refugio de Rey conseguí que se acercara para hacernos una foto juntos, cero que se temía la vuelta.

 Y para terminar, decir la sensación como siempre que me proporciona la inmensidad de Gredos, donde somos unos puntitos sobre la nieve, pero donde te puedes sentir parte importante de este macizo tan visitado desde siempre y últimamente tan degradado por la masiva afluencia de gente. La montaña es una pasión que nunca debería llevarnos al individualismo, aunque a veces acurra por aquello de que uno siente mejor todo lo que le rodea en soledad, porque si algo hay en esta vida, no sólo en la montaña, que nos ayude y nos imprima sensación de confianza, es la amistad, la cercanía y la comprensión de aquellos que te rodean. En el Morezón yo sentí todo esto y os lo agradezco, espero y deseo que esta pequeña historia de nuestra vida montañera se alargue con otras muchas y juntos sigamos sintiendo la pasión por las montañas que todos llevamos dentro.

Un abrazo a todos.

Pedro Alfonso "Zorro Corredero"

Saliendo de la Plataforma 

Atravesando el Prado de las Pozas 

 El Morezón 

La Mira y los Campanarios 

Collado de la Hoyuelas 

Ascendiendo al Morezón con la Cuerda del Cuento de fondo

Risco del Fraile 

Últimos pasos antes de la cumbre 

Refugio Elola desde el Morezón 

 Cumbre del Morezón

Un casillano y un cadalseño en la cumbre.

El Enano y los Hermanitos, únicas cumbres visibles del día. 

Atravesando la laguna helada. 

Cumbre del Morezón. 

Subida a Navasomera 

En el ruinoso Refugio del Rey con Tofi.


Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso