Mulhacén Sierra Nevada.

Mulhacén Sierra Nevada.
Mulhacén, techo de la Península Ibérica

Museo de Montaña Zorro Corredero

Museo de Montaña Zorro Corredero
Museo de Montaña Zorro Corredero

miércoles, 18 de enero de 2017

Cadalso, el Palacio, y las monjas


Cada momento tiene su imagen y su encantamiento 



El Palacio, como tantas veces Cadalso, alberga con asiduidad lugares ocultos, recodos de la intimidad que se escapan a la mirada, que se preservan con el mismo entusiasmo con el que se esconden nuestros sentimientos. Era una mañana soleada de septiembre, acababa de amanecer otro día 14, el que tanto se espera y tantos encuentros y alegrías trae, si, era el día del Cristo y Cadalso esperaba impaciente la salida triunfal de su patrón. Todo parecía estar inundado de pensamientos y recuerdos, todos se afanaban en sentir la fiesta, nuestra fiesta, pero ni la tranquilidad del momento era capaz de aplacar el nerviosismo de un cadalseño que acompañaba a la banda de música en su tradicional diana floreada. Pasaron en unos segundos, se detuvieron a escuchar y cuando ya la música había penetrado por sus oídos, miraron al cielo y continuaron su marcha. Fue entonces cuando el hechizo de la imagen me atrajo, mire sus siluetas, la fachada del palacio y comprendí que todo el conjunto merecía ser inmortalizado. Paseo sosegado, cargado de paz y espiritualidad de la que parecen disfrutar estos dos personajes tan poco comunes en este lugar. Y es que cada momento tiene su imagen y su encantamiento, o no?

Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Imagen y texto cargados de sosiego, paz, espiritualidad y encanto. ¡Qué bien inmortalizas ese momento vivido, para más satisfacción, un Día del Cristo!
Miguel Moreno González

Pedro Alfonso dijo...

Gracias Miguel, cada momento de nuestra vida tiene su estado, pero ocurre que al pasar del tiempo se nos olvida, aunque a veces alguno de esos momentos queda en nuestra memoria para siempre, como así ha sido en esta ocasión.

Un saludo

Saturnino Caraballo Díaz dijo...

MI CORAZÓN UNA GRANADA ABIERTA

Mi corazón, una granada abierta
que solo por ti y para ti desgrano,
y abriéndola te entrego grano a grano
del granado que a dúo nos concierta.

Mi corazón, una mansión desierta
cuando se habita solo en el verano,
y en el invierno es huérfano hospiciano
que va vagando sin hallar su puerta.

Mi corazón, castillo es sin almenas,
sin sus torres ni puente levadizo,
juguete de avatares y de penas

si tu amor se tornara quebradizo
y aflojaras lastradas las cadenas
de este amor, que esclaviza y, te esclavizo.

Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho

Saturnino Caraballo Díaz dijo...

MI CORAZÓN SE ADUERME DESVELADO

Mi corazón se aduerme desvelado
y batallando insomne sobre un lecho,
que ha perdido el suspiro enamorado
que palpitaba audacia sobre el pecho.

Corazón que se aduerme acongojado
por el mal que desborda y ha deshecho,
la belleza de tu cuerpo extenuado
y tu ansia de ser madre insatisfecho.

Abierta para ti veo la fosa
y en su negrura estás amiga mía,
y al oír el chasquido de la losa

tu que te viste, estéril y vacía,
fuiste hija entregada y amante esposa
y conmigo amaste la joyería.

Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho

Saturnino Caraballo Díaz dijo...

MI BARCO SURTO EN EL PUERTO

Mi barco surto en el puerto,
lo aprovisionó de carga
para travesía larga
de un mar sobre un desierto.
Presente y futuro incierto
sobre la España se cierne
y como español concierne
ser grumete y marinero
y no holgazán pasajero
que ni crea ni discierne.

Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho

Saturnino Caraballo Díaz dijo...

POR EL LADO DE LA CAMA

Por el lado de la cama
donde duermes por costumbre,
es origen de la lumbre
por donde brota la llama.
Llama que pronto se inflama
sin echarle gasolina,
ni pino, ni vieja encina,
para que su fuego intenso
sea resplandor inmenso
de amor que nos ilumina.

Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho

Saturnino Caraballo Díaz dijo...

POR ESTE SENDERO
Madrigal

Por este sendero
yo te llevaría,
los dos perdidos en la lejanía.
Y entre el limonero,
sobre el horizonte,
que tengo plantado en la cruz del monte,
una casa tengo
y en ella mantengo
un gallo que canta en la madrugada,
y aprisco y majada
y blancos vellones
de sedosa lana entre los colchones.
Y sueños de amor
y cerezos en flor
y sombra ambigua que dan los majuelos,
y sol de los cielos
y aguas de una fuente
traídas por mí de ríos de Oriente.
Y para tu boca
un beso que evoca
dormidos recuerdos sublimes y edenes,
en unas herrenes
que sé que mantienes.

Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho

Pedro Alfonso dijo...

Muchas gracias Saturnino por tus grandes poemas. Con ellos las entradas del Zorro Corredero lucen mucho más.

Un saludo

Anónimo dijo...

Jajaja este le veo mucho cundo voy a mi Cenicientos

Ana Diaz

Anónimo dijo...

Pedro Alfonso muy bonita el palacio de las Monjas

Agustin Capitan Sanchez

Anónimo dijo...

Soy de Cadalso y nunca pude ver el Palacio. Me gusta mucho su fachada. Mi madre si lo conocia.

Felipe Moreno Alcazar

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