Felipe Cartas llegó a Cadalso hace unas cuantas décadas, aquí encontró su pueblo y su nueva manera de vivir y desde entonces se convirtió en un cadalseño más. Ahora ha sido designado para ser el pregonero de las Fiestas del Cristo del Humilladero de Cadalso 2014, y os puedo asegurar que se lo merece y que no nos defraudará con su amena y bien cuidada palabra.
Desde aquí quiero felicitar a Felipe por esta nueva faceta que se le ha encomendado y animarle para que siempre siga siendo tan buen cadalseño y tan amigo de todos.
Un abrazo compañero y enhorabuena
Pedro Zorro Corredero.
En la silueta de Felipe.
Pedro Alfonso. Zorro Corredero
La subida al refugio de Urriello en la misma base del
vertical y coloreado Naranjo de Bulnes, es una pesada y agotadora caminata que
te hace sudar y hasta maldecir, es soportar el dolor de casi lo imposible, de
levantar el rostro y fijar la mirada en esa mole que te atrae hacia si. Una
silueta pasa silenciosa camino de lo más alto, el paso acompasado y fatigoso le
va cortando la respiración, es el amor y la pasión lo que le ayuda a seguir
moviendo las piernas, a tirar de ellas en cada paso, a sentir el ruido que
producen al chocar contra las rocas esas don herramientas metálicas que
soportan su cuerpo, tan bien dirigidas por esos brazos fuertes y cargados de
adrenalina para la ocasión.
En la silueta de Felipe se iluminan unas historias que nunca
se han escuchado, que al pasar del tiempo siguen sumiéndose en la imaginación
de unas palabras que no se han narrado pero que contienen el sentido de toda
una vida, de una memoria y una imaginación anónima que desvelan el contenido de
la pasión por vivir, a pesar de todo.
Los pasos se mantienen temblorosos en su cerebro mientras la
fatiga va decayendo, hay un momento en que las andanzas, prolongadas a veces,
quedan olvidadas en sus sonrientes labios como el final de ese pitillo
realizado a mano que hace unos momentos aun humeaba. La lluvia y el viento, la
nieve y el frío son comunes a la montaña como el esfuerzo y la superación lo
son, porque siempre así lo fueron, a la figura del caballero andante reflejado
en la silueta de Felipe.
La gente de la montaña nunca tiene rostro, sólo siluetas que
van y vienen porque nadie tiene la certeza de su identidad o sencillamente
porque la montaña les convierte en personajes anónimos que se pierden en lo más
recóndito de las cumbres, ocultándose entre la niebla, en los picos más
inaccesibles y en la incomprensión de esas otras gentes que con ellos conviven
en el valle.
Entre las gentes del valle los hombres de la montaña forman
parte de una imprecisa muchedumbre de trazos confusos y difícil de entender,
pero que transportan en sus mochilas el sabor contenido de esa vieja tartera y
las vituallas necesarias para adivinar la hora exacta de cada descanso, al
medio día o al atardecer y el reposo de las noches estrelladas de refugio o
vivac.
Muchas tardes en los cielos velazqueños que se forman en
Lancharrasa, la silueta de Felipe se veía reflejada en aquellas montañas
cadalseñas que él eligió para vivir. Junto a los castaños y robles que parecían
hablarle, sus labios dibujaban una sonrisa que declinaba en una mirada donde
sus ojos se extraviaban en esos recuerdos que conservan los secretos que jamás
nadie confiesa. Allí estaba su mundo y todavía lo sigue estando en sus
recuerdos y sus pasiones, en su fauna y en su flora y en esa casa que albergó
sus primeros amores y pasiones por algo que él amaba y que tanto le unía a
Cadalso.
Los dedos de Felipe se dejan llevar por esas ruedas que le
transportan, acaricia el frío metal que le ayuda a seguir caminando en la vida
y su rostro se inclina hasta las rodillas para observar que todo, a pesar de la
insensibilidad, sigue ahí.
Las personas se hacen de manera diferente, unos asumen su
rol en la vida y se condicionan a lo que les toca vivir, otros luchan por
seguir una vida diferente, se enfrentan a las adversidades y consiguen ser
ellos mismos y lo que siempre desearon.
A veces son trastornados por la inocente diversión de
aquellos que les hacen conocer la ilusión y el desconsuelo sin saber si podrán
llegar a la misma meta, a esas cumbres que nos parecen tan altas, que nos dejan
sumidos en una confusión que no somos capaces de confesar ni a los más
allegados, son secretos sólo de nosotros, de nuestros objetivos, y para
conseguirlos luchamos con todas nuestras fuerzas, con todo nuestro corazón y
expulsando la rabia que nos come interiormente y que nos ayuda a cumplir ese
objetivo que no es otro que nuestro propio ego. La silueta de Felipe sabe muy
bien a que me refiero y entiende esta lucha entre mente y cuerpo, entre
debilidad condenada y euforia rabiosa que nos proporciona la condición de superación,
aunque a veces rehusemos para buscar el acomodo de lo estúpidamente normal.
Nunca pares de vivir, de sentir el viento de cara, de
superar cada paso difícil de la montaña y de la existencia, de controlar tu
cuerpo y tus sensaciones, de amar hasta lo imposible, no te olvides jamás de
tus mejores y bellos recuerdos, no dejes de soñar con todo los retos que te
quedan por conseguir, mantén alerta tu mente, tu mirada y tus piernas y siempre
que puedas déjate llevar por tus pasiones y si es necesario por tus amigos. Yo
como tu sabes siempre estaré a tu lado cuando me necesites.
Sólo los que sabemos del sufrimiento somos capaces de sentir la belleza de lo imposible.
Un abrazo muy fuerte.
Pedro Zorro Corredero
Conociendo a Felipe. Pincha en el enlace.
http://zorrocorredero.blogspot.com.es/2014/02/felipe-cartas-amigo-montanero-y.html
5 comentarios:
Precioso Pedro el escrito que dedicas a Felipe, se nota que conoces la montaña, la vida y a veces el sufrimiento.
Enhorabuena a Felipe por se nuestro pregonero y a ti Pedro por mostrarnos cada día la belleza de la vida y esas pequeñas cosas que nos rodean y nos hacen felices.
Inés
Buenas persona este Felipe....
Se nota que ha sufrido mucho pero que siempre ha podido con las adversidades.
¡¡enhorabuena!! por todo...
Un saludo
Roberto
Ya está bien que se le reconozca a Felipe. .. zorro en tu pregón nombraste a todos los deportistas menos a él y a todos los artístas del pueblo menos a Diego.
...felicidades Felipe te lo mereces
Se trata, esta vez, de que alguien con sensibilidad se acordó de él para que Felipe nos transmita a todos sus emociones. Enhorabuena Pregonero.
GRANDE FELIPE
Maria Álvarez Alvarez
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