Mulhacén Sierra Nevada.

Mulhacén Sierra Nevada.
Mulhacén, techo de la Península Ibérica

Museo de Montaña Zorro Corredero

Museo de Montaña Zorro Corredero
Museo de Montaña Zorro Corredero

martes, 13 de octubre de 2015

La piscina de La Huerta en 1969


                         Aquel verano del 69 en el piscina de La Huerta

 
A finales de los 60 la piscina de La Huerta presentaba esta imagen, mucha gente en el agua y todavía más mirando. No sé lo qué ocurrió aquel día, pero algo se celebró porque no es normal tanta gente que simplemente mire, fijaros en los del fondo, todos vestidos y expectantes, aunque también es verdad que en aquellos años la piscina ya era todo un espectáculo.

Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso


9 comentarios:

Anónimo dijo...

No te acuerdas? Habia una barra de bar.

Pedro Alfonso dijo...


No recuerdo si estaba donde se encuentra la gente, creo que estaba al final,pero de todas formas no tienen pinta de clientes del bar, todos están mirando a la piscina.

Anónimo dijo...

Eso suena a una boda

Jose Cortes Tordesillas

Anónimo dijo...

No te acuerdas?, no sería porque habia una barra de bar?. Hilario, creo que era el camarero.


Concha Garcia Boj

Anónimo dijo...

Hayyy que bien se estaba en la piscina de Raquel que tiempos aquellos

Maria Montes

Saturnino Caraballo Díaz dijo...

LA PISCINA DE CENICIENTOS

Agua azul de la piscina
adobada con el cloro,
sin límite y sin aforo
surcábamos tu marina.
Berilo de agua marina
nadando como perrillos,
aprendimos los chiquillos
del nadar los rudimentos,
otrora y en Cenicientos
hornadas de coruchillos.

Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho

Saturnino Caraballo Díaz dijo...

LA PISCINA DE LAS OLLAS
(Los baños de infancia)

Por un abrupto camino
bajábamos a "Las Ollas",
llamado "Prado el Molino",
coruchillos sin argollas.

Fulgía un sol de justicia,
siendo en horas de la siesta,
con un calor de avaricia
y locura manifiesta.

Andariegos esforzados
con las sandalias de goma,
en pies negros y sudados
se expandía nuestro aroma...

El agua corría lenta
en remolinos de espuma,
y era viscosa y grasienta
como pantano de bruma.

Practicábamos nudismo
al final de los cincuenta,
sin temor al paludismo
tostándonos la osamenta

La poza excavada en roca,
horadada por los años,
hacía cerrar la boca
al comienzo de los baños.

Miasmas de todo pelaje
surcaban aquellas aguas,
vistiéndonos con un traje
como el hierro de las fraguas.

Después como a cachorrilos
nos daban cama las rocas,
desnudos sin calzoncillos
y acudían madres locas.

Con la zapatilla en mano
y sin pan ni chocolate,
nos ponían en verano..,
los culos como un tomate.

Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho

Anónimo dijo...

preciosos años

Ana Diaz

Anónimo dijo...

El año que yo naci

Maria Montes

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